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El 25% de las madres jóvenes no estudia ni tiene trabajo

Jueves, 18 de agosto de 2016 01:30
Fátima, 18 años y un hijo de 10 meses, con la ayuda de su familia continúa sus estudios secundarios. 
Fátima tiene 18 años y un hijo de 10 meses, Félix. Cuando quedó embarazada, confiesa, pensó en abandonar sus estudios definitivamente, al menos por un tiempo prudencial. Sin embargo, el apoyo de sus padres y de su hermana la impulsó a continuar con su recorrido escolar. Actualmente, está próxima a terminar el colegio y proyecta seguir su formación en la educación terciaria.
Se reconoce como una joven afortunada, porque otras chicas de su edad no reciben ese respaldo familiar. Es que prácticamente el 25% de las madres jóvenes salteñas, es decir de entre 14 y 24 años, no tienen trabajo y no están estudiando. La eventualidad de un embarazo, nacimiento y crianza, modifica los incentivos, necesidades y prioridades, y enfrenta a las mujeres con las estructuras que ofrecen los sistemas de educación y los circuitos laborales.
Específicamente, el 24,87% de las madres jóvenes, sea por voluntad propia o por falta de oportunidades para adecuarse a las exigencias del campo laboral y las ofertas educativas, no trabaja ni estudia, según datos oficiales del Indec.
"Muchas chicas de mi edad se embarazan, en el colegio vi varias, y hay muchas que tuvieron que abandonar los estudios y ponerse a trabajar en cualquier cosa para tener plata para mantener a sus bebés", relata y estima que "una vez que abandonás se hace difícil retomar".
Por el rango de edad que se aborda, las mujeres que no estudian y que no tienen empleo formarían parte también de la estadística de "jóvenes ni-ni", lo que sugiere que esta última categoría comprende situaciones contingentes y no permanentes. Es decir, una joven puede abandonar sus estudios temporalmente a razón de poner por delante la crianza de su hijo. Sobre un total de 123.524 jóvenes de entre 14 y 24 años que se encuestaron en la ciudad de Salta, son 63.613 mujeres. Un informe elaborado por la Fundación para el Análisis y la Reflexión de la Argentina (Fundara), basado en datos de la encuesta permanente de hogares, no indica con exactitud qué porcentaje de esas más de 63 mil mujeres jóvenes son madres, sin embargo aporta precisiones porcentuales sobre sus condiciones de vida en cuanto al trabajo y la formación.
Del total de encuestadas, esas más de 63 mil, solo un 19,4% se encuentra trabajando. En términos absolutos, representarían unas 12.340 personas del sexo femenino incluidas en el ámbito laboral. No se hacen especificaciones al respecto de si tienen una formal, informal, permanente o temporal.
En cuanto a los obvios cambios que representa la maternidad, un dato de relieve es la inclinación hacia el trabajo, postergando los estudios. De todas las mujeres jóvenes que forman parte del campo de empleadas o trabajadoras independientes, la mayor parte son madres. El trabajo indica que "al analizar la situación laboral de las mujeres ocupadas se observa que un 65,1% de ellas son madres".
Actividades
En el estudio de Fundara se hace también una discriminación porcentual de las mujeres jóvenes según las actividades que realizan, siempre poniendo en el eje del análisis el cuadro de situación de las madres de entre 14 y 24 años.
Al 24,87% de madres jóvenes que no trabaja ni estudia, se suman el 9,99% que solo estudian, el 60,98% que solo trabaja, y el magro 4,16% que ejerce las dos actividades. Como se ha visto, a pesar de los incentivos que la maternidad genera, son muy pocas las mujeres que tienen oportunidades para conjugar su condición de responsables de la crianza con sus intereses personales, tanto del tipo laboral como a nivel de capacitación.
De hecho, la maternidad no es una variable exclusiva para el impulso de llevar adelante ambas tareas. Para el caso de las mujeres de hasta 24 años que no son madres, el 6,02% estudia y trabaja. El 71,99% solo estudia, el 9,12% solo trabaja y el 13,42% no estudia ni trabaja.
La tendencia a abandonar la formación cuando llega la maternidad, es sí un aspecto de diferenciación entre unas y otras: mientras que las no madres priorizan los estudios, las madres se ven forzadas a inclinarse hacia el trabajo.
Multifuncionales
El licenciado en Recursos Humanos y director general de la consultora GPS, Juan Facundo Ibáñez, puntualizó que las mujeres tienen una característica que las singulariza con respecto a los hombres y es su capacidad para realizar muchas y diversas tareas en simultáneo. "Es algo que desarrollan aún más las que se convierten en madres, manejan la distribución del tiempo y las tareas de forma más eficiente".
El especialista aseguró que esa capacidad debe ser considerada como una virtud para el trabajo, aunque lamentó que en muchos casos se la invisibiliza y se la considera como una dispersión en la dedicación exclusiva a la responsabilidad laboral. Ibáñez resaltó que es necesario derribar esos prejuicios para acrecentar las posibilidades de las mujeres en el mundo del trabajo, y que ello no significaría solamente mayor inclusión sino que concitaría réditos también para los empleadores.

