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La solidaridad de Rafael Tufiño, el oranense que busca los restos de Daniel Solano en el jagüel

El exminero oranense Rafael Tufiño, de 40 años, ha descendido al jagüel en ocho oportunidades para sacar escombros y caños que impiden que las máquinas de una empresa especializada en perforaciones, realicen la búsqueda del trabajador rural desaparecido en 2011.
Martes, 30 de enero de 2018 17:11

Desde su desaparición, ocurrida en noviembre de 2011 en la localidad rionegrina de Choele Choel, la búsqueda del salteño Daniel Solano tuvo que sortear infinidad de obstáculos. La incesante búsqueda de la verdad por parte de su padre, Gualberto; así como de amigos y de los profesionales que llevan la causa, logró que finalmente comiencen las pericias en un pozo de agua o jagüel ubicado en la estancia La Manuela donde se supone estarían los restos del trabajador rural oriundo de Misión Cherenta, Tartagal. 

Y en esta etapa es otro salteño, el exminero oranense Rafael Tufiño, el que protagoniza los descensos al pozo, para sacar escombros y caños que impiden que las máquinas contratadas a una empresa especializada en perforaciones, realicen su tarea.

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Desde su desaparición, ocurrida en noviembre de 2011 en la localidad rionegrina de Choele Choel, la búsqueda del salteño Daniel Solano tuvo que sortear infinidad de obstáculos. La incesante búsqueda de la verdad por parte de su padre, Gualberto; así como de amigos y de los profesionales que llevan la causa, logró que finalmente comiencen las pericias en un pozo de agua o jagüel ubicado en la estancia La Manuela donde se supone estarían los restos del trabajador rural oriundo de Misión Cherenta, Tartagal. 

Y en esta etapa es otro salteño, el exminero oranense Rafael Tufiño, el que protagoniza los descensos al pozo, para sacar escombros y caños que impiden que las máquinas contratadas a una empresa especializada en perforaciones, realicen su tarea.

Infografía que muestra cómo será el descenso al pozo. (gentileza Diario de Río Negro)

Lograr que Tufiño descienda al pozo fue un premio a la tenacidad del abogado Sergio Heredia y de los familiares, ya que el juez anterior de la causa, Julio Martínez Vivot, no había autorizado el descenso de personas por el riesgo que eso implicaba. También lograr reunir el dinero para pagar los costos de la firma Perterser SRL, de tres millones de pesos, fue una verdadera odisea, ya que el gobierno de Río Negro solo aportó un tercio de la suma, debiendo comprometerse la familia de Solano a reunir el dinero restante.

Otro salteño que emigró al sur en busca de una vida mejor

Ante las dificultadas evidenciadas por la empresa para perforar, el juez de garantías Roberto Gaviña habilitó el domingo la operación de descenso de Tufiño, de 40 años de edad y oriundo de Orán, quien reside en la zona desde hace 10 años.

Igual que Solano, Tufiño cuenta que cuando emigró al sur lo hizo para trabajar en Expofrut, la misma empresa en la que se desempeñaba Daniel hasta su desaparición. "Acá conocí a una piba, me junté y me quedé. Acá es más tranquilo”, relató.

El oranense Rafael Tufiño

Cuenta que está interiorizado del caso desde hace tiempo y con anterioridad había querido ayudar. “Iba a bajar hace mucho, pero el anterior juez (Julio Martínez Vivot) no quería porque era peligroso, decía”. El domingo descendió por primera vez.

Rafael conoce de minería porque trabajó en la minera Santa Cruz, en Chubut. Allí extraían oro y plata a más de 1500 metros de profundidad. “Tengo cursos de explosivos y de Seguridad e Higiene”, precisó.

“Desde el principio me interesé por el caso Solano, yo ya había visto lo que es Expofrut”, señala y relató los maltratos que sufrió cuando trabajó en esa empresa.

Descenso de Tufiño al pozo.

Tras el descenso, Rafael contó que “está complicado”, y explicó que “hay fierros agarrados de la pared, fierros sueltos que van a tener que cortar con una amoladora para que puedan meter las campanas”, detalló.

Entre el domingo y ayer Rafael ya bajó 8 veces. Descendió los 50 metros hasta el fondo del jagüel  y extrajo 4 caños galvanizados de 8 metros para que pueda operar la campana traída especialmente para sacar los residuos del pozo.

Fue una jornada agobiante ya que la temperatura rozó los 39 grados. En uno de los descensos Tufiño bajó con un balde y una pala y logró sacar algo de material, que rápidamente comenzó a ser analizado por el grupo integrado por cuatro antropólogas forenses.

Las antropólogas forenses junto al abogado Sergio Heredia

El rol de este trabajador rural y exminero se convirtió en fundamental. Llegó a la zona del Valle Medio hace diez años atrás atraído, como miles de otros trabajadores, por las posibilidades de trabajo que se encontraba en los establecimientos productivos de la zona. Pero, también sufrió malos tratos en esos trabajos.

Contó cómo un capataz lo discriminó por su origen y él tiró el recolector “por las patas y me vine” relató. Tufiño es el hombre del que todos hablan en la zona del Valle Medio.

“Vine a trabajar a una empresa de la zona y después conocí a una chica, y ya me quedé. La zona me ha tratado bien, es mucho más tranquilo que Salta. Yo allá vivía en ciudades más grandes. Acá es más tranquilo. Tengo hijos, pero en Salta”, remarcó el hombre.

“Hago la temporada de raleo y poda en distintas chacras. Yo trabaje en la minera “Santa Cruz”, allá en Chubut, en el proyecto “San José”. Sacábamos oro y plata. Tengo cursos de explosivos, y de de seguridad e higiene. Ahí trabaje bajo tierra 1500, 1800 metros bajo tierra. Ya tenía la experiencia. Iba a bajar hace mucho, pero según Sergio (por el abogado Sergio Heredia) en el 2015 no querían que bajemos, porque era peligroso”, sostuvo.

“Esta medio complicado porque hay fierros agarrados a la pared, fierros sueltos. Y eso lo van a tener que cortar con la amoledora, para poder bajar la campana. Así poder sacar lo que haya adentro” agregó

La querella denuncio que el exterior y el interior del pozo están adulterados

En agosto del 2015, se desarrolló lo que se conoce como la segunda pericia en el jagüel del campo “La Manuela” en Choele Choel. En ese momento, la medida judicial se centró en realizar tomas fotográficas y filmaciones, tanto afuera como en el interior del pozo. A más de tres años y medio de esa acción, la nueva pericia, que comenzó el jueves pasado llena de incógnitas sobre el accionar de la Justicia.

La primera de estas dudas, tras el descenso de Rafael Tufiño, es por qué no se habilitó la bajada en ese momento, tal cual lo había propuesto la querella. Ese día, los abogados llegaron al lugar junto con un jaguelero, que estaba dispuesto a bajar.

Pero, la decisión del entonces juez penal, Guillermo Martínez Vivot y del fiscal, Guillemo Bodrato fue no hacer lugar al pedido dado que se argumentó que existía peligro.

Por otra parte, una de las dudas que más ha sobrevolado el lugar, entre abogados, vecinos, y curiosos ha sido por qué no se preservó el sitio. Si era considerado de vital importancia para la causa, por las posibles pruebas que se pudieran encontrar, sólo se le dejó unas precarias maderas y chapas cubriéndolo.

Fuentes propias y diario de Río Negro.

Fotos gentileza Diario de Río Negro, Sergio Heredia y Cristian Bonín.

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