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15 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Vive amurallada por temor a un desalojo

Jueves, 12 de abril de 2012 20:42

Gloria Magdalena Gómez (33), una joven madre que habita el lote 10 de la manzana 351 del barrio Siglo XXI denunció públicamente que desde hace ya varios meses es hostigada permanentemente por su exsuegra, María Ester Carrizo, quien le exige que se retire del domicilio donde habita desde el mismo día que se lo entregaron. “Ahora ella dice que Familia Propietaria se lo escrituró a su favor, a pesar de que posee varios inmuebles en esta capital”, dijo.

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Gloria Magdalena Gómez (33), una joven madre que habita el lote 10 de la manzana 351 del barrio Siglo XXI denunció públicamente que desde hace ya varios meses es hostigada permanentemente por su exsuegra, María Ester Carrizo, quien le exige que se retire del domicilio donde habita desde el mismo día que se lo entregaron. “Ahora ella dice que Familia Propietaria se lo escrituró a su favor, a pesar de que posee varios inmuebles en esta capital”, dijo.

“Yo -agregó-, con esfuerzo propio, logré levantar esta humilde casa en la que vivo junto a mis dos hijos menores y hace pocos meses me enteré que ella hizo escriturar el lote a su nombre, aunque no sé cómo lo logró. Ella es propietaria de una vivienda en pasaje Tineo al 1600 y posee otros lotes”, acusó mostrando papeles que justifican sus palabras.

“Hoy -dijo-, me encuentro desocupada y subsistiendo con la asignación universal de 450 pesos y ella pretende vender mi casa o permutarla por un auto y dejarme en la calle”, sollozó desesperada.

Luego agregó: “Como me opuse a sus planes y me aferré a este lugar que considero propio, esta mujer viene casi a diario a agredirme y a provocarme de cualquier manera: destruye el candado de acceso, hace ingresar supuestos compradores, pone en subasta las chapas, puertas y ventanas y nos trata como si nosotros fuéramos okupas, sin ningún derecho sobre el inmueble”, afirmó.

“Esta situación de agresión permanente quise plantearla durante meses en la comisaría 10, pero me negaron el derecho de denunciar tamaño atropello de manera sistemática y tuve que amurallarme. Desarmé una pieza y con los bloques cerré la propiedad, puse alambres de púas para que no entren los provocadores y aún así no puedo evitar que esta mujer deje de hostigarme”, señaló con firmeza.

“Con lágrimas en los ojos me presenté en la Ciudad Judicial a clamar ayuda. Allí me dijeron que la Policía está para recibir denuncias. Yo sólo quiero vivir en paz, terminar mis estudios de técnico farmacéutico y así conseguir un trabajo digno que me permita salir adelante, y para eso necesito esta casa, mi casa, la casa de mis hijos, la que me cedió el Gobierno a mí, para que viva y no para que alguien quiera hacer un negocio con el dinero solidario de los contribuyentes”, finalizó la mujer, visiblemente emocionada.

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