Solo en el área operativa XII que pertenece al hospital Juan Domingo Perón de Tartagal son 150 los niños que actualmente se encuentran con riesgo nutricional, 9 de los cuales están en estado crítico. Según la licenciada en nutrición, Silvana López, jefa del servicio de APS "estos casos, de presentarse otras patologías sobre agregadas como diarrea o vómitos, lamentablemente pueden terminar en otra muerte"
Un combo que puede ser mortal
A diferencia de otros hospitales del norte provincial como Aguaray, Salvador Mazza, General Mosconi o Embarcación, Tartagal cuenta desde hace varios años con un observatorio que depende de la secretaría de nutrición y alimentación saludable y que a su vez forma parte del Ministerio de Salud de la Provincia. Pero la situación de Tartagal dista mucho de ser la ideal y como sucede en el resto de la provincia, los niños más expuestos son los que viven en la extrema pobreza con un entorno que en nada contribuye a una buena calidad de vida.
Silvana López, jefa del servicio de Atención primaria de la Salud del hospital de Tartagal explica que "en ese observatorio tenemos registrado a cada niño que está en riesgo nutricional o en bajo peso, información que se envía en forma permanente a Salta (al Ministerio de Salud); a la vez se controla que las madres traigan a sus niños a los seguimientos médicos o cuando tienen que ser asistidos en la sala de control nutricional. Pero el gran inconveniente que se nos presenta - agrega la funcionaria- es que los padres no concurren. Lamentablemente el trabajo de los agentes sanitarios es cada vez mayor y no siempre disponen del tiempo suficiente para ocuparse ellos mismos de traer a los niños hasta el hospital cuando esto es responsabilidad de los propios padres".
López consignó que en la actualidad en el hospital Perón de Tartagal "tenemos 193 niños con bajo peso, 150 diagnosticados con desnutrición y entre ellos 9 niños que se encuentran en estado crítico quienes ante una diarrea o alguna otra enfermedad sobre agregada lamentablemente puede ser otro caso de mortalidad infantil ".
De los 9 chiquitos, 5 se encuentran internados pero el inconveniente que se presenta para todos estos niños es el momento en que son recuperados y dados de alta. "Tenemos niños desde los 6 meses es decir que la desnutrición comienza desde muy temprana edad. Pero la situación no se soluciona con recuperarlos y enviarlos a sus casas. Allí no tienen cloacas, tienen letrinas sin tratamiento y a cielo abierto, conviven con animales enfermos, algunas con sarna y todo eso hace al entorno de los chiquitos" explica la titular de APS.
Todos incluidos en un plan de políticas integrales
López agregó que "todos los chiquitos que presentan bajo peso están incluidos dentro de un plan de políticas integrales; todos los padres de estos chicos cobran 190 pesos por una tarjeta social y un plan de inclusión. Pero muchos no han usado la tarjeta en los últimos 6 meses porque no las han recibido. Tenemos casos de comunidades de difícil acceso sobre todo en los meses de verano por efecto de las lluvias, como son Tonono o Pacará donde las mamás tienen que abonar $400 por el traslado hasta Tartagal. Por ese motivo estamos viendo de qué manera se puede subsanar ese inconveniente y creemos que lo más eficaz sería que se le vuelvan a entregar los bolsones alimentarios para reemplazarlos en valor de la tarjeta".
*La tarjeta alimentaria se denominaba Nutrivida y pasó a otro programa focalizado denominado AIPA.
*Antes se entregaban bolsones, se reemplazaron por tickets alimentarios y finalmente las tarjetas sociales.
*Los comedores comunitarios dejaron de funcionar y los padres reciben actualmente un tickets de $100 por cada niño.
*Gran cantidad de tarjetas alimentarias se dieron de baja porque sus padres son empleados de la administración pública provincial.
*Las tarjetas sociales son exclusivamente para familias en situación de vulnerabilidad como los aborígenes.
