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El norte sigue en alerta por la crecida de los ríos en Bolivia

En Misión La Paz, zona de aforo del río Pilcomayo, la crecida marcaba ayer 8 m. Sigue cortado el paso en chalanas.
Miércoles, 31 de enero de 2018 00:00

Los pronósticos de los estudiosos del tiempo estiman que no mejorará en los próximos días. Mientras tanto, el agua va dejando secuelas en barrios, rutas, calles, puentes y caminos vecinales de toda la provincia, con más o menos intensidad según las obras de infraestructura con las que cuenta o que le falta a cada localidad. En general, las menos afortunadas en la ruleta del clima son también las más miserables. Los wichis y criollos que asientan sus precarias viviendas cerca del Bermejo y cerca del Pilcomayo, esos no tienen paz. A veces ni llueve en su terreno y lo mismo llega el río crecido, furioso, desde la alta cuenca en Bolivia, a arrastrar sus catres, sus sillas, sus ropas y hasta sus vidas.

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Los pronósticos de los estudiosos del tiempo estiman que no mejorará en los próximos días. Mientras tanto, el agua va dejando secuelas en barrios, rutas, calles, puentes y caminos vecinales de toda la provincia, con más o menos intensidad según las obras de infraestructura con las que cuenta o que le falta a cada localidad. En general, las menos afortunadas en la ruleta del clima son también las más miserables. Los wichis y criollos que asientan sus precarias viviendas cerca del Bermejo y cerca del Pilcomayo, esos no tienen paz. A veces ni llueve en su terreno y lo mismo llega el río crecido, furioso, desde la alta cuenca en Bolivia, a arrastrar sus catres, sus sillas, sus ropas y hasta sus vidas.

Justamente, las autoridades provinciales están monitoreando los ríos Bermejo y Pilcomayo ante el incremento de los cauces por las fuertes lluvias caídas durante el fin de semana en Bolivia. Los organismos que integran el Comité Permanente de Emergencias se encuentran en alerta ante la posibilidad de que poblaciones cercanas a las cañadas y afluentes de los ríos Bermejo y del Pilcomayo resulten anegadas.

El importante caudal de agua que desciende de los accidentes geográficos y canales afluentes limítrofes del vecino país, y la crecida del cauce en Villamontes provocados por las lluvias del domingo pasado, registradas en 194 y 177 milímetros respectivamente, generaron la activación de protocolos preventivos y el envío de comisiones de Defensa Civil al norte provincial para analizar las poblaciones que puedan ser evacuadas ante un desborde.

Sin embargo, esta situación no altera el silencio de las comunidades que se alimentan del río. Ellos esperan que suba y celebran estar vivos cuando baja. Como los vecinos de Pozo El Tigre en Santa Victoria Este, donde el 23 de diciembre pasado una lluvia los dejó chapoteando en el barro y hasta ahora nadie les tendió una mano, según informó el dirigente aborigen Pedro Lozano. "Hasta la fecha no recibieron ayuda en tema de viviendas, los mismos nos informaron que fueron damnificadas todas las familias de Pozo el Tigre donde se cayeron paredes y techos, que hasta ahora fueron reemplazados por plásticos. Ellos necesitan una vivienda digna", dijo Lozano, y agregó: "Esta comunidad nunca se vio afectada por inundaciones de lluvia, pero ahora se les viene toda el agua por la obra de la ruta provincial 54 que no tiene puentes ni alcantarillas. Ahora no queremos imaginar lo que ocurriría si desborda el Pilcomayo, que está a punto de hacerlo y no tienen ni una defensa para el río".

Pobreza estructural. Estos olvidados no entran en las categorías sociológicas, pertenecen al subgrupo marginado del sistema productivo, no tienen trabajo ni se sostienen con los planes sociales, y solo por el recuerdo de las migas políticas que reciben en campaña, emiten su voto en las elecciones aunque después se sigan revolcando en el fango de la indiferencia social y gubernamental.

En Santa Victoria Este, los pobladores estaban ayer sin luz, como casi todo el fin de semana. Y en la zona de aforo del Pilcomayo, en Misión La Paz, el agua llegaba hasta la copa de un árbol, marcando temerarios 8 metros de crecida.

A raíz de esto, continúa el alerta desde la semana pasada por lo que están definidos los lugares que deberán funcionar como centro de evacuados para recibir a personas que deban ser trasladadas ante posibles anegamientos. Por otra parte, están dispuestos los elementos de primera necesidad en los Centros de Recursos para Emergencia Climática (CREEC), ubicados en la zona para brindar contención en caso de contingencia, de acuerdo a lo informado por las autoridades provinciales.

Ante deslizamientos de tierra sobre la ruta provincial 54 a la altura del paraje Peña Morada, personal del municipio de Santa Victoria Este junto a efectivos de Gendarmería y del Ejército trabajaron para despejar la calzada.

Respecto a los monitoreos, el secretario de Protección Civil, Néstor Ruiz de los Llanos, señaló: "Verificamos todo el norte de la provincia ante el registro de fuertes lluvias en Bolivia: hubo complicaciones en Yacuiba el fin de semana y esa agua acumulada baja a nuestro país por la cañada de Magdalena y entra en Santa Victoria Este por Rancho El Ñato. Luego sale por Pozo la China y Pozo el Bravo. Estamos atentos al agua que baja para el lado de Yacuiba y también por Salvador Mazza. Por otro lado, se registraron lluvias para la zona de Villamontes y Puente Aruma, por lo que estamos en alerta ante lo que pase con el Pilcomayo".

Ante la situación y la posibilidad de evacuaciones masivas, se realiza un trabajo preventivo coordinado con las autoridades y agentes municipales de Santa Victoria Este, Salvador Mazza y Tartagal, en la zona de El Bobadal y Sauzal.

Chalanas, por ahora no

Entre Aguas Blancas y Bermejo es imposible por ahora cruzar el río en chalanas. 
El Comité de Emergencias, se reunió en Santa Victoria Este para analizar la situación de las defensas reforzadas en la zona de Santa María, Vertientes y Misión La Paz, comunidad en donde se focalizará la contención en caso de emergencia.
Se enviaron a la zona de Rancho El Ñato, máquinas de Vialidad provincial para reforzar defensas y se dispuso el monitoreo constante del área ante la necesidad de evacuar a pobladores de éste y los parajes Monteagudo y La Invernada, como así también, los de pobladores de El Desemboque y La Esperanza.
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