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15 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Plan Belgrano: todavía seguimos en la dulce espera

El Gobierno nacional lo ratifica, pero aún no logra sacar al proyecto de la nebulosa
Martes, 30 de enero de 2018 00:00

El Plan Belgrano es un proyecto en marcha, lenta. Cuando se anunció pocos repararon en que se trataba de un proyecto a diez años, orientado a mejorar la calidad de vida de los sectores más marginales y, además, que no se concebía (ni se concibe) provincia por provincia, sino como la generación de una estructura regional.

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El Plan Belgrano es un proyecto en marcha, lenta. Cuando se anunció pocos repararon en que se trataba de un proyecto a diez años, orientado a mejorar la calidad de vida de los sectores más marginales y, además, que no se concebía (ni se concibe) provincia por provincia, sino como la generación de una estructura regional.

Es un objetivo de campaña del que la presidencia de Mauricio Macri no podrá olvidarse. Sin embargo, las dirigencias locales están en deuda, porque a gobernadores e intendentes les toca una parte esencial. Y en ese plano en Salta hubo varios cortocircuitos. Muchos intendentes peronistas salteños se quejaron de entrada porque no respondían a sus demandas de obras menores. Sin embargo, cuando se planteó una obra vertebral, reclamada desde hace décadas, la autovía sobre la ruta 34/9 (la ruta de la muerte), en Metán y Gemes surgieron objeciones porque reclamaron que no se cambie la traza. Incluso, no faltaron diputados nacionales que dijeron que había que hacer una consulta popular. Tengan razón o no, así no funciona un plan de infraestructura: una autovía trae desarrollo colectivo y no puede pasar por la zona urbana. Las dirigencias fallaron y le dieron argumentos al Gobierno nacional para justificar las demoras.

Pero hay otras dos razones de peso. El país recién salió en 2017 de cinco años de recesión; el endeudamiento se destina a cubrir el déficit y el crecimiento de la actividad se concentra en la región central. La otra asignatura pendiente es la oferta que deben hacer las provincias. La infraestructura debe estar orientada a la producción. La crisis productiva manifestada en estos días con el cierre de un ingenio, los despidos en el otro y la intervención del fundamentalismo ecológico del ministro Sergio Bergman no son, precisamente, un estímulo para el Plan Belgrano.

A fin de mes habrá un relanzamiento. Hay mucho en juego.

Perspectivas

En el presupuesto 2018 hay un incremento del 22% del gasto total en relación con el devengado en 2017 para las 10 provincias que integran el Plan Belgrano: pasa de $294.700 millones a $360.900 millones. Según la Jefatura de Gabinete, la inversión per cápita en infraestructura para Salta será de $3.425; Catamarca va primera, con $5.164 y Tucumán última, con $2.252.

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