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24 de Septiembre,  Salta, Centro, Argentina
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Récord de morosidad y auge de préstamos usurarios en Salta

Se deben pagar intereses de hasta 168 para un crédito. Muchos son informales.El Banco Central alertó por noveno mes consecutivo de suba en la irregularidad.
Miércoles, 24 de septiembre de 2025 01:40
Abundan las ofertas crediticias en la plaza salteña, con altas tasas.
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Por estos días, en la ciudad de Salta es imposible no notar la cantidad de ofertas de préstamos que invaden las calles y las redes sociales. Folletos, carteles improvisados y publicidades digitales promocionan dinero rápido y accesible, con condiciones que, a simple vista, parecen tentadoras, pero que esconden costos desmesurados y riesgos graves para los deudores.

Este escenario se suma a un dato alarmante: la morosidad de los hogares argentinos en préstamos y tarjetas de crédito alcanzó un nuevo récord. Según el último informe bancario difundido por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), en julio la irregularidad en los créditos familiares trepó al 5,7%, la cifra más alta desde que la autoridad monetaria comenzó a medirla en enero de 2010. En junio, el porcentaje había sido del 5,1%. Se trata del noveno mes consecutivo de aumento y refleja el deterioro de la capacidad de pago en plena crisis de consumo.

Los créditos personales encabezan el ranking de incumplimiento: pasaron del 6,5% al 7,3% en un mes. En tanto, las tarjetas de crédito escalaron del 4,9% al 5,3%. El BCRA atribuye parte de este incremento a la volatilidad de las tasas de interés, que encareció los préstamos y frenó la demanda en el sector privado.

Pero el problema no se limita a las estadísticas oficiales. La falta de pagos convive con un fenómeno urbano que se multiplica en Salta: la oferta excesiva de préstamos informales. Cualquiera que camine por las peatonales céntricas recibe, al menos, tres folletos por cuadra. Estas propuestas, lejos de ser una solución, configuran un riesgo para el bolsillo y, en algunos casos, para la integridad física de quienes recurren a ellas.

Los ejemplos abundan. Con solo presentar el DNI, un préstamo de un millón de pesos exige devolver $2.680.200 en 12 cuotas de $223.350. Esto implica una tasa de interés efectiva cercana al 168%, más del triple de la inflación proyectada. En otros casos se ofrecen préstamos semanales: por $70.000, el deudor debe pagar cuatro cuotas de $26.260, que totalizan $105.000 en apenas un mes. Existen también créditos atados a los márgenes de las tarjetas de crédito, donde las tasas superan el 200%.

Según el Informe de Inclusión Financiera del BCRA, en los últimos 12 meses los préstamos personales en Argentina tuvieron una tasa promedio superior al 200% anual.

Este panorama alimenta un círculo vicioso. Según un relevamiento del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) y el Centro de Almaceneros, el 91% de los hogares argentinos está endeudado. La mayoría de esas deudas se contrajo durante 2024 para cubrir gastos básicos, como alimentos, o para refinanciar saldos de tarjetas. Con los créditos bancarios prácticamente agotados como opción, muchas familias terminan acudiendo a prestamistas informales, con consecuencias cada vez más graves.

Entre las variantes más riesgosas se encuentran los préstamos con garantía de autos o inmuebles, que comprometen el patrimonio del deudor. Otras exigencias incluyen resúmenes de tarjetas de crédito, comprobantes de pago, DNI y hasta números de contacto de familiares y amigos, lo que genera una presión extra frente a cualquier incumplimiento.

El extremo más peligroso lo constituyen los llamados préstamos "gota a gota", una modalidad de usura que ya se detecta en la mayoría de las ciudades del país y que en Salta tampoco es ajena. Bajo este sistema, vinculado en gran parte a organizaciones criminales integradas por extranjeros, el riesgo excede lo económico: la integridad física e incluso la vida de los deudores puede estar en juego ante la imposibilidad de cumplir con las cuotas. La Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) advirtió sobre este tipo de maniobras y puso a disposición canales de denuncia para las víctimas.

Especialistas financieros insisten en que, antes de solicitar un préstamo, es fundamental evaluar la necesidad real y la capacidad de pago. Recomiendan comparar las condiciones ofrecidas por distintas entidades y revisar con detalle los contratos, en particular el Costo Financiero Total (CFT), que refleja el gasto real más allá de la tasa de interés.

Los bancos aconsejan, además, utilizar simuladores de préstamos, elegir plazos adecuados al nivel de ingresos y verificar si existen penalidades por cancelación anticipada. También destacan que el endeudamiento debería orientarse a inversiones productivas o necesidades impostergables, y no a tapar otras deudas, ya que esa dinámica genera un círculo de refinanciaciones cada vez más difícil de cortar.

Gota a gota: el negocio ilegal que se expande

La modalidad "préstamo gota a gota", surgió en Medellín en la década de 1990. Describen una práctica que en muchos países es considerada delictiva en la que se ofrecen préstamos informales con condiciones de pago onerosas. La dificultad está en cumplir los pagos, principalmente debido a las elevadas tasas de interés, que pueden superar el 500% e incluso siete veces los promedios de los servicios de microcrédito.

Entre las principales características a tener en cuenta es que son de entrega exprés. El potencial cliente recibe el dinero sin necesidad de presentar avales o garantías, prácticamente a sola firma. Sin mayores precauciones ni trámite, el capital otorgado se entrega rápidamente, lo que actúa como un incentivo para la persona que tiene necesidad de acceder a esa suma de dinero.

Está fuera de toda regulación. Quienes otorgan este tipo de préstamos actúan al margen de la legalidad, fuera de la órbita del Banco Central de la República Argentina –único organismo encargado de autorizar la intermediación financiera- o cualquier regulación estatal. De este modo, no existen límites a la imposición de condiciones, todo ello en perjuicio del acreedor.

Fachada de venta de muebles. La totalidad de los casos registrados en el ámbito local tiene como denominador común el ofrecimiento de pequeñas sumas de dinero por parte de vendedores ambulantes de muebles –en algunos casos la práctica incluye la entrega de éstos en cuotas-, actividad que actúa como fachada para el ingreso de la víctima.

Las tasas son abusivas. La cancelación del préstamo se realiza a través de cuotas periódicas –pueden ser diarias, semanales o mensuales- por una tasa excesiva que, en algunos casos, quintuplica a la oficial. El cobro lo realiza en forma personal el prestamista o un emisario de éste.

 

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