Miles de fieles de la Virgen de la Peña, aficionados a la música popular y al folclore se reunieron ayer en el paraje Yariguarenda, ubicado a 13 kilómetros al norte de Tartagal, para participar del festival "Tartagal canta a la vida", organizado por los servidores de ese santuario, quienes junto con los franciscanos que tienen su casa de retiro y formación en el lugar y a la Municipalidad de Tartagal convocaron a diferentes entidades como el hospital Perón, los escuadrones de Tartagal y Aguaray, el Regimiento 28 de infantería Juana Azurduy, Policía de la Provincia y Servicio Penitenciario.
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Miles de fieles de la Virgen de la Peña, aficionados a la música popular y al folclore se reunieron ayer en el paraje Yariguarenda, ubicado a 13 kilómetros al norte de Tartagal, para participar del festival "Tartagal canta a la vida", organizado por los servidores de ese santuario, quienes junto con los franciscanos que tienen su casa de retiro y formación en el lugar y a la Municipalidad de Tartagal convocaron a diferentes entidades como el hospital Perón, los escuadrones de Tartagal y Aguaray, el Regimiento 28 de infantería Juana Azurduy, Policía de la Provincia y Servicio Penitenciario.
Para llegar al santuario se deben transitar 13 kilómetros por la ruta nacional 34 desde Tartagal y más de 25 desde Aguaray, por lo que la Gendarmería Nacional custodió todo ese tramo desde las primeras horas.
La Policía con su división Bicipolicías -también consagrados a la Virgen- tuvieron a su cargo la seguridad del santuario ubicado a unos 3 kilómetros al oeste de la ruta nacional 34, al que se accede por un camino vecinal que se encuentra en perfectas condiciones de transitabilidad.
En el paraje Yariguarenda residen 60 familias, en su mayoría guaraníes y dedicadas al trabajo de la tierra; en la jornada del domingo se prohibió la venta de bebidas alcohólicas y el ascenso a la Peña Santa, un cerro de 900 metros de altura donde los devotos de la Virgen dicen ver su imagen reflejada en las altas cumbres. Tampoco se permitió el ingreso a la zona de El Chorro, uno de los atractivos del santuario que se levanta en medio de los cerros de Yariguarenda lo que le da al lugar gran belleza natural.
La celebración comenzó a las 10.30 de la mañana con la misa dominical; los gauchos de Gemes consagrados a la Virgen de la Peña renovaron su pacto de fidelidad y durante la ceremonia religiosa el sacerdote franciscano Rubén Sica -director del santuario- recibió la nueva corona de plata que los fieles adquirieron para la imagen de María de la Peña, ya que el año pasado desconocidos ingresaron a la iglesia y la sustrajeron. La ceremonia para la colocación de la nueva corona se realizará en las festividades marianas de agosto.
Pura emoción
Uno de los momentos de mayor emoción se vivió alrededor de las 5 de la tarde cuando la imagen peregrina de María de la Peña fue retirada del templo parroquial y trasladada en procesión a lo largo del trayecto que divide el templo del predio donde se realizó el festival. Lágrimas de emoción y pañuelos blancos se vieron en esos 400 metros que transitó la imagen de la Virgen cargada por los fieles hasta ser ubicada en el escenario principal donde actuaron reconocidas figuras de la música popular. El festival finalizó pasadas las 21 luego de la actuación de Oscar "Chaqueño" Palavecino.
El trabajo de los servidores
El intendente de Tartagal, Sergio Leavy, remarcó: "Más allá del espectáculo en sí, que fue de primer nivel con figuras como Oscar Palavecino, Dalmiro Cuéllar y los otros grupos, lo que más me impactó fue el trabajo de los servidores del santuario. Trabajaron varios días antes y durante el festival estuvieron prácticamente 12 horas seguidas sin descansar; algunos estuvieron preparando comidas varios días antes; es muy gratificante ver de qué manera le entregan su trabajo a la Virgen de la Peña en una actitud que tan bien nos hace como sociedad".
Milagros Diarte, es periodista de Tartagal y junto a su esposo -el folclorista Hugo Garzón- son servidores del santuario hace más de 10 años. Su tarea es la de coordinar la actuación de los grupos y darle amplia difusión al evento y después de varios días de trabajo y de una jornada agotadora como fue la del domingo, expresó alegría y satisfacción. "Ser servidor de la Virgen, trabajar y aportar nuestro granito de arena nos llena de satisfacción. Ver la expresión de la gente cuando llega al santuario, cuando ingresa a la iglesia, cuando se acerca a la imagen de la Virgen y ve lo bello que es todo es una sensación de plenitud", señaló.