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Tiene 17 años, engañó a una niña de 13 por Facebook y la violó

Martes, 10 de mayo de 2016 01:30
<div>Los engaños a través de las redes sociales se multiplican y sus principales víctimas son menores.</div><div>
Un nuevo caso de engaño y abuso por una red social se conoció ayer y la víctima es una niña con retraso madurativo.
Todo comenzó en el tranquilo pueblo de La Merced y terminó a unos 40 kilómetros, en Coronel Moldes.
Un menor de 17 años, que a pesar de su corta edad ya tiene un frondoso prontuario delictivo, fue detenido en el pueblo de Coronel Moldes luego de haber perpetrado un aberrante abuso contra una menor discapacitada de 13 años en la localidad de La Merced, distante a 20 kilómetros de la capital salteña.
El agresor engañó a la niña a través de la red social Facebook, haciéndole creer que la quería conocer porque estaba enamorado de ella.

La detención se produjo cuando la Brigada de Investigaciones del Sector 81 rastreó el celular de alta gama que el muchacho le había sustraído a la víctima el día que fue atacada salvajemente.
De la ilusión al dolor
El hecho ocurrió en inmediaciones de un camino vecinal que tiene su ingresó por la calle San Martín de la localidad de La Merced.
El miércoles de la semana pasada, por la mañana, la niña se comunicó desde su celular con el muchacho, quien le había prometido conocerla para comenzar una relación. Con su corta edad, inocentemente acordó el encuentro que, a decir verdad, se transformó en un cobarde ardid para someterla a sus bajos instintos y robarle el aparato de telefonía móvil.
Ella salió de su casa sin dar muchas explicaciones sobre a qué lugar se dirigía. Los padres tampoco dudaron sobre la salida de su hija.
Pero el encuentro fue un tormento y la ilusión con la que ella había llegado al sitio acordado se transformó en sufrimiento. El muchacho, luego de abusar de ella, la abandonó en ese camino solitario y se marchó tras robarle el celular.
Como parte de su estrategia delictiva, se fue en silencio y solo la investigación policial posterior confirmó, con los días, que desde allí se fue a la localidad de Coronel Moldes, al sur de La Merced, donde reside junto a su familia.
Silencio de la víctima
La niña, en completo estado de shock, regresó del camino vecinal como pudo. Se dirigió a su casa y no avisó a sus padres lo que había vivido ese día.
Recién el jueves siguiente, durante la noche, su cambio de actitud derivó en un diálogo con sus progenitores, momento en el que pudo contarles la pesadilla vivida.
Inmersos en la doble sensación de dolor y rabia, los papás la llevaron a un centro de salud de la ciudad capital. Allí los médicos comprobaron que la menor de 13 años había sido víctima de una violación.
Sin demoras, hicieron la denuncia en la policía, con lo que la fuerza de seguridad inició la búsqueda del agresor.
El viernes pasado, al hacerse cargo de la investigación personal de la Brigada del Sector 81, bajo las órdenes del juez de Garantías de turno, se dispuso una serie de pesquisas en torno a lo sucedido. Si bien en un primer momento los datos sobre el abusador no eran precisos (él organizó todo para dificultar su identificación), se elaboró un identikit con los detalles aportados por la pequeña víctima.
El sitio de internet donde la menor mantenía el contacto con su agresor no ayudó de mucho.
En un principio las dificultades para saber de quién se trataba fueron dilatando la investigación, porque el nombre en el muro del atacante estaba disimulado y sus contactos eran disimiles para una posible identificación.
¿Más víctimas?
Sin embargo, algunos detalles de su página en Facebook despertaron algunos interrogantes respecto de cómo el sujeto "pescaba" amigos y amigas con mensajes muy sugerentes.
Esto llevó a pensar a los detectives policiales que el adolescente agresor podría tener más víctimas.
Otra parte de la investigación fue la que dio resultados inmediatos.
A través del rastreo de la señal del celular sustraído a la víctima, el monitoreo de ubicación se prendió en la localidad de Coronel Moldes.
Así fue como llegaron al domicilio del joven de 17 años cuando utilizaba el aparato móvil de su víctima. Una patrulla lo detuvo por orden del juez, acusado de abuso sexual con penetración y robo.
El adolescente, cuyos datos quedaron en reserva por ser menor de edad, quedó a disposición del juez de Menores.

