Los obispos católicos de Brasil expresaron su apoyo a las multitudinarias manifestaciones en Brasil, a un mes de la visita del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro.
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Los obispos católicos de Brasil expresaron su apoyo a las multitudinarias manifestaciones en Brasil, a un mes de la visita del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro.
“Los obispos manifiestan solidaridad y apoyo a las manifestaciones, siempre que sean pacíficas, que han llevado a las calles a gente de todas las edades, sobre todo a los jóvenes”, dijo la nota divulgada por la Conferencia de Obispos de Brasil (CNBB).
“Las movilizaciones nos cuestionan a todos nosotros y comprueban que ya no es posible vivir en un país con tanta desigualdad, se sustentan en la justa y necesaria reivindicación de políticas públicas para todos, gritan contra la corrupción”, dijeron. Advirtieron, sin embargo, que “nada justifica la violencia” ya que las manifestaciones han degenerado muchas veces en saqueos y destrozos.
El papa Francisco viajará a Río del 23 al 28 de julio próximo para presidir la JMJ, en la ciudad que ha tenido las mayores protestas. Al respecto, el ministro secretario de la presidencia, Gilberto Carvalho, advirtió anteayer que Brasil tiene que estar preparado ante la eventualidad de que haya protestas en ese período.
Los ecos del mensaje de Dilma
Evaluación dispar. Así podría calificarse la recepción que tuvo el mensaje de la presidenta brasileña Dilma Rousseff tras las masivas protestas sociales que sacuden a su país. El mismo fue recibido con satisfacción por políticos, analistas y la prensa, aunque la oposición criticó la falta de concreción de las propuestas y los manifestantes continuaban con sus protestas.
Rousseff, quien se comprometió a escuchar “las voces de la calle”, propuso un pacto con las autoridades de todo el país para mejorar los servicios públicos y admitió que se precisan “formas más eficaces de combate contra la corrupción”. También condenó la violencia de grupos minoritarios.
El diario O Globo apoyó el mensaje de la Presidenta al afirmar que “abrió un positivo espacio de negociación (...). Estableció un horizonte para que el país salga de la crisis”.
La FIFA, que celebra la Copa Confederaciones en Brasil y prepara el Mundial del año que viene, también elogió el mensaje conciliador de la Presidenta. El certamen en disputa ha sido uno de los principales focos de crítica de las protestas, tras los millonarios gastos realizados en los estadios brasileños.
Por su parte, el profesor Rubens Figueiredo de la Universidad de San Pablo, manifestó que “el discurso fue bueno desde el punto de vista analítico y dijo lo que la gente esperaba, condenando la violencia minoritaria pero, en (lo que respecta a las) medidas que el gobierno podría tomar, obtuvo una nota baja”. En el mismo sentido, el senador opositor socialdemócrata Alvaro Dias afirmó que fueron “palabras al viento”.
Los manifestantes fueron más críticos: “Nos trata de idiotas en cadena nacional”, escribió un internauta.