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El sistema educativo quedó obsoleto

Martes, 15 de enero de 2019 00:00

Hoy en día tomamos con mucha naturalidad que para comprar o vender bienes o servicios, alquilar, declarar impuestos, diseñar obras, viajar, hacer operaciones bancarias, estudiar, leer, etc. podamos hacerlo a través de plataformas digitales; como las respuestas suelen ser inmediatas y llenas de ventajas, esto nos hace preferir las operaciones virtuales por sombre los métodos y recursos tradicionales. Si nos detenemos a evaluar el impacto que tienen estas decisiones en el mundo del trabajo y en la cualificación de los nuevos puestos y profesiones que se requieren para llevarlos a cabo, lo que vemos nos lleva a reflexionar sobre algunas cuestiones.

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Hoy en día tomamos con mucha naturalidad que para comprar o vender bienes o servicios, alquilar, declarar impuestos, diseñar obras, viajar, hacer operaciones bancarias, estudiar, leer, etc. podamos hacerlo a través de plataformas digitales; como las respuestas suelen ser inmediatas y llenas de ventajas, esto nos hace preferir las operaciones virtuales por sombre los métodos y recursos tradicionales. Si nos detenemos a evaluar el impacto que tienen estas decisiones en el mundo del trabajo y en la cualificación de los nuevos puestos y profesiones que se requieren para llevarlos a cabo, lo que vemos nos lleva a reflexionar sobre algunas cuestiones.

¿Cuántos agentes de viaje necesitamos, por ejemplo, cuando podemos usar los celulares para comprar pasajes de avión a un algoritmo?.

¿Qué pasará con los trabajos si las nuevas tecnologías continúan avanzando a pasos agigantados?

¿Cuáles son las competencias o habilidades que se necesitan en la actualidad para permanecer en el empleo y sostenerse en el mercado laboral?

¿Qué conocimientos deberían incorporar las ofertas académicas para que los alumnos y futuros profesionales sean competitivos en la presente sociedad del conocimiento o época de la 4ta. Revolución Industrial donde todo el mundo está "conectado"?

Hoy numerosos comercios "cierran" sus puertas ante la crisis, pero el comercio electrónico no deja de crecer. Según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) entre enero y junio del 2018 se hicieron más de 30 millones de operaciones y por cada minuto se gastan 370 mil pesos online; por cada segundo hay dos operaciones; hay, en promedio, 18 millones de personas que realizan operaciones por la web en Argentina.

Impacto de las revoluciones

En el Siglo XIX, la 1ra. Revolución Industrial comenzó porque los seres humanos se dieron cuenta de que podían utilizar la máquina a vapor para hacer muchas cosas interesantes y ello se incrementó con el descubrimiento de la electricidad, la computadora y las nuevas tecnologías de comunicación.

El petróleo y su explotación le dieron la fuerza para expandirse. La primera marcó el paso de la producción manual a la mecanizada, entre 1760 y 1830; la 2da. Revolución, alrededor de 1850, trajo la electricidad y permitió la manufactura en masa. Para la 3ra. hubo que esperar a mediados del Siglo XX, con la llegada de la electrónica y la tecnología de la información y las telecomunicaciones.

El sistema educativo fue diseñado en épocas de la 1ra. Revolución, y los requerimientos fueron otros: el imperativo era la homogeneización ya que se estaban formando los Estados nacionales; el sistema de producción industrial era lineal y el objetivo de la escuela era el de transmitir a las nuevas generaciones saberes y normas de la sociedad adulta. En este contexto la institución educativa gozaba de prestigio y valoración social y la figura del docente tenía una posición de privilegio; poseía el saber y la autoridad y la escuela tenía el monopolio de la información; el conocimiento y los saberes solo se encontraban en los establecimientos educativos.

En este nuevo siglo sabemos que el vaticinio de Alvin Toffler, quien llegó a declarar que el "sistema educativo está obsoleto", resultó acertado; así como la primera ola, desde su análisis, se originó con la revolución agrícola que dio paso a la aparición de las ciudades, civilizaciones y al dinero y la segunda vino de la mano de la Revolución Industrial con el control de la energía, la mecanización y el capital la tercera ola tiene una naturaleza distinta: es el mundo digital, donde el capital es la información y la riqueza depende de la capacidad de crear conocimiento. La innovación llama a las puertas del sistema educativo y las tecnologías ofrecen un medio para llevar adelante esos cambios.

El nuevo Renacimiento

Actualmente, Siglo XXI, estamos transitando la 4ta. Revolución Industrial (término acuñado en Alemania en el 2011 en la Feria tecnológica de Hannover-Messe para describir la Digitalización de los sistemas con tecnologías disruptivas) que está uniendo los sistemas físicos, digitales y biológicos. Prácticamente estamos viviendo un nuevo "Renacimiento" en las estructuras y en la relación con la vida, con el planeta y con el trabajo.

