La delegación Inta Salta-Jujuy hace frente, como puede, a los embates de la economía y a los pedidos del Gobierno nacional de reducir los gastos del sector a lo esencial. Pedido que se realizó a todos los organismos del Estado. "Cumpliendo con esta ley pareja, el Inta ya hizo recortes en el pago de viáticos, desde el 1 de diciembre se deja de alquilar oficinas y sedes y se vuelve a los edificios propios y ya se redujo el número de talleres y capacitaciones en distintos puntos de las dos provincias", expresó en diálogo con El Tribuno el ingeniero José Minetti, director del Centro Regional Salta- Jujuy.
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La delegación Inta Salta-Jujuy hace frente, como puede, a los embates de la economía y a los pedidos del Gobierno nacional de reducir los gastos del sector a lo esencial. Pedido que se realizó a todos los organismos del Estado. "Cumpliendo con esta ley pareja, el Inta ya hizo recortes en el pago de viáticos, desde el 1 de diciembre se deja de alquilar oficinas y sedes y se vuelve a los edificios propios y ya se redujo el número de talleres y capacitaciones en distintos puntos de las dos provincias", expresó en diálogo con El Tribuno el ingeniero José Minetti, director del Centro Regional Salta- Jujuy.
Los fondos que desde el Gobierno nacional destinarán para el presupuesto 2019 de esta unidad regional de Inta, apenas harán posible que no se despida personal. Inta lleva adelante un acuerdo con el área de Modernización de la Nación, que realizó un análisis del personal de la entidad, y se logró evitar la desvinculación de sus empleados, pero no se renovarán las vacantes, que ya se generaron por renuncias, jubilaciones, fallecimiento y retiros voluntarios. "Esas cuatro mermas en Salta significaron 28 puestos. Este es un buen acuerdo porque permite mantener puestos de trabajo", expresó resignado Minetti.
En lo que respecta a los talleres de capacitación, el director del Centro Regional destacó que el hecho de contar con un presupuesto menor obliga a reducir estas capacitaciones, pero se apuntalarán distintas estrategias de trabajo con otros entes de las provincias y del sector privado.
El presupuesto del Inta será de 400 millones de pesos, lo que obliga a repensar formas de trabajo, tanto en la investigación como en la formación y promoción de actividades.
En la actualidad este ente está presente en 20 localidades como Joaquín V. González, Rivadavia, Santa Victoria, Orán y Tartagal. Estas dependencias, explicó Minetti, son utilizadas como plataformas para que se realicen otras políticas públicas como ProHuerta, Alimentación Saludable, y Granjas. En lo que respecta a investigación también se trabaja con la Secretaría de Ambiente en la recuperación de bosques nativos.
En el caso de Salta, Inta trabajará en forma conjunta con la Provincia a través del programa Alimendar, brindando capacitaciones. "Tendremos que articular acciones, priorizando temas y trabajando con los centros operativos de Cerrillos y Yuto, Jujuy, que atiende todo lo que es el norte de Salta", explicó el ingeniero.
El sector privado también se sumará a las actividades que lleva adelante el instituto para lograr mantener las investigaciones y las formaciones, destinadas a productores y entidades.
En la actualidad, el Consejo de Inta está integrado por la Sociedad Rural Salteña, la Federación Agraria, Pequeños Productores, los Gobiernos de Salta, Jujuy, UNSa y UNJu. Estos representantes son los encargados de tener la mirada externa sobre la actividad de Inta Salta- Jujuy. Y serán los actores principales de la ayuda para manejar los ajustes presupuestarios.
Becarios y pasantes
Con el objetivo de mantener las formaciones y especializaciones tanto de estudiantes universitarios como secundario, desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria se buscará apoyar la educación en medio de los avances tecnológicos.
"Se sabe de la importancia de lo presencial en el sector agropecuario. Ahí la practica toma una dimensión diferente. Es por eso que se mantendrán aceitados los acuerdos con las universidades y las escuelas de educación técnica sobre todo en las prácticas profesionalizantes", expresó Minetti.
En el caso de los estudiantes de los últimos cursos, el Inta autoriza la realización de practicas profesionalizantes. En el caso de la UNSa se mantiene un convenio integrado que permite a los estudiantes realizar capacitaciones en conjunto y los estudiantes de diferentes cátedras pueden visitar las estaciones experimentales, por las áreas de legumbres, ganadería, cultivos tropicales y cultivos andinos.
"La restricción presupuestaria también les toca a las universidades, así que en conjunto hay que buscar las herramientas para que los chicos no pierdan. Hay que destacar que las acciones que se hacen sobre la formación redundarán después en mejoras en la producción de las provincias", analizó el funcionario.
Por lo normado en Inta, un becario no es personal de la agencia. El estudiante de los últimos años de carreras afines podía ingresar hasta ahora a una beca estudiantil. Una vez que el estudiante se recibía tenía la posibilidad de acceder a una beca de práctica profesional, que dependiendo del desempeño permitía que el becario ingresara a un período de formación. En este tiempo se medía la performance del postulante y terminada esta etapa podía ingresar como personal del Inta.
"Hoy, aquellos que ya están, tienen el compromiso de poder continuar, pero no se abrirán inscripciones para nuevas becas", expresó.
El director del Centro Regional explicó que cuando se analizaba el presupuesto de los 400 millones sabían que esto solo representaba el pago de salarios.
"Pero si esta masa salarial tiene partidas para operar es una inversión. Existe una tasa interna de retorno que determinó que por cada peso que se invierte en Inta hay una ganancia del 14 por ciento, como los desarrollos de semillas de poroto y de garbanzo de Salta, la variedad de duraznos de Jujuy y los cultivos tropicales desde el Inta de Yuto", ejemplificó.