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Procesaron a un disc jockey por trata de personas

Miércoles, 25 de septiembre de 2013 23:30

Un sujeto identificado como Carlos David Cachagua (35), alias “Charly”, quien se desempeñaba como disc jockey, fue procesado por el delito de trata de personas en perjuicio de, al menos, cuatro chicas menores de edad. El acusado captaba a las víctimas en boliches bailables nocturnos, tanto de la calle Balcarce como en otras zonas. En un primer momento les ofrecía “trabajar” como promotoras de eventos, desfiles y bailes, pero luego de que las jóvenes aceptaban, todo cambiaba y las actividades se transformaban en desfiles en ropa interior, luego shows eróticos como strippers en locales nocturnos, también de “remera mojada” y “body painting” y fiestas privadas y finalmente mantener relaciones sexuales a cambio de dinero con amigos o conocidos del individuo, en Salta y Jujuy. Si las menores se negaban a lo último, Cachagua aprovechaba descuidos y les colocaba somníferos en tragos, por lo que las adolescentes solían despertarse al día siguiente al lado de hombres mayores desconocidos, quienes les entregaban plata por “los servicios nocturnos recibidos”. Éstos les decían que esa suma “era la pactada” con anterioridad con Cachagua. El desaprensivo captador, mediante engaños, se aprovechaba del estado de vulnerabilidad de las chicas, ya que todas tenían problemas familiares.

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Un sujeto identificado como Carlos David Cachagua (35), alias “Charly”, quien se desempeñaba como disc jockey, fue procesado por el delito de trata de personas en perjuicio de, al menos, cuatro chicas menores de edad. El acusado captaba a las víctimas en boliches bailables nocturnos, tanto de la calle Balcarce como en otras zonas. En un primer momento les ofrecía “trabajar” como promotoras de eventos, desfiles y bailes, pero luego de que las jóvenes aceptaban, todo cambiaba y las actividades se transformaban en desfiles en ropa interior, luego shows eróticos como strippers en locales nocturnos, también de “remera mojada” y “body painting” y fiestas privadas y finalmente mantener relaciones sexuales a cambio de dinero con amigos o conocidos del individuo, en Salta y Jujuy. Si las menores se negaban a lo último, Cachagua aprovechaba descuidos y les colocaba somníferos en tragos, por lo que las adolescentes solían despertarse al día siguiente al lado de hombres mayores desconocidos, quienes les entregaban plata por “los servicios nocturnos recibidos”. Éstos les decían que esa suma “era la pactada” con anterioridad con Cachagua. El desaprensivo captador, mediante engaños, se aprovechaba del estado de vulnerabilidad de las chicas, ya que todas tenían problemas familiares.

Las pruebas en su contra

Según consta en el expediente, las pruebas en contra del procesado son contundentes. Las declaraciones testimoniales de las víctimas son desgarradoras. Una de las menores sostuvo que en una oportunidad estaba tomando un trago junto a él y que luego comenzó a sentirse mal sin poder recordar que pasó a partir de ese momento. Al día siguiente despertó en una casa del barrio Santa Ana, tras lo cual un tal Carlos, de unos 60 años, le dijo “Charly me dijo que esto es lo que te corresponde”, y le entregó $300. La chica luego advirtió que tenía moretones en las entrepiernas.

En tanto otra menor expresó que la primera vez que Charly la prostituyó ella tenía 15 años. Contó que en una oportunidad, cuando estaban en un boliche, él le dio algo de tomar y ella perdió el conocimiento. Al día siguiente se despertó desnuda al lado de un desconocido de 56 años de edad en una casa en la localidad de General Gûemes y al preguntarle quien era, él le dijo que Charly ya iba a volver. Pero la víctima no esperó y se volvió sola a la ciudad en colectivo.

Otra de las menores sostuvo que Charly la habría obligado a practicarse un aborto, ya que de seguir adelante con el embarazo, él le dijo que “lo haría perder plata en los shows”.

Vigilancias discretas y un allanamiento se concretaron en la vivienda del sujeto que dio resultado positivo con el secuestro de varias CPU y teléfonos celulares que contenían fotografías y filmaciones pornográficas en las que aparecían las jóvenes.

En tanto, de las escuchas telefónicas se desprende que el incriminado trataba de “contratar” a una menor de edad “flaquita, linda con buena cola y lolas”. Incluso a otra le ofrecía comprarle lencería.

La resolución dictaminada por el juez federal 1 Julio Bavio, ordena el procesamiento y la prisión preventiva de Cachagua por ser considerado autor material del delito de captación de chicas menores de 18 años con fines de explotación, previsto y penado por la ley 26.364 de trata de personas.

En la resolución judicial también se ordena la liberación de un hombre conocido como “Mecha”. Si bien se sospecha que pudo haber actuado como cómplice, no hubo pruebas suficientes para incriminarlo en la causa.

Lo denunció una madre

Las pesquisas del caso se iniciaron el 13 de junio de 2012 luego de que la madre de una menor de edad radicara una denuncia en contra de Cachagua ante la División de Lucha contra la Trata de Personas, ya que su hija, desde hacía un tiempo, venía teniendo actitudes anormales en su comportamiento, como por ejemplo, salir casi todos los días de la semana en horarios nocturnos. Además la veía manejarse con dinero, que ella nunca le había dado y sabía que ella frecuentaba el boliche bailable “Castillo Mao”, en el cual trabajaba un tal “Charly”. La mujer aseguró que su hija había sido invitada por una amiga, también menor de edad, a viajar a la provincia de Jujuy para participar de un desfile de modelos en compañía del tal “Charly”. Posteriormente, a través de la cuenta de la red social Facebook de su hija, la mujer supo que había participado del desfile representado por “Charly”, junto a su amiga, exhibiendo ropa interior.

La mujer aseguró que en una oportunidad encontró a “Charly” y le pidió que dejara de molestar a su hija, a lo cual el acusado le respondió que su hija “le había dado muchos problemas”.

La trata de personas es un delito de lesa humanidad que viola los derechos humanos. En Argentina, Susana Trimarco, la mamá de María de los Ángeles “Marita” Verón, la joven tucumana secuestrada el 3 de abril de 2002 y que fue obligada a prostituirse según testigos, es un emblema de la lucha contra este delito. Por la persistencia en la búsqueda de su hija fue premiada con diferentes distinciones. El 19 de octubre de 2007 creó la fundación María de los Ángeles que ya rescató a más de 1.000 mujeres.

 

 

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