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Alexander Hamilton vs. Adam Smith

Domingo, 20 de mayo de 2012 19:37

En atención al actual “modelo” económico argentino y normas dictadas por Moreno e integrantes del grupo Cenda: Axel Kicillof, Augusto Costa, Emmanuel Agis, Nicolás Arceo , oportuno es referenciar síntesis de clases del Dr. Julio González.

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En atención al actual “modelo” económico argentino y normas dictadas por Moreno e integrantes del grupo Cenda: Axel Kicillof, Augusto Costa, Emmanuel Agis, Nicolás Arceo , oportuno es referenciar síntesis de clases del Dr. Julio González.

El 7 de julio de 1776 los EEUU se independizan con un programa de país muy concreto: “producir manufacturas y consumirlas”. Para realizar esa producción y consumo necesitaban una moneda propia: crearon el “dólar de plata” (en acuerdo a la onza castellana de circulación a través del Pacífico).

A efectos de garantizar en el tiempo el cumplimiento de esos elementales objetivos innovaron en esa época con una “forma republicana de gobierno”, concentrando en un gobierno nacional que denominaron “federal” las finalidades de:

1) Conservar inalterable la estructura económica de producción y consumo de manufacturas con moneda propia y exclusiva.

2) Mantener coherentes vinculaciones y negocios internacionales con otros países, sin privilegios de dependencia hacia ninguno.

Con este sistema se construyó un federalismo integrador.

Lo expuesto se vertió en tres obras de Alexander Hamilton:

a) Informe de la manufacturas.

b) Informe sobre el Banco Nacional.

c) El federalista.

El sistema americano de economía fue desarrollado en base a un hito industrial, tecnológico y científico con proteccionismo “jurídico-estatal” real y concreto. Asegurando el trabajo, el ingreso y el consumo tendientes a “satisfacer todas las necesidades de la población” desde las nutritivas y médicas hasta las artísticas y culturales.

Liberalismo económico

Es lo opuesto al llamado “liberalismo económico” del británico Adam Smith. En su obra “La riqueza de las naciones”, el “trabajo” es la fuente de riqueza, el “valor” está dado por la oferta y la demanda, el “comercio” debe estar libre de toda prohibición y la “competencia” es lo que determina la estructura económica. Los “costos comparados” son los que deciden sobre la rentabilidad.

“La riqueza de las naciones” fue publicada en 1776. Cronológicamente es, por lo tanto, la respuesta británica a la independencia de los EEUU, a la que contribuyeron de manera decisiva José de Gálvez (ministro de Indias de Carlos III), Bernardo de Gálvez y Luis XVI, rey de Francia.

“La riqueza de la naciones” ensambla sus propuestas comerciales con la rentabilidad financiera veneciana, que tuvo tanta incidencia durante la Edad Media y principios de la Moderna. Alrededor de 1500, los financistas venecianos se establecieron en Londres para obtener desde allí rentabilidades usurarias en el comercio, contrabando y piratería con Hispanoamérica.

El modelo británico en América

Constatamos que, a partir de 1810, los sofismas de “libre comercio” y “empréstitos usurarios” fueron permanente realidad en las provincias separadas de España con “modelo” británico.

En síntesis, para Alexander Hamilton la moneda debe estar al servicio de la vida; y para Adam Smith la vida debe estar al servicio de la rentabilidad computada en moneda.

Obviamente tales principios elementales de economía política, no son conocidos y menos comprendidos por quienes se autotitulan los mentores de los postulados económicos del “modelo de tinte angoleño” que ahora nos invade, impactando directamente en la vida de cada uno de los argentinos.

 

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