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Condenaron a los asesinos de Solano, pero los ideólogos siguen libres

Sentenciaron a perpetua a los siete policías acusados por el homicidio del joven salteño. No se resolvió el móvil del crimen, aunque las sospechas recaen sobre la empresa que lo contrató en Río Negro.
Jueves, 02 de agosto de 2018 00:00

¿Por qué asesinaron a Daniel Solano?¿Quién lo mandó a matar? Esas preguntas, que no fueron resueltas por la Justicia de Río Negro, igual se escucharon ayer en el auditorio del Poder Judicial de General Roca, donde se dictó sentencia a cadena perpetua a los siete policías que ultimaron al trabajador golondrina salteño, quien en 2011 fue al sur del país para la cosecha de frutas en el Valle Medio.

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¿Por qué asesinaron a Daniel Solano?¿Quién lo mandó a matar? Esas preguntas, que no fueron resueltas por la Justicia de Río Negro, igual se escucharon ayer en el auditorio del Poder Judicial de General Roca, donde se dictó sentencia a cadena perpetua a los siete policías que ultimaron al trabajador golondrina salteño, quien en 2011 fue al sur del país para la cosecha de frutas en el Valle Medio.

El Tribunal que llevó adelante el juicio durante casi seis meses dictaminó que Sandro Berthe, Pablo Bender, Héctor Martínez, Juan Barrera, Pablo Albarrán Cárcamo, Pablo Quidel y Diego Cuello son culpables del delito de "homicidio agravado por alevosía por ser cometido por un funcionario público". A Berthe, Bender y Barrera les sumaron el delito de vejaciones.

Aún con la gravedad de la condena, los jueces rechazaron el pedido de prisión preventiva sobre los condenados, quienes continuarán en libertad hasta que la sentencia quede firme. Ordenaron investigar, además, a tres testigos de la defensa por falso testimonio en el proceso judicial.

El cuerpo de Daniel nunca fue hallado, pese a ello la Justicia rionegrina tampoco juzgó la desaparición, forzada en este caso, del salteño. Se argumentó que ese delito, entre los más lesivos en derechos humanos porque se comete desde el Estado, corresponde al fuero federal.

La búsqueda de la verdad no terminó con esta sentencia. La familia Solano y los abogados querellantes Sergio Heredia (oriundo de Tartagal) y Leandro Aparicio (de Bahía Blanca) quieren que la Justicia avance sobre quién o quiénes son los autores ideológicos del crimen. Los letrados fueron los impulsores del juicio y quienes aportaron, no así la fiscalía, los testigos y pruebas que dieron forma al fallo.

Tanto Heredia como Aparicio sostienen y fundamentan que Daniel Solano fue asesinado por reclamar mejoras laborales y protestar por una estafa en el pago de los jornales que le habían prometido a él y a sus compañeros. El salteño había sido reclutado por la empresa, ya extinta, Agrocosecha, que era una subsidiaria de la firma internacional Expofrut.

"Esto continúa, no vamos a bajar los brazos", dijo Sergio Heredia luego de la sentencia. "¿Acá siete policías asesinaron porque quisieron? ¿no se preguntan por qué estaban en el boliche (donde fue capturado Solano por los agentes) si no estaban de adicionales?", planteó el letrado sobre un punto básico que fue ignorado por el sistema judicial.

  Gualberto, padre de Daniel, murió sin encontrar a su hijo.

Daniel Solano era oriundo de la comunidad guaraní de Cherenta, Tartagal. Fue desaparecido en noviembre de 2011 en la localidad rionegrina de Choele Choel tras ser sacado por la fuerza de un local bailable al que había asistido con compañeros.

Con 27 años de edad, había viajado un mes antes de ser visto por última vez a Lamarque, contratado junto a otros trabajadores golondrina del norte del país.

Las irregularidades laborales que denunciaba el joven siguieron en el tiempo, de acuerdo a los cientos de testimonios que consiguieron los abogados de la familia Solano. Incluso se dieron otras muertes y desapariciones sospechosas entre los peones de los campos de Expofrut.

Esas situaciones nunca fueron investigadas. En lo que respecta a Salta, donde la compañía obtiene gran parte de su mano de obra en las poblaciones relegadas del norte provincial, tampoco se hizo un averiguación oficial ni hubo interés por el caso Solano.

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