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Empanadas, folclore y asado, tradiciones que los jóvenes quieren atesorar

Domingo, 10 de noviembre de 2013 02:58

En dos décadas tendrán unos 40 años. Se imaginan trabajando, con o sin hijos. Con seguridad, quieren preservar como hábito la mesa del domingo, con asado y esas empanadas jugosas. De las costumbres de hoy y de antaño, anhelan atesorar la música folclórica: la zamba, la chacarera y los ritmos andinos. Por el Día de la Tradición, adolescentes hablaron con El Tribuno sobre esas particularidades que los identifican como salteños.

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En dos décadas tendrán unos 40 años. Se imaginan trabajando, con o sin hijos. Con seguridad, quieren preservar como hábito la mesa del domingo, con asado y esas empanadas jugosas. De las costumbres de hoy y de antaño, anhelan atesorar la música folclórica: la zamba, la chacarera y los ritmos andinos. Por el Día de la Tradición, adolescentes hablaron con El Tribuno sobre esas particularidades que los identifican como salteños.

“Cuando un grito doliente nace/ desde el vientre de alguna caja/ y la copla se vuelve ausencia:/ ­cómo me acuerdo de Salta!”. Ayelén Tapia, una estudiante de 17 años del colegio Arturo Illia, no encuentra palabras para describir las sensaciones que le genera una de sus canciones favoritas. “Yo bailo zamba, estilo tradicional y estilizado”, acentúa la adolescente.

“Nos sentimos orgullosos de ser salteños”, expresó Luciano Chacón, de 18 años. A él, a Ayelén y a sus otros compañeros no los incomodan los más de 30 grados centígrados. Al igual que decenas de chicos, conversan, se abrazan y bromean. Es mediodía de viernes. Para muchos estudiantes, la tradición los convoca a la plaza 9 de Julio. Aunque algunos adultos lo nieguen, hay vivencias que se repiten. Ya Los Chalchaleros añoraban “las cosas de mi Salta quinceañera”. Letras que recorrieron el mundo, aún describen lo que de una u otra forma envuelve a los adolescentes. “Con todos los amores que guardamos muy profundo,/ con todos los amigos de ese tiempo colegial:/ la vuelta de la plaza con chiquillas coqueteando/ a todos los tenorios aprendices del amor”, rezaba la canción Plaza 9 de Julio.

En la zona sur, en el colegio secundario Aráoz, Estefanía Ruiz García y Facundo Ramón valoran el cancionero popular que heredaron. “La estructura de esos géneros tiene que mantenerse. Se ve que antes creaban muchas canciones ”, apunta ella. El agrega: “Sabemos que ahora hay variaciones y mezclas con otro tipo de música para atraer a los jóvenes. Está bueno ir a los festivales. Me gustaría que los chicos sigan impulsando la tradición de Salta”, ansía Estefanía.

La “compu”, como el mate

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Está ahí, como una más. La computadora portátil es parte de la vida de los adolescentes. Están seguro de que la tecnología y las comunicaciones no se despegarán nunca más de sus estilos de vida. “Es como el mate”, dice una adolescente mientras conversa con sus amigos. Los chicos opinan lo mismo sobre el celular.
Brian, de 15 años, tuvo una objeción: “Llega un punto en que la tecnología puede ser molesta, porque uno pasa más tiempo en la netbook que en otros lugares”.

Papá, el maestro

Luciano, del colegio Arturo Illia, remarcó que con sus apenas 18 años ya es un gran asador. Su papá fue su maestro en el arte de poner la carne a la parrilla y sacarla a punto para los comensales.
Locro, humitas, tamales y mazamorra fueron las preparaciones regionales que los adolescentes mencionaron entre los primeros lugares al ser consultados sobre la gastronomía tradicional.
Como bebida típica, hubo una respuesta colectiva a favor del mate.

 

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