Un gaucho sanlorenceño, Gustavo Pastor Santillán (28), desapareció misteriosamente el sábado a la mañana desde el puesto donde reside, situado en un paraje de finca La Montaña, donde se llega tras recorrer un camino de seis horas a caballo, por detrás de la quebrada y en medio de los cerros. El hombre vive allí junto a su hermano Víctor Javier (26), quien relató que el sábado pasado salió a buscar cabras alrededor de las 21 y que Gustavo se quedó en la casa. Al regresar luego de media hora, ya no estaba en la vivienda y la puerta estaba abierta, razón por la que supuso que se había ido a realizar tareas de campo. Al llegar el amanecer y al ver que no aparecía, Víctor decidió ir a buscarlo pero sólo encontró su machete clavado en la tierra en una meseta. Caminó 500 metros hacia adelante y halló una soga enrollada, sobre el piso, en una esquina de laguna Brava.
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Un gaucho sanlorenceño, Gustavo Pastor Santillán (28), desapareció misteriosamente el sábado a la mañana desde el puesto donde reside, situado en un paraje de finca La Montaña, donde se llega tras recorrer un camino de seis horas a caballo, por detrás de la quebrada y en medio de los cerros. El hombre vive allí junto a su hermano Víctor Javier (26), quien relató que el sábado pasado salió a buscar cabras alrededor de las 21 y que Gustavo se quedó en la casa. Al regresar luego de media hora, ya no estaba en la vivienda y la puerta estaba abierta, razón por la que supuso que se había ido a realizar tareas de campo. Al llegar el amanecer y al ver que no aparecía, Víctor decidió ir a buscarlo pero sólo encontró su machete clavado en la tierra en una meseta. Caminó 500 metros hacia adelante y halló una soga enrollada, sobre el piso, en una esquina de laguna Brava.
Víctor le advirtió a su madre, Nélida Nieves Ovando (52), domiciliada en el barrio 2 de Abril, de Cerrillos, sobre lo ocurrido el domingo a la mañana y se sumaron a la búsqueda el padre Alejandro Igancio Santillán (53) y otro hermano menor de 17 años y “peinaron” toda la zona, pero no obtuvieron resultados. En virtud de ello, llamaron al 911. La Policía les manifestó que al día siguiente saldrían efectivos para la búsqueda.
El lunes se inició el operativo para dar con Gustavo, pero hasta el momento su paradero es una incógnita. Solo se halló otra soga enrollada. Se efectuaron rastrillajes en la laguna Brava, el paraje Calixta Mamaní y alrededores. Participan del procedimiento más de 30 efectivos pertenecientes a la Brigada de Investigaciones, Infantería, Caballería, División Lacustre y Canes.
“Mi hijo agarró su machete y sus sogas y se fue. Yo lo noté deprimido los últimos días. Estaba preocupado porque mi esposo y yo tenemos problemas de salud y él sentía impotencia por no poder ayudarnos. Para peor, de noche ese es un lugar solitario, de malos espíritus que hay en el campo. Estoy segura de que él sentía voces que le perturbaban la mente. Por eso se fue de casa”, manifestó Nélida Ovando, quien radicó una denuncia el miércoles a las 21.30 en la Comisaría 12 de Santa Ana. “De la desesperación, fui a un adivino, quien analizando una hoja de coca y me dijo que mi hijo estaba en un recoveco, en una peña viendo sombras y sufriendo, cerca de Laguna Brava. Está mal mentalmente porque se asustó hace seis meses cuando estaba en la parte de atrás de los cerros de la casa. Está evasivo, con mucho miedo y huye cuando ve gente”, sostuvo.