Fin de la ilusión para Mitre: se durmió en el final, ganó 3 a 2, pero no le alcanzó

Pero no hay nada que reprocharle a estos jugadores. La mayoría son laburantes y a la vez se dedican al fútbol; le taparon la boca a más de uno eliminando a Talleres de Perico y a Central Norte de la lucha por el ascenso. Mitre había llegado a esta revancha con tres goles abajo y, lejos de desmoralizarse, salió como un león dispuesto a comerse a Concepción FC. Y al minuto nomás marcó el primero, tal como lo había planificado Aniceto Roldán: "Debemos hacer goles rápido". Fue Hugo Gutiérrez el que no perdonó en la primera jugada del ciclón. Y el segundo paso del plan decía: "Marcar dos goles antes del final del primer tiempo". Y así fue. El ciclón cumplía con todo a la perfección, a pesar de que le costaba tener la posesión del balón y corría muchos riesgos cuando Aragón tenía la pelota. A los 33' aprovechó un tiro libre y marcó el segundo. Fue un cabezazo de Ezequiel Carate, inatajable para el arquero Romero.

Terminaba el primer tiempo y todo el mundo se ilusionaba porque Mitre estaba cerca. Y ni hablar cuando marcó el tercero. Barrionuevo dejó "mudos" a los 2.500 tucumanos que se llegaron al Martearena, porque después de tres rebotes anotó el tercero para el ciclón. La serie estaba igualada 3-3 y la final se iba definir desde el punto del penal... incluso más de uno se ilusionaba con que Pegini fuera la figura con sus atajadas.

Pero, ¿qué pasó? El equipo se fue quedando de a poco, las piernas ya no respondían y otra vez el mismo karma que en el primer partido: los últimos diez minutos. Fue un final letal. A los 40' Mauricio Verón achicó la diferencia, a pesar de que casi todo Mitre estaba en el área. Todavía había una leve esperanza porque el partido no terminaba; pero no hubo reacción y para colmo Bonuccelli se fue expulsado. Ya sobre el final, una contra terminó de liquidar al equipo de Roldán. Vilte no llegó a despejar y Alejandro Alfonso marcó el segundo gol. Fue el final para la ilusión. Se le escurrió como agua entre las manos. Pero Mitre perdió con dignidad.

Las lágrimas corrieron por las mejillas de todos. Pero no hay que llorar por lo que no fue, sino sonreír por lo que fue. Este Mitre le permitió crecer a muchos jugadores locales, quienes devolvieron con creces la confianza. Desde la CD apostaron a un proyecto y cumplieron con su palabra. Mitre demostró que pueden estar a la altura de los grandes de la categoría. Un aplauso, señores.

Pero no hay nada que reprocharle a estos jugadores. La mayoría son laburantes y a la vez se dedican al fútbol; le taparon la boca a más de uno eliminando a Talleres de Perico y a Central Norte de la lucha por el ascenso. Mitre había llegado a esta revancha con tres goles abajo y, lejos de desmoralizarse, salió como un león dispuesto a comerse a Concepción FC. Y al minuto nomás marcó el primero, tal como lo había planificado Aniceto Roldán: "Debemos hacer goles rápido". Fue Hugo Gutiérrez el que no perdonó en la primera jugada del ciclón. Y el segundo paso del plan decía: "Marcar dos goles antes del final del primer tiempo". Y así fue. El ciclón cumplía con todo a la perfección, a pesar de que le costaba tener la posesión del balón y corría muchos riesgos cuando Aragón tenía la pelota. A los 33' aprovechó un tiro libre y marcó el segundo. Fue un cabezazo de Ezequiel Carate, inatajable para el arquero Romero.

Terminaba el primer tiempo y todo el mundo se ilusionaba porque Mitre estaba cerca. Y ni hablar cuando marcó el tercero. Barrionuevo dejó "mudos" a los 2.500 tucumanos que se llegaron al Martearena, porque después de tres rebotes anotó el tercero para el ciclón. La serie estaba igualada 3-3 y la final se iba definir desde el punto del penal... incluso más de uno se ilusionaba con que Pegini fuera la figura con sus atajadas.

Pero, ¿qué pasó? El equipo se fue quedando de a poco, las piernas ya no respondían y otra vez el mismo karma que en el primer partido: los últimos diez minutos. Fue un final letal. A los 40' Mauricio Verón achicó la diferencia, a pesar de que casi todo Mitre estaba en el área. Todavía había una leve esperanza porque el partido no terminaba; pero no hubo reacción y para colmo Bonuccelli se fue expulsado. Ya sobre el final, una contra terminó de liquidar al equipo de Roldán. Vilte no llegó a despejar y Alejandro Alfonso marcó el segundo gol. Fue el final para la ilusión. Se le escurrió como agua entre las manos. Pero Mitre perdió con dignidad.

Las lágrimas corrieron por las mejillas de todos. Pero no hay que llorar por lo que no fue, sino sonreír por lo que fue. Este Mitre le permitió crecer a muchos jugadores locales, quienes devolvieron con creces la confianza. Desde la CD apostaron a un proyecto y cumplieron con su palabra. Mitre demostró que pueden estar a la altura de los grandes de la categoría. Un aplauso, señores.