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Un antes y después de Lance Armstrong

Sabado, 19 de enero de 2013 21:10
La USADA quiere que Armstrong amplíe su testimonio -bajo juramento-, lo que incluye dar nombres de dirigentes, compañeros y responsables de laboratorios.

Dos horas y media fue el tiempo que duro la confesión de Lance Armstrong para abrirse al mundo entero y quedar en evidencia. El exastro del ciclismo internacional confesó el jueves pasado a través de un programa de televisión norteamericano, conducido por Oprah Winfrey, que toda su carrera estuvo manchada por el dopaje. “Nadie puede ganar siete Tour de Francia sin doparse”, fue una de las contundentes frases que tiró Armstrong. Condenado por donde se lo mire, el ciclista protagonizó uno de los hechos más vergonzosos en la historia del deporte mundial.

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La USADA quiere que Armstrong amplíe su testimonio -bajo juramento-, lo que incluye dar nombres de dirigentes, compañeros y responsables de laboratorios.

Dos horas y media fue el tiempo que duro la confesión de Lance Armstrong para abrirse al mundo entero y quedar en evidencia. El exastro del ciclismo internacional confesó el jueves pasado a través de un programa de televisión norteamericano, conducido por Oprah Winfrey, que toda su carrera estuvo manchada por el dopaje. “Nadie puede ganar siete Tour de Francia sin doparse”, fue una de las contundentes frases que tiró Armstrong. Condenado por donde se lo mire, el ciclista protagonizó uno de los hechos más vergonzosos en la historia del deporte mundial.

Nacido en Austin, Texas, al norte de Dallas, Estados Unidos, el exciclista profesional construyó en base a la mentira y el engaño un reinado deportivo difícil de igualar. En innumerables oportunidades recibió Bicicleta de Oro (premio entregado anualmente por la revista francesa Velo Magazine), nombrado también Príncipe de Asturias de los Deportes en el 2000 y entre sus mayores logros figuran los siete títulos conseguidos en el Tour de Francia (una de las competencias ciclísticas más importantes del mundo, la primera en competencias por etapas de la historia), entre otros títulos.

“Uno vive una situación ideal, perfecta, pero en realidad es solo una gran mentira”, sentenció en la entrevista Lance. Al momento de su confesión Lance pasaba de un mundo a otro, de la ficción a la dura realidad. La Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) fue la encargada de la investigación que tuvo distintos testimonios, incluso de excompañeros y varios ciclistas. Declaraciones e investigación que terminaron acusando al norteamericano de dirigir el “programa de dopaje más sofisticado, profesional y exitoso que ha conocido el mundo del deporte”. Ahora deberá afrontar todo tipo de condenas.

En octubre pasado la Unión Ciclista Internacional (UCI) le quitó a Armstrong los siete títulos que consiguió de 1999 al 2005. Tras confesar públicamente su “trampa”, en menos de 48 horas perdió una suma cercana a los 75 millones de dólares. Además, él mismo aseguró que perdió “ingresos futuros”. Marcas como Nike dejaron de ser parte de su vida financiera y hasta la Fundación Livestrong, organización de lucha contra el cáncer, lo despojó de la presidencia y de toda la institución. “El momento más humillante fue tener que dejar la fundación”, señaló.

La condena social tampoco se hizo esperar. “Es una vergenza para el deporte”, disparó Novak Djokovic (N§ 1 del tenis mundial). Padre de cinco hijos, el hombre de 41 años le pidió al mayor de sus hijos que no lo defienda más. “Merezco el castigo”, sostuvo. Pese a la equivocación, reconoció que no es el momento más difícil de su vida, sí que se acerca mucho a cuando le confirmaron que tenía un 50 por ciento de seguir vivo y otro 50 de morir tras un cáncer de testículos con metástasis pulmonares y cerebrales, en 1996.

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