Una familia de Atocha fue desalojada de su propio terreno. Ellos aseguran que perdieron el lugar donde vivían porque fueron víctimas de su desconocimiento sobre los procedimientos legales y de haber estado mal asesorados.
El caso sorprende aún más porque la familia fue desalojada del lugar a pesar de poseer el boleto de compraventa y los impuestos al día.
Margarita Nina le compró el terreno a Teodolinda Soliz, en 1985. En esa transacción se firmó un boleto de compraventa por el lote ubicado en Atocha (municipio de San Lorenzo) que nunca fue inscripto en el Registro de la Propiedad, por lo tanto el inmueble siempre figuró a nombre de Soliz, quien admitió a la policía que las tierras habían sido vendidas.
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Una familia de Atocha fue desalojada de su propio terreno. Ellos aseguran que perdieron el lugar donde vivían porque fueron víctimas de su desconocimiento sobre los procedimientos legales y de haber estado mal asesorados.
El caso sorprende aún más porque la familia fue desalojada del lugar a pesar de poseer el boleto de compraventa y los impuestos al día.
Margarita Nina le compró el terreno a Teodolinda Soliz, en 1985. En esa transacción se firmó un boleto de compraventa por el lote ubicado en Atocha (municipio de San Lorenzo) que nunca fue inscripto en el Registro de la Propiedad, por lo tanto el inmueble siempre figuró a nombre de Soliz, quien admitió a la policía que las tierras habían sido vendidas.
En 2004 los herederos del fallecido marido de Teodolinda reclamaron dichas tierras. Las mismas fueron rematadas y adquiridas por un nuevo dueño a 3.200 pesos. “Antes del juicio hubo una mediación y ahí mi mamá (Margarita) quiso darle a los nuevos dueños la suma por la cual habían adquirido el terreno, pero ellos nos dijeron que las tierras ahora costaban 8 mil”, contó a El Tribuno Verónica Cardozo, hija de Margarita.
El proceso judicial
Al no llegar a un acuerdo entre las partes, comenzó el juicio, que duró 8 años, para determinar a quién le correspondían las tierras.
Según fuentes consultadas hubo un mal manejo del caso por parte de los abogados de la familia Nina y ellos perdieron las tierras y la posibilidad de apelación, además se tendrán que hacer cargo del pago de los abogados de las partes.
El terreno está ubicado en la calle José Hernández entre Emma Solá y La Perdiguera; posee 133 metros cuadrados, donde vivían Verónica, la hija de Margarita, junto con su tía Julieta, hermana de la propietaria.
Lo único que les queda por hacer ahora es un juicio por daños y perjuicios contra la persona que les vendió el terreno, quien falleció hace unos años, e intentar recuperar algo del dinero perdido.