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Para el Gobierno un niño puede comer con menos de $3

Jueves, 27 de junio de 2013 22:03

Con mucho esfuerzo, día a día, cientos de mujeres salteñas tienen que hacer malabares para poder abrir las puertas de sus comedores comunitarios. Luna, madre de dos niños, revuelve una olla grande que cocina una sopa con pocos ingredientes. Su entusiasmo, a medida que los niños llegan al comedor ubicado en villa Floresta, se manifiesta en su tímida sonrisa. Ella piensa si es que le alcanzará la comida para 260 chicos, porque sabe que le acercarán sus platos y no podrá decirles “no ya se acabó vuelvan mañana y más temprano”.

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Con mucho esfuerzo, día a día, cientos de mujeres salteñas tienen que hacer malabares para poder abrir las puertas de sus comedores comunitarios. Luna, madre de dos niños, revuelve una olla grande que cocina una sopa con pocos ingredientes. Su entusiasmo, a medida que los niños llegan al comedor ubicado en villa Floresta, se manifiesta en su tímida sonrisa. Ella piensa si es que le alcanzará la comida para 260 chicos, porque sabe que le acercarán sus platos y no podrá decirles “no ya se acabó vuelvan mañana y más temprano”.

Como ella, las mujeres que trabajan en comedores infantiles se enfrentan a diario con una cruda realidad. Es que el Gobierno otorga diariamente a cada comedor infantil de la Provincia, $2,40 por niño para que sean alimentados.

Pero casi $3 diarios por cada chico representa, para las encargadas de los comedores, una suma insignificante a la hora de hacer las compras para el almuerzo, pues conocen la inflación mejor que cualquier economista y la enfrentan día tras día.

La Asociación de Comedores de Salta, alimenta todos los días a casi 1.100 personas de la Capital. Por ese gran gesto, que se materializa en 6 comedores distribuidos en barrios pobres, recibe menos de $3 por chico. “Recibimos del Gobierno $2,40 por cada niño para que puedan comer. Es muy poco, lo sé. Pero tratamos de darnos maña. Siempre digo... Dios proveerá. Desde la Nación nos mandan ayuda entonces complementamos con lo que el Gobierno te da diariamente”, explicó Amalia Rodríguez, titular de esa asociación de voluntarios.

Desde la Cooperadora Asistencial informaron que la cantidad de comedores que hay en la ciudad capitalina no superan los 30. En tanto que en toda la provincia, existen 161 comedores, según comunicó a este medio la Secretaría de Asistencia Crítica, dependiente del Ministerio de Derechos Humanos.

“Hoy en total hay 14.431 niños que asisten diariamente a los comedores en toda Salta”, manifestó Verónica Pastrana, encargada de los comedores infantiles de la Provincia.

Actualmente, los $2,40 que recibe cada niño en alimentos, es igual que lo que se les otorgaba en 2012.

“El monto que cada comedor recibe depende de la cantidad de niños que asistan. Pero per capita, todos reciben el mismo valor”, aclaró Pastrana.

En virtud del Decreto 472, a través del cual se descentralizaron las políticas sociales, el Ejecutivo provincial le gira los fondos a los distintos municipios y éstos los comedores.

“Hoy, un kilo de harina sale $8,50. Carísimo. Si la gente del mismo barrio no nos acerca mercadería o los almaceneros no nos dejan sacar a cuenta, no se que pasaría”, explicó Soledad, voluntaria en el Centro Infantil de Floresta. Y añadió que “hay que pelearla duro todos los días”. Y no dudan en hacerlo. Saben que su misión es que los niños estén bien alimentados y en pos de ello es que dejan su propia vida.

Lo que les cuesta entender es porqué reciben tan poca ayuda del Estado provincial. Pero las quejas quedan relegadas cuando los esfuerzos de los voluntarios superan los obstáculos.

“Al comedor que tenemos en Norte Grande asisten 170 chico, 240 al de San Francisco Solano, unos 120 al que está en villa Esperanza y 260 al de villa Floresta”, contó Amalia Ro dríguez.

Los fondos, controlados pero igual insuficientes

La descentralización de las políticas sociales implementada en 2010, no desliga al Gobierno provincial de sus principales obligaciones en esa materia. Al menos eso no lo establece el Decreto provincial 472/10 que permitió dicho proceso de transferencia. En virtud de ello, es que las mejoras sustanciales, como el aumento en los fondos destinados a los comedores infantiles, depende exclusivamente del Ejecutivo provincial, no de los municipios. Cuando se adoptó la iniciativa se plantearon cuestionamientos por el modo en que se controlarían los fondos girados.

Ivette Dousset, secretaria de Acción Social del municipio, manifestó que a través de la descentralización, “el municipio capitalino tiene un control más directo sobre cómo manejan el dinero los comedores y cómo es que lo utilizan”. Dousset agregó que “eso trajo problemas y molestias porque cuando no existen las rendiciones claras y transparentes por parte de distintas instituciones, la ayuda no puede seguir dándose”.
 

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