Ante este nuevo escenario, que afecta los distintos ámbitos de la existencia humana, la educación y conocimiento son el combustible necesario para asegurar el progreso de la sociedad en general, y de las personas en particular. Así como se plantea la necesidad de un nuevo modelo económico, que supere al sistema capitalista, y a su secular opositor, el sistema comunista, que haga hincapié en el mercado libre, la libertad del hombre, menos presencia ineficiente de los gobiernos y que concrete y satisfaga las necesidades de todas las personas, que se concentre no solo en crecer sino en maximizar el beneficio de los hombres.

El nuevo sistema económico que se genere deberá ser innovador, creativo y que crezca siempre utilizando nuevas tecnologías, la impresión 3D, etc., para superar la limitación de recursos que existen.

Este desarrollo deberá ser sustentable y teniendo la premisa de la calidad, en todos los ámbitos, y deberá, además, tener en cuenta la diversidad, la cuestión saludable, el cuidado del medio ambiente y produciendo nueva energía.
Como antes lo fue el petróleo, en este nuevo contexto, las tecnologías que se usan dan origen a nuevas energías relacionadas con el Sol, viento, biomasa, biodiésel, etc., las cuales, por efecto de la integración de economías, se pueden “mover”. Así tenemos el caso de la electricidad, con la cual, un país que la produce puede proveerla a cualquier otro, en cualquier parte del mundo.

Lo que afecta al trabajo

La programación y automatización de empleos están afectando la empleabilidad. Algunas predicciones hablan de que millones de empleos se van a perder para 2020, a causa de la tecnología, lo cual nos hace preguntarnos cuál será el futuro del empleo y cómo se compartirá la riqueza. Es aquí, desde el punto de vista de los trabajos, donde el mundo está necesitado de una nueva educación, un nuevo entrenamiento facilitado por el hecho de que vemos que el mundo está abierto a aprender.
La mayoría de las universidades están comenzando a desarrollar nuevas tecnologías que comienzan a mejorar las habilidades en forma distinta; están trabajando de un modo activo en la innovación, asumiendo el impacto de esta, tratando de asimilar la 4ta. Revolución Industrial con la creciente penetración de la inteligencia artificial y el Machine Learning, deberán dar respuesta a las nuevas demandas formativas que exige la matriz productiva laboral de las economías.
El modelo de enseñanza - aprendizaje en general deberá cambiar en este contexto, deberá migrar a uno más flexible a las características de los alumnos y que trabaje los aspectos motivacionales brindando experiencia al usuario. Se deberán diseñar herramientas que permitan mejorar la interactividad con conceptos de gamificación, que alienten al logro de objetivos, por parte de los alumnos, innovando, de esta manera, en los aspectos metodológicos.

Sectores económicos

Un reconocido autor actual de renombre internacional, Yuval Noah Harari, cuando analiza el mercado laboral, a lo largo de la Historia, advierte que se dividió en tres sectores principales: agricultura, industria y servicios. Hasta 1800, la mayor parte de la fuerza laboral trabajaba en la agricultura y únicamente una pequeña porción lo hacía en la industria y los servicios. Luego de producida la revolución industrial esto cambió; porque la mayoría comenzó a trabajar en la industria y un número creciente en el sector servicios. En décadas recientes, los países desarrollados han experimentado otra revolución, al ir desapareciendo los empleos industriales y expandiéndose el sector de los servicios.
En Argentina, según cálculos del Banco Mundial, el 65% de la fuerza laboral está amenazada ya que aparecerán nuevas profesiones y nuevos puestos de empleos donde serán necesarias otras habilidades y competencias. Probablemente en los próximos años aparecerán profesiones nuevas como diseñador virtual, diseñador de aplicaciones móviles, experto en comercio electrónico, analista digital, etc. lo cual obligará al sistema educativo a hacerse un fuerte replanteo de su oferta académica o la revisión de sus contenidos.

¿Y ahora?

¿Está preparado el sistema educativo para lo que pasa en el mundo?
Es evidente que la educación no escapará a los efectos de las nuevas tecnologías. Cambiará la manera en que se enseña y aprende. Se incorporarán nuevos espacios de aprendizaje donde la colaboración, la flexibilidad, y las experiencias inmersivas, serán protagonistas de la transformación educativa. Se hará cada vez más difícil concebir la educación sin una plataforma online para consultas, tareas, notas, deberes, biblioteca, tutoría, etc., de manera integrada, utilizando un software colaborativo para hacer los trabajos prácticos grupales o el uso de las redes sociales como parte de la formación. Las competencias y habilidades que el mercado laboral requiere de los graduados también harán que deban replantearse y actualizarse las currículas de las distintas carreras.
Actualmente nos encontramos en medio de la mayor revolución de la información y de las comunicaciones de la historia de la humanidad.
El potencial transformador de las tecnologías digitales posibilita la participación de la población en la economía digital, aunque quede mucho por hacer, ya que no todos los países o zonas del mundo tienen acceso rápido a internet de alta velocidad.
Los países necesitan invertir en educación, principalmente para hacer realidad todos los beneficios de la transformación de la información y las comunicaciones.
El mundo digital está transformando todo y el sistema educativo en el mundo da muestras significativas de querer acompañar los cambios.
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