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Solo en el área operativa XII que pertenece al hospital Juan Domingo Perón de Tartagal son 150 los niños que actualmente se encuentran con riesgo nutricional, 9 de los cuales están en estado crítico. Según la licenciada en nutrición, Silvana López, jefa del servicio de APS "estos casos, de presentarse otras patologías sobre agregadas como diarrea o vómitos, lamentablemente pueden terminar en otra muerte"
Un combo que puede ser mortal
A diferencia de otros hospitales del norte provincial como Aguaray, Salvador Mazza, General Mosconi o Embarcación, Tartagal cuenta desde hace varios años con un observatorio que depende de la secretaría de nutrición y alimentación saludable y que a su vez forma parte del Ministerio de Salud de la Provincia. Pero la situación de Tartagal dista mucho de ser la ideal y como sucede en el resto de la provincia, los niños más expuestos son los que viven en la extrema pobreza con un entorno que en nada contribuye a una buena calidad de vida.
Silvana López, jefa del servicio de Atención primaria de la Salud del hospital de Tartagal explica que "en ese observatorio tenemos registrado a cada niño que está en riesgo nutricional o en bajo peso, información que se envía en forma permanente a Salta (al Ministerio de Salud); a la vez se controla que las madres traigan a sus niños a los seguimientos médicos o cuando tienen que ser asistidos en la sala de control nutricional. Pero el gran inconveniente que se nos presenta - agrega la funcionaria- es que los padres no concurren. Lamentablemente el trabajo de los agentes sanitarios es cada vez mayor y no siempre disponen del tiempo suficiente para ocuparse ellos mismos de traer a los niños hasta el hospital cuando esto es responsabilidad de los propios padres".
López consignó que en la actualidad en el hospital Perón de Tartagal "tenemos 193 niños con bajo peso, 150 diagnosticados con desnutrición y entre ellos 9 niños que se encuentran en estado crítico quienes ante una diarrea o alguna otra enfermedad sobre agregada lamentablemente puede ser otro caso de mortalidad infantil ".
De los 9 chiquitos, 5 se encuentran internados pero el inconveniente que se presenta para todos estos niños es el momento en que son recuperados y dados de alta. "Tenemos niños desde los 6 meses es decir que la desnutrición comienza desde muy temprana edad. Pero la situación no se soluciona con recuperarlos y enviarlos a sus casas. Allí no tienen cloacas, tienen letrinas sin tratamiento y a cielo abierto, conviven con animales enfermos, algunas con sarna y todo eso hace al entorno de los chiquitos" explica la titular de APS.
Todos incluidos en un plan de políticas integrales
López agregó que "todos los chiquitos que presentan bajo peso están incluidos dentro de un plan de políticas integrales; todos los padres de estos chicos cobran 190 pesos por una tarjeta social y un plan de inclusión. Pero muchos no han usado la tarjeta en los últimos 6 meses porque no las han recibido. Tenemos casos de comunidades de difícil acceso sobre todo en los meses de verano por efecto de las lluvias, como son Tonono o Pacará donde las mamás tienen que abonar $400 por el traslado hasta Tartagal. Por ese motivo estamos viendo de qué manera se puede subsanar ese inconveniente y creemos que lo más eficaz sería que se le vuelvan a entregar los bolsones alimentarios para reemplazarlos en valor de la tarjeta".
*La tarjeta alimentaria se denominaba Nutrivida y pasó a otro programa focalizado denominado AIPA.
*Antes se entregaban bolsones, se reemplazaron por tickets alimentarios y finalmente las tarjetas sociales.
*Los comedores comunitarios dejaron de funcionar y los padres reciben actualmente un tickets de $100 por cada niño.
*Gran cantidad de tarjetas alimentarias se dieron de baja porque sus padres son empleados de la administración pública provincial.
*Las tarjetas sociales son exclusivamente para familias en situación de vulnerabilidad como los aborígenes.