Recorré con las cámaras 360º de El Tribuno los angostos desfiladeros de Iruya, que conducen al pueblito de Chiyayoc, ubicado a más de 3.000 msnm. Para llegar al caserío esparcido en la inmensidad de las montañas caminamos desde Iturbe, cerca de Humahuaca, Jujuy, unas seis horas hasta llegar a Chiyayoc y de regreso unas siete hasta Iruya. Es una travesía que debe realizarse con un guía por la gran cantidad de caminos que se bifurcan hacia distintos parajes, como Colorado, Rodeo, San Juan, San Isidro, entro otros tantos”, contó el camarógrafo y periodista Federico Medaa, quien fue parte del equipo de El Tribuno que fue hasta el lugar.
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Recorré con las cámaras 360º de El Tribuno los angostos desfiladeros de Iruya, que conducen al pueblito de Chiyayoc, ubicado a más de 3.000 msnm. Para llegar al caserío esparcido en la inmensidad de las montañas caminamos desde Iturbe, cerca de Humahuaca, Jujuy, unas seis horas hasta llegar a Chiyayoc y de regreso unas siete hasta Iruya. Es una travesía que debe realizarse con un guía por la gran cantidad de caminos que se bifurcan hacia distintos parajes, como Colorado, Rodeo, San Juan, San Isidro, entro otros tantos”, contó el camarógrafo y periodista Federico Medaa, quien fue parte del equipo de El Tribuno que fue hasta el lugar.
Son aproximadamente 18 kilómetros que bordean la cadena montañosa de Iruya y que conforma un paisaje de ficción, ideal para los amantes del turismo aventura y quienes busquen un contacto directo con la naturaleza, de la inmensidad y la soledad de la Puna. Solo puede recorrerse a pie. Los precipicios son muy profundos, de varios cientos de metros, y en ciertos tramos hay que caminar con mucha precaución ya que solo entran en el camino un pie después del otro.
Santos Tolaba (58), es el lugareño que oficia de guía en la zona y fue quien condujo al equipo de El Tribuno hasta la escuela 4.345 de Chiyayoc y de regreso a casa.