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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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El riesgo no desapareció

Sabado, 01 de diciembre de 2012 20:42

El Gobierno sólo negocia cuando “tiene la pistola en la cabeza”. Una muestra de esto es lo que pasó con el fallo del juez Griesa durante las últimas semanas. Una estrategia que sólo suma costos y muy pocos beneficios. Cómo sigue la película y cómo evitar ese comportamiento como inversor.

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El Gobierno sólo negocia cuando “tiene la pistola en la cabeza”. Una muestra de esto es lo que pasó con el fallo del juez Griesa durante las últimas semanas. Una estrategia que sólo suma costos y muy pocos beneficios. Cómo sigue la película y cómo evitar ese comportamiento como inversor.

Zafamos a último momento. Estábamos por caer al precipicio, y en el último instante llegó una mano salvadora. El problema es que si bien esa mano salvadora nos sigue sujetando, el abismo sigue en el mismo lugar. Y nosotros seguimos al lado de ese abismo. Por lo tanto, si la mano “salvadora” se cansa de sujetarnos, allí estará el precipicio nuevamente...

Es decir, el Estado argentino ganó tiempo para no entrar nuevamente en default. Pero el riesgo no desapareció ni mucho menos.

En un fallo que provocó una inmediata reacción positiva en la cotización de los bonos de deuda argentinos, el tribunal norteamericano dispuso que la orden de Griesa “quede en suspenso, pendiente de una orden posterior de esta Corte” y que a fines de diciembre el Gobierno argentino presente una propuesta para resolver el pleito.

El abogado del estudio Garrido, Eugenio Bruno, interpretó con equilibrio la decisión. “Significa que la Cámara de Apelaciones necesita más tiempo y por lo tanto es una victoria procesal para la Argentina, porque le saca la urgencia. De hecho, hay bonos a pagar hasta 2038 en Nueva York y por lo tanto no hay peligro, como advertían los demandantes, si la sentencia se demora”.

En definitiva, el Gobierno argentino sólo ganó tiempo. ¿Tiempo para qué? Bueno, finalmente -y después de negarse por años-, tiempo para negociar. El mismo ministro de Economía que declaraba enfáticamente, y muy enojado, que nunca en la vida Argentina iba a negociar con los bonistas que no entraron al canje, ahora dice lo siguiente:

“Una propuesta que traslade a los bonistas que no entraron al canje las condiciones del canje de 2010 iría en línea con los antecedentes de nuestro país y sería pasible de ser debatida en el Congreso”.

Recién ahora que el país tenía “la pistola en la cabeza”, el ministro de Economía tomó en serio el pleito y ofreció una solución, que puede no ser la deseada por los acreedores, pero que por lo menos lo convierte en una persona normal que admite el diálogo, que acepta la negociación. Como hacen todas las personas y países racionales del mundo.

 

Cambio de actitud

 

Lo que es difícil de entender es por qué el país espera a este punto para negociar. No se entiende cuál es la lógica de insultar y degradar a los bonistas que no entraron al canje durante muchos años, y cuando están por ejecutar la sentencia, deciden sentarse en la mesa. Ahora habrá que esperar lo que sucede en los próximos meses en un escenario complicado.

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