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Butterfly toca los primeros acordes para una transformación mágica

La legendaria agrupación está ensayando para “El show debe continuar”, su temática anual. Bailarines, batucada y vedettes sorprenderán de la mano de la Señora del Carnaval. 
Domingo, 27 de enero de 2019 00:55

Las 20 caras bonitas y 50 cuerpos ardientes de Butterfly están en plena preparación. Desde las redes sociales sus fans pueden espiar cada contrato firmado, anunciado por la Señora del Carnaval. El minuto a minuto entretiene y aviva el deseo de volverlos a encontrar en la temporada 2019. 
“El show debe continuar” es la temática de este año. Joseph Rivera Surriabre abre las puertas de su búnker, en el macrocentro salteño, y corre el telón hacia las bambalinas de su agrupación. 
“El show debe continuar hace alusión a esta crisis, porque este va a ser uno de los carnavales más sacrificados que vamos a tener. Todos los elementos que se usan para el montaje de una fantasía son importados y tienen valor en dólares. Los costos se triplicaron e incluso más”, comenta a modo de prefacio. “Es un gran desafío poder montar un espectáculo en este momento y desde la producción hemos tratado de darles a los participantes la mayor ayuda posible. Las plumas de faisán son reutilizables porque aunque son costosas son muy nobles, entonces duran años y se las puede cambiar de color. Todo es un patrimonio que se va adquiriendo con los años y a través del tiempo. Lo que no quita que se tenga que invertir en algo novedoso, como galones, lentejuelas y la pedrería, que es tan importante también”, agrega. 

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Las 20 caras bonitas y 50 cuerpos ardientes de Butterfly están en plena preparación. Desde las redes sociales sus fans pueden espiar cada contrato firmado, anunciado por la Señora del Carnaval. El minuto a minuto entretiene y aviva el deseo de volverlos a encontrar en la temporada 2019. 
“El show debe continuar” es la temática de este año. Joseph Rivera Surriabre abre las puertas de su búnker, en el macrocentro salteño, y corre el telón hacia las bambalinas de su agrupación. 
“El show debe continuar hace alusión a esta crisis, porque este va a ser uno de los carnavales más sacrificados que vamos a tener. Todos los elementos que se usan para el montaje de una fantasía son importados y tienen valor en dólares. Los costos se triplicaron e incluso más”, comenta a modo de prefacio. “Es un gran desafío poder montar un espectáculo en este momento y desde la producción hemos tratado de darles a los participantes la mayor ayuda posible. Las plumas de faisán son reutilizables porque aunque son costosas son muy nobles, entonces duran años y se las puede cambiar de color. Todo es un patrimonio que se va adquiriendo con los años y a través del tiempo. Lo que no quita que se tenga que invertir en algo novedoso, como galones, lentejuelas y la pedrería, que es tan importante también”, agrega. 

Rosa Venegas de Garay, modista consagrada de Butterfly. Pablo Yapura

La del carnaval es sin dudas magia entremezclada con parafernalia, glamour, imaginación y recreación, un lugar en el que convergen varias artes para dar vida a una historia, un sentimiento, una emoción. “En Salta la comparsa, los grupos humorísticos, los artísticos, los tinkus, las murgas, los caporales constituye una ensalada de ritmos y montajes”, define Joseph, que ha visto “a festa mais grande do mundo”, en el sambódromo de Río de Janeiro ya dos veces. “Fui con la intención de disfrutar, de enriquecerme de todo para poder desplegarme aún más. No copiar, porque sería imposible. Los montajes allá están hechos con otra perspectiva: para ver a la distancia. Ellos juegan mucho al impacto visual de lejos, sin desmerecer que todo está montado con sumo detalle y de una manera exquisita. Está bien llamado el mejor espectáculo del planeta al aire libre, y lo es sin duda en su organización. Todo aspecto está cuidado”, rememora. 
Butterfly tiene una formación similar a las escolas de samba, con comisión de frente, destaques y batucada. Catalogada como conjunto artístico, tiene aproximadamente 50 integrantes, aunque se siguen sumando algunos miembros recién llegados de vacaciones. Hay una comisión de frente que siempre hace la apertura cuatro integrantes. Después aparecen las grandes divas. “Los mejores destaques están recreados por las chicas trans, que le ponen esa impronta de vedette. Siempre hay una cuestión competitiva porque como el nombre lo indica cada una quiere destacarse en un estilo, una forma”, clarifica Joseph. Este año habrá 15 en escena con un montaje de vestuario para el asombro. “Los destaques los maneja cada una siguiendo su criterio y a su gusto y paladar, aunque siempre respetan la temática y los colores oficiales que se usan cada año. La puesta en escena es un juego visual. Hay que ir viendo qué podría ir adelante, qué color combinaría con cuál. Como nosotras somos amigas nos visitamos y lo vamos charlando durante el año. Una vez que se genera ese diálogo, cada una decide qué hará. Cada una recrea algún personaje famoso que admira”, detalla Joseph. 
La agrupación viene precedida de la fama de que hace primar el buen gusto. Todos lucen sumamente bellos, a pesar de la diversidad de los cuerpos implicados en la formación. 
“El grupo no tiene una consigna estética rigurosa. Hay chicas gorditas. Cada una sabe cómo montarse y cómo lograr esa gracia en escena para participar. Hay chicas que son obsesivas con el gimnasio y su peso, pero no es una condición del grupo, sino una característica que traen con ellas.
La que le gusta salir en bikini siempre va ligera de ropa, pero siempre yendo más a un estilo glamoroso que controversial”, apunta Joseph. 
Cuando hace unos meses lanzó la red de la convocatoria atrapó profesores de danza, de gimnasia, personal trainners, maestras, licenciadas. “Con esto de que publicamos en las redes sociales, llamó muchísima gente. Incluso una mujer me preguntó: ‘Yo soy gordita, ¿puedo participar?’. Y todos pueden. Claro que nosotros como institución tratamos de asesorarlos. Todo se puede lograr porque es una gran puesta en escena combinando y haciendo que los personajes estén cada uno acompañados por música”, aclara. “Esto del carnaval es escaparse de la estructura de la vida diaria y transformarse en un personaje que uno anhela recrear”, define recuperando aquella condición de explorar todas las posibilidades de personificación humana que ofrece la actividad. 

