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16 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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?Yo no voy a parar hasta saber quien asesinó a mi hija?

Martes, 22 de enero de 2013 20:39

La familia de la menor Carina Argañaraz (17) quien fue estrangulada y cuyo cuerpo fue hallado el jueves pasado en el pasillo de acceso a una vivienda ubicada en la calle Lerma 634, se presentó en la redacción de este matutino para contar el drama que atraviesa tras el homicidio de la chica y hacer público su pedido de justicia. “Vi a mi hija con vida, por última vez, un día antes de año nuevo. Yo sabía que ella a veces consumía droga, pero no sabía que se dedicaba a la prostitución. Me siento muy mal. Ella siempre se iba de la casa pero después volvía. Yo no la podía tener atada. Le pedía a Dios y la Virgen que nunca le pase nada. Ese jueves, como a las 6 un amigo al que le dicen Bambino me vino a buscar y me dijo ‘Ernesto, ha muerto la Carina, te está buscando la Brigada’. Llovía y fuimos a la comisaría 8 y luego a la Brigada. Me mostraron una foto. Era mi hija. Me tomaron una declaración y después vino lo peor: me llevaron a la morgue”, relató con gran tristeza, Ernesto Argañaraz (50), padre de la víctima, trabajador independiente, domiciliado en el barrio Sarmiento, en la zona oeste de la capital salteña.
 

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La familia de la menor Carina Argañaraz (17) quien fue estrangulada y cuyo cuerpo fue hallado el jueves pasado en el pasillo de acceso a una vivienda ubicada en la calle Lerma 634, se presentó en la redacción de este matutino para contar el drama que atraviesa tras el homicidio de la chica y hacer público su pedido de justicia. “Vi a mi hija con vida, por última vez, un día antes de año nuevo. Yo sabía que ella a veces consumía droga, pero no sabía que se dedicaba a la prostitución. Me siento muy mal. Ella siempre se iba de la casa pero después volvía. Yo no la podía tener atada. Le pedía a Dios y la Virgen que nunca le pase nada. Ese jueves, como a las 6 un amigo al que le dicen Bambino me vino a buscar y me dijo ‘Ernesto, ha muerto la Carina, te está buscando la Brigada’. Llovía y fuimos a la comisaría 8 y luego a la Brigada. Me mostraron una foto. Era mi hija. Me tomaron una declaración y después vino lo peor: me llevaron a la morgue”, relató con gran tristeza, Ernesto Argañaraz (50), padre de la víctima, trabajador independiente, domiciliado en el barrio Sarmiento, en la zona oeste de la capital salteña.
 

Alguien se hizo pasar por su prima

“Cuando llegué al destacamento San Bernardo mi hija estaba registrada con el nombre de María y otro apellido. Yo quiero saber quien dio ese nombre a la Policía. Además, ahí me dijeron que alguien se había hecho pasar por una prima y que había querido retirar el cuerpo, pero como no tenía documento, porque el DNI lo tenía yo, no se lo permitieron”, dijo Argañaraz.
“Entré a la morgue y apenas la vi supe que era ella. Me explicaron como la habían matado, la estrangularon. Yo no me voy a quedar con esto. No voy a parar hasta saber quien asesinó a mi hija. Quiero que salga la verdad a la luz, que el verdadero culpable pague, pero si yo me entero antes quien es, no sé que haría, tengo tantas cosas en la cabeza. Lo único que quiero es que mi hija descanse en paz”, sostuvo el progenitor.
 

Vivió presionada, amenazada”

“Sospecho de cierta gente que llevó a mi hija hasta la casa dos veces: un hombre que la trajo en una motocicleta la noche de navidad y al cual yo le dije que se fuera. También, otra de mis hijas vió a Carina llegar con una mujer rubia. Carina dijo que era su cuñada, pero no le creímos. Pienso que mi hija vivió presionada, amenazada quizá por estas personas que la obligaron a prostituirse. Cayó en manos de alguien. Necesito saber quienes son. Ese es mi punto de vista y no voy a bajar los brazos hasta encontrar al asesino. Dejo todo en las manos de la Brigada y la Justicia. Yo confío. Tenemos fé en ellos. Pido justicia”, finalizó Ernesto Argañaraz.
 

Estuvo internada en un hogar

Por su parte, Tomasa Gómez (48) madre de la joven asesinada expresó: “Mi hija empezó a los 13 años con las internaciones. A veces salía, otras se escapaba. Siempre andaba por el barrio. Pero la última vez la fuimos a buscar al Bajo y estuvo internada en el hogar Tránsito hasta el 20 de noviembre por orden de la jueza de menores Silvia Bustos Rallé”.“Estuvo con nosotros para navidad y hasta bailó esa noche en casa. También vino un día antes de año nuevo. Esa fue la última vez que la vimos”, contó Gómez.
 

“Ese día llegó, entró y sacó su ropa que era muy linda. De a poco se la iba llevando. Pero ella siempre volvía sucia y sin las zapatillas, llegaba de chinelas. Cuando le preguntábamos por las zapatillas nos decía que las había lavado en otro lado”, relató Ernesto Argañaraz, el padre de la menor. “Cuando se iba de la casa, nosotros la íbamos a buscar porque no queríamos que anduviera en la calle. Ella era una chica buena. Hacía amistades con facilidad. Era bondadosa. A veces se enojaba. Tenía un carácter muy fuerte. El problema es que fue entrando cada vez más en un vicio”, señaló.
“Ella consumía pipas. Al último no sabíamos donde andaba. Nos decía que estaba en la casa de su novio pero no daba direcciones añadió Noemí Argañaraz (22), hermana de la víctima. “La última vez que me llamó me dijo ‘mamá voy mañana y al otro día me volvió a llamar para decirme que su novio no la dejaba venir”, culminó Gómez.
 

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