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17 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Alvaro vive en Primera Junta y pide una garrafa

Miércoles, 15 de agosto de 2012 09:35

 Alvaro Bazán es líder natural en el barrio Primera Junta. Se acerca a El Tribuno, saluda y agradece la visita con una soltura que asombra. Con solo 13 años organiza y moviliza a los niños del comedor Las Tías, que justo está frente a su casa.

El niño está saliendo lentamente de un tratamiento que le hicieron por un tumor que tiene en el sistema nervioso. Por esa enfermedad estuvo tres meses en Buenos Aires, donde fue asistido exitosamente el año pasado luego de haber sido enviado de urgencia por el Ministerio de Salud Pública de la provincia a Capital Federal. Llegó a estar en estado vegetativo.

Alvaro vive con su mamá y sus cuatro hermanos en una casa muy humilde, en la barriada de la zona sudeste de capital provincial. En realidad es una improvisada casilla hecha con bloques, sin baño y con un solo grifo al aire libre donde los niños se tienen que bañar.

Le falta de todo a esos niños. Ropa camas, colchones, un baño, mesas, sillas, ollas, ventanas; todo lo imaginable. Sin embargo él y Graciela, su mamá, dicen que tiene una cocina nueva y que sólo les haría falta una garrafa para cocinar. Su mamá dijo que con cinco niños pequeños no puede salir a trabajar y que el padre aporta entre poco y nada, razón por la que la ayuda es aún más necesaria.

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 Alvaro Bazán es líder natural en el barrio Primera Junta. Se acerca a El Tribuno, saluda y agradece la visita con una soltura que asombra. Con solo 13 años organiza y moviliza a los niños del comedor Las Tías, que justo está frente a su casa.

El niño está saliendo lentamente de un tratamiento que le hicieron por un tumor que tiene en el sistema nervioso. Por esa enfermedad estuvo tres meses en Buenos Aires, donde fue asistido exitosamente el año pasado luego de haber sido enviado de urgencia por el Ministerio de Salud Pública de la provincia a Capital Federal. Llegó a estar en estado vegetativo.

Alvaro vive con su mamá y sus cuatro hermanos en una casa muy humilde, en la barriada de la zona sudeste de capital provincial. En realidad es una improvisada casilla hecha con bloques, sin baño y con un solo grifo al aire libre donde los niños se tienen que bañar.

Le falta de todo a esos niños. Ropa camas, colchones, un baño, mesas, sillas, ollas, ventanas; todo lo imaginable. Sin embargo él y Graciela, su mamá, dicen que tiene una cocina nueva y que sólo les haría falta una garrafa para cocinar. Su mamá dijo que con cinco niños pequeños no puede salir a trabajar y que el padre aporta entre poco y nada, razón por la que la ayuda es aún más necesaria.

Para ayudar a Alvaro hay que  comunicarse con Graciela Guzman al celular 155216703, del comedor “Las Tías”.
 

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