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“Hay orden de no contar nada y gente que te marca”

Se abrió una investigación judicial. Denuncian amenazas a seminaristas. 
Domingo, 20 de enero de 2019 00:32

Una fiscal intervino de oficio en los últimos días en el caso del exobispo de Orán Gustavo Zanchetta y ya recabó algunos testimonios. 
La comunidad católica de Orán está conmovida y los que hablan piden mantener su nombre en reserva.
“Nadie te va a contar nada, hay orden de no contar nada. Además hay gente que te marca mucho si hablás en el pueblo”, indicó una catequista. La mujer trabaja hace diez años con la iglesia dando clases religiosas y aseguró que lo de los abusos era un “rumor que se corría hace tiempo”. 

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Una fiscal intervino de oficio en los últimos días en el caso del exobispo de Orán Gustavo Zanchetta y ya recabó algunos testimonios. 
La comunidad católica de Orán está conmovida y los que hablan piden mantener su nombre en reserva.
“Nadie te va a contar nada, hay orden de no contar nada. Además hay gente que te marca mucho si hablás en el pueblo”, indicó una catequista. La mujer trabaja hace diez años con la iglesia dando clases religiosas y aseguró que lo de los abusos era un “rumor que se corría hace tiempo”. 

La catequista relató una situación a la que ahora, luego de conocer las denuncias, le dio otra interpretación. “El año pasado uno de los seminaristas (se reserva el nombre), dejó el seminario. Dijo que fue por disposición interna y que no podía contar”, recordó. 

Otra mujer que ejerce tareas administrativas en la Iglesia, sumó mayores detalles sobre el mismo seminarista y relató que el joven fue “echado” cuando ya cursaba su segunda etapa de estudios religiosos en Salta. “Él los enfrentó y los amenazó con sacar todo a la luz y lo sacaron. Luego de eso se fue a rebuscárselas a Cafayate”, contó. La misma mujer también se refirió a las presiones sobre sacerdotes que denunciaron a Zanchetta: “Al rector del seminario ahora lo mandan a Morillo, sin auto, sin nada, y lo amenazaron con sacarlo del clero”.

Un joven cercano a los seminaristas, que ya testificó ante la fiscalía, también dijo tener miedo de hablar porque “Zanchetta es alguien que concentra mucho poder”. 
“Si me preguntás por qué no hubo más casos, es gracias a estos curas que pusieron el alma por los chicos. Ellos los llevaban a escondidas a los chicos a la psicóloga”, aseguró.

El joven también advirtió sobre los traslados. “Llama la atención que uno de los curas se vaya al Chaco. En esta Diócesis, a lo curas que los mandan ahí es por castigo. No es fácil denunciar a un obispo que se jacta de ser amigo del Papa. Ahora él es una mancha para Francisco”, señaló.

“El obispo mintió”

Tanto el joven que ya testificó en la causa como la mujer que trabaja en la iglesia ubicaron al actual obispo Scozzina en el ojo de la tormenta. “Mintió en la entrevista que les dio a ustedes, dijo que no había hablado con los seminaristas y no sabía de qué se trataban las denuncias. El habló con los chicos (seminaristas) cuando llegó y pidió que presenten informes. Dijo que no tiene documentos para hacer denuncias y molesta porque vos le presentás algo y luego dice que no tiene nada. Se cajoneó todo”, aseveró el joven cercano a los seminaristas. Por otro lado, otra colaboradora del clero oranense agregó que “dos seminaristas lo increparon por sus dichos”.

En cuanto a la reserva que mantienen los seminaristas, las diferentes fuentes coincidieron en que “hay que darles tiempo”, y pidieron tener en cuenta que “están ahí porque quieren ser curas de corazón“. Aunque también aseguraron que, cuando hablen, “va a explotar todo”. “Recién salió el cinco por ciento de lo que es Zanchetta, es un lobo disfrazado”, aseveró el joven cercano a los seminaristas.

A los oranenses que trabajan con la Iglesia, también les llamó la atención el tratamiento que el Vaticano le dio al caso. “Creo que el Vaticano no tomó la dimensión del caso, porque cuando uno muestra interés, manda a alguien a investigar, a preguntar”, aseguró el joven testigo.
Diferentes fuentes también coincidieron en que la “presión mediática”, ayudó a que se abra un proceso. “Si esto se paraba y no se le daba tratamiento mediático esto iba a quedar en la nada”, agregó el joven que aún mantiene contacto con los seminaristas. 

Padres reservados

Los seminaristas le solicitaron reserva a sus padres. “Me dijo: lamentablemente sí. Pero no quería hablar más”, contó la madre de uno de ellos que le contestó su hijo al consultarle sobre las “noticias de abuso”. 
“Mi hijo no cuenta mucho lo que pasa en el seminario. Yo lo noté raro una sola vez cuando vino. Me preocupé por si una chica no le estaba llevando la cabeza para otro lado. Le pregunté a su hermano si sabía y me dijo que en el seminario estaban pasando cosas pesadas. Yo le dije: ¿qué tanto?...Todos le reprochamos por qué no contó, pero él no dice nada”, aseguró la mujer.
Los padres de otro seminarista también dijeron haber visto a su hijo raro. “No era mi hijo el que vino, me lo habían cambiado”, aseveró el padre de uno de ellos en la puerta de su casa. Estos padres también cumplieron con el pedido que les hizo su hijo y no dieron detalles. 

“No son denuncias”

La comunidad de Orán está conmovida. J. CORBALÁN

Juan José Manzano, uno de los sacerdotes que denunció a Zanchetta, aseguró que el Vaticano afirmó conocer recién en los últimos meses las denuncias de abuso sexual porque lo que ellos presentaron ante la Nunciatura fueron “informes y no denuncias”. Aduce que esos informes no podían ser tomados como denuncias porque dicho proceso debía realizarse ante el obispado, y en este “caso el obispo era el denunciado”. Indicó que el actual obispo Scozzina comenzó a recabar las acusaciones cuando asumió. Sin embargo, el obispo afirmó a este medio desconocer dichas acusaciones. Además, especialistas en derecho canónico explicaron que las denuncias contra un obispo se realizan ante la Nunciatura. 
 

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