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Buscarán en un pozo el cuerpo de un trabajador golondrina desaparecido

Daniel Solano había viajado en 2011 a la Patagonia para cosechar manzanas y lo vieron por última vez el 5 de noviembre de ese año. Según un testigo de identidad reservada, lo habrían arrojado a un jagel.
Jueves, 28 de diciembre de 2017 00:00

El 25 de enero comenzará la pericia que determinará si el cuerpo del salteño Daniel Solano, desaparecido desde hace seis años, está en un pozo de agua abandonado en Río Negro. El joven había viajado a la Patagonia para trabajar en la cosecha de manzanas y lo vieron por última vez el 5 de noviembre de 2011.

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El 25 de enero comenzará la pericia que determinará si el cuerpo del salteño Daniel Solano, desaparecido desde hace seis años, está en un pozo de agua abandonado en Río Negro. El joven había viajado a la Patagonia para trabajar en la cosecha de manzanas y lo vieron por última vez el 5 de noviembre de 2011.

Sergio Heredia, abogado de la familia Solano, dijo a El Tribuno que hace más de dos años que reclamaban buscar los restos del joven en una vieja excavación de 80 metros de profundidad. Un testigo de identidad reservada aseguró que la Policía arrojó al joven a este pozo, ubicado adentro de una estancia privada, la misma noche en que lo hicieron desaparecer, lo golpearon y lo ultimaron de un disparo. Solano tenía 27 años y pertenecía a la comunidad aborigen de Misión Cherenta, en Tartagal. En octubre de 2011 viajó a Río Negro con un grupo de jóvenes salteños contratados para la cosecha de manzanas.

Su familia asegura que, cuando llegaron a la Patagonia, se encontraron con que las condiciones de trabajo no eran las convenidas y que Daniel Solano estaba organizando un reclamo cuando desapareció. El 5 de noviembre de 2011 fue con algunos compañeros a un boliche de Choele Choel, de donde se lo llevaron varios policías, de acuerdo al relato de testigos. Desde entonces no volvió a saberse de él. En la causa están imputados siete efectivos que serán juzgados por desaparición forzada de personas en febrero de 2018, pero que continúan ejerciendo y portando sus armas en Río Negro, según informó Heredia.

Sergio Heredia, abogado: "Es insólito que los familiares, las víctimas, tengan que afrontar el costo de una pericia"

Fondos

La pericia para extraer el contenido del pozo donde estaría el cuerpo de Solano, ubicado en un campo llamado La Manuela, cuesta dos millones de pesos pero la Justicia no afrontará este costo. El abogado Sergio Heredia detalló que consiguieron que el Gobierno de Río Negro pusiera un millón de pesos y que se recaudaron 250 mil pesos más en una colecta que organizó la Iglesia de Choele Choel. "El resto del dinero, tendremos que gestionarlo nosotros. Es un hecho insólito que los familiares, que son las víctimas, tengan que afrontar el costo de una pericia", manifestó el profesional.

La investigación comenzará el 25 de enero a las 9 y estará a cargo de la empresa Petersen, una petrolera de General Mosconi que cuenta con el equipamiento necesario para extraer el contenido de un pozo de estas características. Heredia relató que encima del cuerpo se habrían arrojado 30 metros de basura e incluso animales muertos.

"Explotación"

Para el abogado, a Daniel Solano lo mataron "para cubrir la estafa y explotación de cientos de obreros golondrinas que trabajaban tercerizados para la empresa multinacional Expofrut". Según describió el defensor, la noche del 5 de noviembre de 2011, la Policía se lo llevó del boliche Macuba y lo "masacró a golpes". Agregó que, luego de que lo revisara un médico de la fuerza de seguridad, terminaron decidiendo "asesinarlo de un disparo".

"No es que se lo llevaron del local porque estaba borracho, fueron a buscarlo para matarlo. Fue todo planificado", afirmó el abogado. El representante legal de la familia vinculó el caso con la "trata de personas" con fines de explotación laboral. "¿Por qué no contratan a personas de Río Negro para las cosechas? ¿Por qué llevan hace años a gente del norte de Salta y lo siguen haciendo?", planteó Heredia.

En la causa declararon 400 testigos que aportaron datos sobre lo que ocurrió a fines de 2011 en la Patagonia. La pericia en el jagel no se había autorizado hasta ahora porque los jueces argumentaban que se iba a derrumbar en medio de los trabajos y que era riesgosa para el personal que participara del operativo.

La determinación de la Justicia de Río Negro de avanzar con la investigación en el campo privado se hizo pública en las últimas horas. Se trata de un antiguo pozo de agua que dejó de usarse hace años. Tiene más de ocho décadas y apenas un metro y medio de diámetro. La inspección podría prolongarse durante varios días, debido a la complejidad de la tarea. Participarán antropólogos forenses, que deberán determinar si hay restos de Daniel Solano bajo tierra.

El lugar donde se realizará la pericia


En 2015, un testigo de identidad reservada declaró que los restos de Daniel Solano habían sido arrojados en lo que se conoce como un jagüel, un pozo profundo, en un campo cercano a Choele Choel. 
Ese mismo año se realizaron inspecciones oculares en la estancia para tratar de avanzar en la causa. En ese entonces, se detectaron olores nauseabundos. También se introdujo una cámara a unos 50 metros de profundidad, pero no se siguió avanzando.
Nunca se realizó el trabajo que demandaba la familia de Daniel Solano: saber si el cadáver realmente está en el lugar.
Expertos en perforaciones deberán vaciar el pozo, ubicado en el campo llamado La Manuela, en el kilómetro 977 de la ruta nacional 22. También participarán especialistas en antropología forense.
En octubre, el juez de Río Negro Roberto Gaviña autorizó que se hagan las pericias necesarias para buscar el cuerpo del joven salteño en el pozo. Pero la medida se venía postergando desde entonces y ahora se anunció que se hará el 25 de enero.
El padre de Daniel Solano, Gualberto, vive entre Tartagal y Choele Choel, donde realizó durante años un acampe para reclamar justicia frente al juzgado que llevaba la causa.
Sergio Heredia, abogado de la familia, también vivió en Río Negro y tuvo que refugiarse en la capilla del pueblo tras sufrir amenazas y presiones para abandonar el caso de su hijo.

 

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