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15 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Una cadena de polémicas llegó a su fin

Jueves, 07 de febrero de 2013 12:41
Marcos García, chorote; Juan Vega, tapiete, Luis Mojica, chané y Juan González, de la etnia chulupí, votaron por Arello.

Los vocales del Instituto resultaron electos el 15 de diciembre pasado en el sufragio que se repartió por distintas escuelas de la ciudad de Tartagal, casa central del IPPIS, además del lugar de residencia de Indalecio Calermo, que ese día resultó reelecto vocal por la etnia wichi, ganándole por un cómodo margen al joven dirigente de Santa Victoria Este, René Delgado. Al día siguiente amenazó con quemar la corresponsalía de este diario en esa ciudad norteña, donde el aborigen se mueve al mejor estilo Milagro Sala, manejando recursos, otorgando planes, bolsones y fuentes de trabajo. Fue luego de que este medio publicara que según la ley no podría ser nuevamente presidente del Instituto. De acuerdo a la ley provincial 7121, que dio origen al organismo, la presidencia no debe permanecer en una sola etnia por más de un período y tiene que ser rotativa entre los distintos pueblos originarios de Salta.

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Marcos García, chorote; Juan Vega, tapiete, Luis Mojica, chané y Juan González, de la etnia chulupí, votaron por Arello.

Los vocales del Instituto resultaron electos el 15 de diciembre pasado en el sufragio que se repartió por distintas escuelas de la ciudad de Tartagal, casa central del IPPIS, además del lugar de residencia de Indalecio Calermo, que ese día resultó reelecto vocal por la etnia wichi, ganándole por un cómodo margen al joven dirigente de Santa Victoria Este, René Delgado. Al día siguiente amenazó con quemar la corresponsalía de este diario en esa ciudad norteña, donde el aborigen se mueve al mejor estilo Milagro Sala, manejando recursos, otorgando planes, bolsones y fuentes de trabajo. Fue luego de que este medio publicara que según la ley no podría ser nuevamente presidente del Instituto. De acuerdo a la ley provincial 7121, que dio origen al organismo, la presidencia no debe permanecer en una sola etnia por más de un período y tiene que ser rotativa entre los distintos pueblos originarios de Salta.

“El presidente no puede ser reelecto", dice la norma, pero según la interpretación jurídica del dirigente wichi había “un vacío legal que permite otro mandato”. Calermo había dicho públicamente que sería presidente si así se lo pide la voluntad popular, “porque eso es lo que pidió el Gobernador”. Pero la intentona fracasó y por razones que no pudo conocer este medio, Calermo se bajó de la presidencia en la que ya calculaba reformar los estatutos para que los mandatos duren cuatro en lugar de dos años. Semanas atrás, los cinco vocales de la mayoría eligió a Enrique Arello en Salta como nuevo presidente, por temor a “sufrir aprietes y agresiones de la patota de Calermo en Tartagal”. Días después, la minoría de los cuatro vocales nombró una conducción paralela con Demy Sosa como presidente y Calermo como vice. El martes, por pedido del Ministerio de Derechos Humanos, se convocó otra reunión donde la minoría pretendía judicializar el conflicto y no votar. Finalmente llegó la derrota y la gente de Calermo invadió el edificio del IPPIS, que continuaba tomado hasta ayer y que obligó el martes a los vocales de la mayoría a salir por los techos.

 Estos son los nueve vocales de las etnias originarias

El consejo directivo del IPPIS está compuesto por los nueve vocales, que representan a cada una de las etnias que hay en el territorio de la Provincia.
Enrique Arello, representante de la etnia guaraní (presidente); Eduardo Casimiro, por la etnia diaguita; Demy Sosa, del pueblo toba; Miguel Ciares en representación de las comunidades coyas de la zona andina salteña; Juan Vega, por los tapietes; Juan González de la etnia chulupí; Luis Mojica del pueblo chané; Indalecio Calermo reelecto vocal de las comunidades wichi y Marcos García, de Santa Victoria Este por los chorotes.
 

“Se terminó el atropello y el soborno a mis hermanos”

“Ellos no querían votar. Decían que la votación de Tartagal era legal y que la nuestra no, pero finalmente votaron y firmaron el acta. Además, a nosotros nunca nos notificaron de la votación en Tartagal, pero hoy se demostró que tenemos la mayoría y que funciona la democracia. Además hay que saber que existieron amenazas y persecuciones sobre los que nos oponemos a Calermo, además de intentos de soborno, por lo que no nos íbamos a sentir seguros allá, donde tiene todo el poder Calermo. Al final, la minoría argumentaba que no estaba de acuerdo, pero tendrían que haber pensado antes de votar”, había dicho el martes a El Tribuno el nuevo presidente del IPPIS.
“Se tiene que terminar el atropello y el soborno a los hermanos aborígenes de la Provincia y la ayuda que llega para el indígena de distintos organismos, sea mucha o poca, tiene que llegar a las comunidades. Ya nunca más se quedarán en las manos de una sola persona, lo mismo que las decisiones que tendrán que ser consensuadas por los vocales y no impuestas de forma autoritaria como hoy. Queremos un IPPIS participativo, de puertas abiertas y articulado con el Estado en todos sus niveles. El Gobierno nos tiene que ayudar a mejorar la atención al aborigen”, agregó el ganador, Enrique Arello.

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