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10 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Un preso y una confesión en esta trama de palos negros

El jefe de la banda, dueño de un aserradero, fue imputado por el delito de hurto calificado
Domingo, 18 de febrero de 2018 00:00

En el caso del abogado Sánchez, dueño de una finca que es permanentemente saqueada por ladrones de madera, en Tartagal, ya hay un preso y una confesión.

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En el caso del abogado Sánchez, dueño de una finca que es permanentemente saqueada por ladrones de madera, en Tartagal, ya hay un preso y una confesión.

En relación con la detención de Rubén Soria, propietario de un aserradero ubicado entre las calles 12 de Octubre y América en Tartagal, Sánchez precisó que "en su declaración este hombre reconoció que la madera robada se la proveyeron los aborígenes. Quienes fueron sorprendidos in fraganti fueron dos empleados de él que se encontraban en un camión y en un tractor".

Lo escalofriante es esta parte del relato del abogado: "Cuando llegamos con la Policía habían talado madera como para cargar 20 camiones y ellos mismos declararon que eran empleados de Rubén Soria. El Dr. Cabot realmente hizo un trabajo impecable, a pesar de que estaba de feria, y así, por primera vez en la historia, se logró la detención del responsable que fue imputado por el delito de hurto calificado".

Y añadió: "Cuando declaró ante el fiscal Cabot, Soria manifestó que quien le ofreció la madera fue el cacique Fausto, del Kilómetro 16. Para sacarla hicieron un camino clandestino y rompieron las alambradas, luego utilizaron guías forestales. Acá nadie es inocente porque todos saben que se trata de madera robada, pero la mayor responsabilidad es de la Provincia, por la falta de control y por mirar para otro lado", consideró el letrado.

"Para conseguir un palo, los aborígenes tienen que hacer 60 kilómetros o más para llegar al lote fiscal 4. Todos saben que los aborígenes la hacen corta y roban madera de nuestras fincas y no hacen nada", aseguró el abogado Sánchez, y agregó: "Cuando reclamé me dijeron que se les otorga las guías para contener a los originarios. Pero finalmente quien le hace la contención soy yo, con la madera de mi finca, y no solo a los aborígenes sino a los empresarios madereros, que son millonarios a costillas mía y de tantos otros puesteros de la zona".

Sánchez precisó que "las guías forestales se otorgan en la exoficina de la Secretaría de Áreas de Frontera, sobre la Avenida Packam, para que supuesta mente saquen madera del lote fiscal 4".

Falta de escrúpulos

“Como es de conocimiento público el lote fiscal 4 está diezmado y para llegar adonde todavía queda algo, deben hacer más de 70 kilómetros monte adentro. Estamos hablando de 150 kilómetros ida y vuelta, por eso los aborígenes rompen las alambradas de fincas como la mía y roban la madera”, acusó Sánchez. “En mi finca, pintada con el color rojo, está prohibido hacer una aprovechamiento de la riqueza forestal y el Gobierno de la provincia lo sabe. Funcionarios, aborígenes y empresarios inescrupulosos conforman un círculo vicioso donde todos quedan contentos con el perjuicio que nos causan a noso tros y al medio ambiente”,dijo.

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