 

La Señora del Carnaval acaricia el centro de un tocado que pertenece a algún destaque. Pablo Yapura

De amanecidos...

En Butterfly el ballet hace “el frente de batalla”, ellos van danzando, mientras las fantasías desfilan. Detrás viene la batucada, con su ritmo carioca y los jóvenes más livianos de ropa. Joseph relata que el ballet ensaya en algún estudio de danza o gimnasio de noche, de 22 a 24, para no entorpecer ningún horario de trabajo. 
“El grupo se va sectorizando entre los que tienen más afinidad y se amanecen trabajando, un trabajo que lleva muchas horas y dedicación y que la gente no ve”, comenta Joseph. 
Rosa Venegas de Garay es la modista histórica de Butterfly, hecho que no excluye a otras de su rubro a quienes los participantes quieran confiar sus trajes. Los costos de estos parten desde los 16 mil pesos, por ejemplo los que ataviarán a los miembros de la batucada. 
“Rosita es la modista que ya conoce mi cuerpo y por eso no necesita muchas pruebas para que el traje me quede bien. Siempre he mantenido un estilo clásico. Me figuré en una postura, por lo que no me veo en ropa liviana exhibiéndome”, comenta Joseph, cuyo traje es un interrogante cada año. Ella se inspira en el material fotográfico y fílmico de la emperatriz de Austria y Reina de Hungría Elisabeth de Baviera. También en Scarlett O’Hara, protagonista de “Lo que el viento se llevó”. 
Por ello en sus recreaciones abundan tules, encajes, corsés de pedrería, miriñaque y faldón, que a veces superan los diez kilos de peso. 
Muchos mortales nunca lo experimentaremos, pero quien desfila en el carnaval busca proveer al espectador de un momento único. Se erige en el centro de atención, en un generador de emociones que transforma el tiempo de quien lo observa.
“Hay una magia, una conexión entre la gente que te conoce y te espera. Yo hace más de treinta años que estoy haciendo producciones y estoy en contacto con la gente y me siento querida por ellos. No haría todo lo que hago si no esperara la reacción y el cariño de la gente, sentir su calor y su cariño, con su aprobación y esa alegría al ver el trabajo preparado cada año”, comenta, con la voz cortada de emoción Joseph. Tanta es la intervención de los celulares en alto con transmisiones en vivo y las fotografías que todos buscan tomar que a veces hasta el desfile y ese conjunto armónico y coreográfico para el que se ha ensayado hasta el cansancio se desgrana. “La gente quiere sacarse fotos y vos no podés negarte porque el desfile es para la gente, aunque nos demoremos un poquito. Se desordena el montaje a veces porque la gente se agolpa y quiere estar al lado de los personajes que admiran, verlos desplegar su gracia y su arte”, dice, sin atisbo de reproches Joseph. 
Estilista, decoradora y productora, la Señora del Carnaval, a días del estreno de Butterfly 2019 “El show debe continuar” dice que vive atrapada en ensueños. “Podría estar en el Paraíso Terrenal, pero siempre voy a querer estar con mi grupo y con mi gente. El carnaval es una dosis de optimismo y de vida para mí”, declara.
 

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