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Un nuevo caso de engaño y abuso por una red social se conoció ayer y la víctima es una niña con retraso madurativo.
Todo comenzó en el tranquilo pueblo de La Merced y terminó a unos 40 kilómetros, en Coronel Moldes.
Un menor de 17 años, que a pesar de su corta edad ya tiene un frondoso prontuario delictivo, fue detenido en el pueblo de Coronel Moldes luego de haber perpetrado un aberrante abuso contra una menor discapacitada de 13 años en la localidad de La Merced, distante a 20 kilómetros de la capital salteña.
El agresor engañó a la niña a través de la red social Facebook, haciéndole creer que la quería conocer porque estaba enamorado de ella.

La detención se produjo cuando la Brigada de Investigaciones del Sector 81 rastreó el celular de alta gama que el muchacho le había sustraído a la víctima el día que fue atacada salvajemente.
De la ilusión al dolor
El hecho ocurrió en inmediaciones de un camino vecinal que tiene su ingresó por la calle San Martín de la localidad de La Merced.
El miércoles de la semana pasada, por la mañana, la niña se comunicó desde su celular con el muchacho, quien le había prometido conocerla para comenzar una relación. Con su corta edad, inocentemente acordó el encuentro que, a decir verdad, se transformó en un cobarde ardid para someterla a sus bajos instintos y robarle el aparato de telefonía móvil.
Ella salió de su casa sin dar muchas explicaciones sobre a qué lugar se dirigía. Los padres tampoco dudaron sobre la salida de su hija.
Pero el encuentro fue un tormento y la ilusión con la que ella había llegado al sitio acordado se transformó en sufrimiento. El muchacho, luego de abusar de ella, la abandonó en ese camino solitario y se marchó tras robarle el celular.
Como parte de su estrategia delictiva, se fue en silencio y solo la investigación policial posterior confirmó, con los días, que desde allí se fue a la localidad de Coronel Moldes, al sur de La Merced, donde reside junto a su familia.
Silencio de la víctima
La niña, en completo estado de shock, regresó del camino vecinal como pudo. Se dirigió a su casa y no avisó a sus padres lo que había vivido ese día.
Recién el jueves siguiente, durante la noche, su cambio de actitud derivó en un diálogo con sus progenitores, momento en el que pudo contarles la pesadilla vivida.
Inmersos en la doble sensación de dolor y rabia, los papás la llevaron a un centro de salud de la ciudad capital. Allí los médicos comprobaron que la menor de 13 años había sido víctima de una violación.
Sin demoras, hicieron la denuncia en la policía, con lo que la fuerza de seguridad inició la búsqueda del agresor.
El viernes pasado, al hacerse cargo de la investigación personal de la Brigada del Sector 81, bajo las órdenes del juez de Garantías de turno, se dispuso una serie de pesquisas en torno a lo sucedido. Si bien en un primer momento los datos sobre el abusador no eran precisos (él organizó todo para dificultar su identificación), se elaboró un identikit con los detalles aportados por la pequeña víctima.
El sitio de internet donde la menor mantenía el contacto con su agresor no ayudó de mucho.
En un principio las dificultades para saber de quién se trataba fueron dilatando la investigación, porque el nombre en el muro del atacante estaba disimulado y sus contactos eran disimiles para una posible identificación.
¿Más víctimas?
Sin embargo, algunos detalles de su página en Facebook despertaron algunos interrogantes respecto de cómo el sujeto "pescaba" amigos y amigas con mensajes muy sugerentes.
Esto llevó a pensar a los detectives policiales que el adolescente agresor podría tener más víctimas.
Otra parte de la investigación fue la que dio resultados inmediatos.
A través del rastreo de la señal del celular sustraído a la víctima, el monitoreo de ubicación se prendió en la localidad de Coronel Moldes.
Así fue como llegaron al domicilio del joven de 17 años cuando utilizaba el aparato móvil de su víctima. Una patrulla lo detuvo por orden del juez, acusado de abuso sexual con penetración y robo.
El adolescente, cuyos datos quedaron en reserva por ser menor de edad, quedó a disposición del juez de Menores.

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