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Fátima tiene 18 años y un hijo de 10 meses, Félix. Cuando quedó embarazada, confiesa, pensó en abandonar sus estudios definitivamente, al menos por un tiempo prudencial. Sin embargo, el apoyo de sus padres y de su hermana la impulsó a continuar con su recorrido escolar. Actualmente, está próxima a terminar el colegio y proyecta seguir su formación en la educación terciaria.
Se reconoce como una joven afortunada, porque otras chicas de su edad no reciben ese respaldo familiar. Es que prácticamente el 25% de las madres jóvenes salteñas, es decir de entre 14 y 24 años, no tienen trabajo y no están estudiando. La eventualidad de un embarazo, nacimiento y crianza, modifica los incentivos, necesidades y prioridades, y enfrenta a las mujeres con las estructuras que ofrecen los sistemas de educación y los circuitos laborales.
Específicamente, el 24,87% de las madres jóvenes, sea por voluntad propia o por falta de oportunidades para adecuarse a las exigencias del campo laboral y las ofertas educativas, no trabaja ni estudia, según datos oficiales del Indec.
"Muchas chicas de mi edad se embarazan, en el colegio vi varias, y hay muchas que tuvieron que abandonar los estudios y ponerse a trabajar en cualquier cosa para tener plata para mantener a sus bebés", relata y estima que "una vez que abandonás se hace difícil retomar".
Por el rango de edad que se aborda, las mujeres que no estudian y que no tienen empleo formarían parte también de la estadística de "jóvenes ni-ni", lo que sugiere que esta última categoría comprende situaciones contingentes y no permanentes. Es decir, una joven puede abandonar sus estudios temporalmente a razón de poner por delante la crianza de su hijo. Sobre un total de 123.524 jóvenes de entre 14 y 24 años que se encuestaron en la ciudad de Salta, son 63.613 mujeres. Un informe elaborado por la Fundación para el Análisis y la Reflexión de la Argentina (Fundara), basado en datos de la encuesta permanente de hogares, no indica con exactitud qué porcentaje de esas más de 63 mil mujeres jóvenes son madres, sin embargo aporta precisiones porcentuales sobre sus condiciones de vida en cuanto al trabajo y la formación.
Del total de encuestadas, esas más de 63 mil, solo un 19,4% se encuentra trabajando. En términos absolutos, representarían unas 12.340 personas del sexo femenino incluidas en el ámbito laboral. No se hacen especificaciones al respecto de si tienen una formal, informal, permanente o temporal.
En cuanto a los obvios cambios que representa la maternidad, un dato de relieve es la inclinación hacia el trabajo, postergando los estudios. De todas las mujeres jóvenes que forman parte del campo de empleadas o trabajadoras independientes, la mayor parte son madres. El trabajo indica que "al analizar la situación laboral de las mujeres ocupadas se observa que un 65,1% de ellas son madres".
Actividades
En el estudio de Fundara se hace también una discriminación porcentual de las mujeres jóvenes según las actividades que realizan, siempre poniendo en el eje del análisis el cuadro de situación de las madres de entre 14 y 24 años.
Al 24,87% de madres jóvenes que no trabaja ni estudia, se suman el 9,99% que solo estudian, el 60,98% que solo trabaja, y el magro 4,16% que ejerce las dos actividades. Como se ha visto, a pesar de los incentivos que la maternidad genera, son muy pocas las mujeres que tienen oportunidades para conjugar su condición de responsables de la crianza con sus intereses personales, tanto del tipo laboral como a nivel de capacitación.
De hecho, la maternidad no es una variable exclusiva para el impulso de llevar adelante ambas tareas. Para el caso de las mujeres de hasta 24 años que no son madres, el 6,02% estudia y trabaja. El 71,99% solo estudia, el 9,12% solo trabaja y el 13,42% no estudia ni trabaja.
La tendencia a abandonar la formación cuando llega la maternidad, es sí un aspecto de diferenciación entre unas y otras: mientras que las no madres priorizan los estudios, las madres se ven forzadas a inclinarse hacia el trabajo.
Multifuncionales
El licenciado en Recursos Humanos y director general de la consultora GPS, Juan Facundo Ibáñez, puntualizó que las mujeres tienen una característica que las singulariza con respecto a los hombres y es su capacidad para realizar muchas y diversas tareas en simultáneo. "Es algo que desarrollan aún más las que se convierten en madres, manejan la distribución del tiempo y las tareas de forma más eficiente".
El especialista aseguró que esa capacidad debe ser considerada como una virtud para el trabajo, aunque lamentó que en muchos casos se la invisibiliza y se la considera como una dispersión en la dedicación exclusiva a la responsabilidad laboral. Ibáñez resaltó que es necesario derribar esos prejuicios para acrecentar las posibilidades de las mujeres en el mundo del trabajo, y que ello no significaría solamente mayor inclusión sino que concitaría réditos también para los empleadores.

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