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Andrés Buttu: "Llevo 50 años con el pueblo entre penas y esperanzas"

Domingo, 29 de mayo de 2016 01:30
<div>Andrés Buttu y Diego Calvisi, amigos desde hace años.</div>
El padre Andrés fue ordenado sacerdote el 3 de julio de 1966, con solo 25 años de edad, siendo oriundo de Gavoi, en la provincia de Nuoro, Italia.
En 1988 vino por primera vez a la Argentina y llegó a Orán para visitar a su coterráneo, el padre Diego Calvisi, con un grupo de misioneros italianos.
A Buttu le sorprendió sobre todo la pobreza estructural de la ciudad y también la pobreza material de muchos de los habitantes. Además se sorprendió por los pocos sacerdotes existentes para cubrir una diócesis tan grande.
Cabe señalar al respecto que la Diócesis de Orán abarca los departamentos Orán, San Martín y Rivadavia banda norte y sur. En aquel momento solo había 4 parroquias en la ciudad de Orán y se propuso volver para ayudar a su querido amigo Diego.
Así fue que después de dos años se instaló en el Valle del Zenta hasta ahora.

El gran constructor

El padre Andrés inició su labor sacerdotal con una entrega total al servicio del Evangelio en todos los lugares a los que fue enviado, preocupándose por la formación de los laicos.
Pero además se lo reconoce como el cura que se ocupó de la construcción de aulas para catequesis, centros de salud, salones, iglesias y donde fue, dejó su huella.
Fundó la parroquia San Ramón, en Tartagal, y trabajó en las distintas parroquias de la diócesis, siendo muy recordado su paso por Salvador Mazza, por ejemplo.
En la actualidad se desempeña como administrador de la parroquia del Valle y San Camilo.
En su frágil figura se puede sentir la fuerza espiritual que se traduce en ánimo, dinamismo, creatividad, organización, que fomenta alegría, amistad, solidaridad que lo hacen un discípulo fiel a Jesús, testigo de la esperanza, de la fe y el amor de Dios.

"Vino a apoyar mi misión"

El padre Diego Calvisi, fundador del hogar para niños de Orán, expresó emocionado que la presencia del padre Andrés en Orán fue clave en la tarea que él llevaba adelante en el Hogar Santa Teresita del niño Jesús, donde se atiende a 62 niños en situación de riesgo social.
"Me ayudó de manera incondicional en la evangelización de las comunidades aborígenes de los cerros, visitaba a los enfermos, hacía de todo. Con él enfrentamos situaciones de conflicto social, de cortes de ruta, viviendo verdaderos momentos de riesgo", recordó Calvisi, entre muchos otros momentos compartidos con su amigo del alma y colega, a quien agradece su presencia.
Por constituirse un referente ético como pastor, goza de credibilidad y respeto y su opinión es tomada en cuenta en diversas situaciones.
La inquebrantable fe en Dios y confianza en las personas a las que animan a dar testimonio de coherencia y preocupación por la vida de los más necesitados, dieron frutos desde el principio y siguen dándolos actualmente.

Calvisi, un hombre de trabajo

No se puede hablar de la obra de un sacerdote como Buttu, sin resaltar la enorme tarea misional del padre “Diego”, que así se lo conoce y reconoce en todo el Valle del Zenta. Con su figura un tanto frágil, por la edad, sigue haciendo obras de caridad y su entrega a la misión de Dios se acrecienta cada día. Al hogar para niños lo complementó con un hogar para niñas en situación de calle y riesgo familiar. Sigue haciendo caridad y atendiendo los llamados de sus fieles, para brindar un consejo.
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El padre Andrés fue ordenado sacerdote el 3 de julio de 1966, con solo 25 años de edad, siendo oriundo de Gavoi, en la provincia de Nuoro, Italia.
En 1988 vino por primera vez a la Argentina y llegó a Orán para visitar a su coterráneo, el padre Diego Calvisi, con un grupo de misioneros italianos.
A Buttu le sorprendió sobre todo la pobreza estructural de la ciudad y también la pobreza material de muchos de los habitantes. Además se sorprendió por los pocos sacerdotes existentes para cubrir una diócesis tan grande.
Cabe señalar al respecto que la Diócesis de Orán abarca los departamentos Orán, San Martín y Rivadavia banda norte y sur. En aquel momento solo había 4 parroquias en la ciudad de Orán y se propuso volver para ayudar a su querido amigo Diego.
Así fue que después de dos años se instaló en el Valle del Zenta hasta ahora.

El gran constructor

El padre Andrés inició su labor sacerdotal con una entrega total al servicio del Evangelio en todos los lugares a los que fue enviado, preocupándose por la formación de los laicos.
Pero además se lo reconoce como el cura que se ocupó de la construcción de aulas para catequesis, centros de salud, salones, iglesias y donde fue, dejó su huella.
Fundó la parroquia San Ramón, en Tartagal, y trabajó en las distintas parroquias de la diócesis, siendo muy recordado su paso por Salvador Mazza, por ejemplo.
En la actualidad se desempeña como administrador de la parroquia del Valle y San Camilo.
En su frágil figura se puede sentir la fuerza espiritual que se traduce en ánimo, dinamismo, creatividad, organización, que fomenta alegría, amistad, solidaridad que lo hacen un discípulo fiel a Jesús, testigo de la esperanza, de la fe y el amor de Dios.

"Vino a apoyar mi misión"

El padre Diego Calvisi, fundador del hogar para niños de Orán, expresó emocionado que la presencia del padre Andrés en Orán fue clave en la tarea que él llevaba adelante en el Hogar Santa Teresita del niño Jesús, donde se atiende a 62 niños en situación de riesgo social.
"Me ayudó de manera incondicional en la evangelización de las comunidades aborígenes de los cerros, visitaba a los enfermos, hacía de todo. Con él enfrentamos situaciones de conflicto social, de cortes de ruta, viviendo verdaderos momentos de riesgo", recordó Calvisi, entre muchos otros momentos compartidos con su amigo del alma y colega, a quien agradece su presencia.
Por constituirse un referente ético como pastor, goza de credibilidad y respeto y su opinión es tomada en cuenta en diversas situaciones.
La inquebrantable fe en Dios y confianza en las personas a las que animan a dar testimonio de coherencia y preocupación por la vida de los más necesitados, dieron frutos desde el principio y siguen dándolos actualmente.

Calvisi, un hombre de trabajo

No se puede hablar de la obra de un sacerdote como Buttu, sin resaltar la enorme tarea misional del padre “Diego”, que así se lo conoce y reconoce en todo el Valle del Zenta. Con su figura un tanto frágil, por la edad, sigue haciendo obras de caridad y su entrega a la misión de Dios se acrecienta cada día. Al hogar para niños lo complementó con un hogar para niñas en situación de calle y riesgo familiar. Sigue haciendo caridad y atendiendo los llamados de sus fieles, para brindar un consejo.
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