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Caso Palomo: había adelantado su deseo de robar una "chata" y matar

Según informes psicológicos analizados, el menor tiene rasgos psicopáticos. Hasta el momento el móvil del espeluznante crimen gira en torno a la conducta de los cinco imputados.
Domingo, 13 de octubre de 2019 01:21

El menor de 15 años sindicado como el principal sospechoso del brutal crimen de Sandra Silvia Palomo, la docente de 53 años que fue hallada sin vida en inmediaciones del río Arenales el domingo 1 de septiembre, semanas antes del crimen había adelantado sus deseos de tener una camioneta, en ese contexto hasta habría llegado a señalar la idea de matar a alguien. Consumado el cruento episodio que conmocionó a la sociedad, quedó solo el lamento de no haber podido comprender semejante delirio. La fiscal que trabaja en la causa, Luján Sodero Calvet, de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas 2, en diálogo con El Tribuno sostuvo: "Hasta ahora el móvil que tenemos son los cinco imputados con una conducta aterradora. ¿Descartamos otros?, no, no descartamos nada".

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El menor de 15 años sindicado como el principal sospechoso del brutal crimen de Sandra Silvia Palomo, la docente de 53 años que fue hallada sin vida en inmediaciones del río Arenales el domingo 1 de septiembre, semanas antes del crimen había adelantado sus deseos de tener una camioneta, en ese contexto hasta habría llegado a señalar la idea de matar a alguien. Consumado el cruento episodio que conmocionó a la sociedad, quedó solo el lamento de no haber podido comprender semejante delirio. La fiscal que trabaja en la causa, Luján Sodero Calvet, de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas 2, en diálogo con El Tribuno sostuvo: "Hasta ahora el móvil que tenemos son los cinco imputados con una conducta aterradora. ¿Descartamos otros?, no, no descartamos nada".

A sus 11 o 12 años, el principal sospechoso conoció la historia de su padre, un hombre que actualmente sigue detenido acusado de homicidio. Alguien le transmitió esa información y él la corroboró con su madre, quien sintió la necesidad que su hijo debía saber acerca de aquel desgraciado hecho desde donde se desprenden distintas versiones. Algo habría cambiado en la vida del menor, más allá de que desde su nacimiento nunca tuvo vinculación con su padre, es decir, no hay manera de que haya existido una "transmisión verbal" acerca del hecho que condenó a su padre.

Fuentes oficiales indicaron que se está ante un joven que tuvo irregularidades en su conducta en diferentes ámbitos, según relevamientos que se hicieron por ejemplo en instituciones escolares, su círculo de amigos y vecinos. Para la investigadora del caso, Sodero Calvet, hay una historia que quizás no esperaba que marque el destino criminal del joven de hacer lo que hizo pero sí "tenía una conducta que se le puede atribuir a la adolescencia, por eso nadie lo puede creer, por más que ahora salgan los análisis con el hecho consumado".

Acerca del perfil psicológico que analizaron del menor, la fiscal manifestó que "los datos más característicos y relevantes de su persona hacen que sea absolutamente factible todo esto -el crimen-, rasgos psicopáticos, un perfil que explica por qué una persona puede llegar a cometer un acto de estas características". Al mismo tiempo la funcionaria informó que están por hacer una junta con especialistas en psiquiatría para profundizar en ese aspecto, "de todos modos se determinó que es una persona que puede comprender y decidir. No estamos hablando de un inimputable, por la edad puede ser punible pero no de una persona que está en un estado de inimputabilidad mental. La pericia arrojó que comprende perfectamente todo con lucidez y contiene rasgos psicopáticos".

Premonitorio

Un par de semanas antes del hecho de sangre el joven había expresado en sus redes la posibilidad de matar a alguien, además de los deseos de robar una camioneta. Fuentes investigativas le dijeron a El Tribuno que el chico les había asegurado a los directivos de su actual colegio que en cualquier momento iría en una camioneta nueva. Otro de los episodios fue la invitación que les hizo a un grupo de amigos/compañeros antes de la desaparición de Palomo, a quien vieron por última vez el sábado 31 de septiembre. En el baño del colegio, el adolescente instó a otros jóvenes a que lo acompañaran porque robaría una "chata".

Si bien se abstuvo de declarar ante la fiscal y el juez actuante, el menor sí habló en el momento de ser detenido. De los informes policiales se desprende que se autoincriminó en el hecho e involucró a uno o dos de las personas que luego fueron detenidas e imputadas como partícipes necesarios. Al ser detenido, también sostuvo que no sabía de quién se trataba -por la víctima-, que nunca fue a buscar a alguien en particular, es decir la víctima podría haber sido cualquiera.

Pruebas que se analizaron acerca de muestras genéticas y a través de cámaras de seguridad certificaron la presencia del menor de 15 años en el interior del vehículo de la víctima, una camioneta Toyota Hilux color gris. En algunas prendas del joven asesino encontraron sangre de la docente, además del ADN del menor colectado en distintas partes del rodado como el volante o la palanca de cambios. Está acusado por el delito de "homicidio calificado por ensañamiento y alevosía".

La violencia que se asemeja al caso Jimena Salas

La fiscal señaló que Palomo fue ultimada de varias puñaladas y golpes en el rostro.

“Son contextos distintos pero estamos hablando de un crimen con una frialdad espeluznate”, dijo Sodero Calvet y agregó: “En Jimena (Salas) se registraron más de 40 puñaladas, en el caso de Palomo hubo muchas pero también una importante agresión física, sobre todo en la zona facial”.    La cantidad de puñaladas y lesiones ejercidas con un arma blanca -cuchillo- por parte del joven asesino y en complicidad con el resto, hacen suponer que fueron más de 20 cortes en distintas partes del cuerpo. Muchas de las lesiones cortantes son pequeñas “propias del mismo ataque”, y se expone cierta inexperiencia o una forma casi rústica y básica en el salvaje ataque. La fiscal descartó que se haya tratado de una tortura, “no son lesiones que se identifiquen con esa modalidad pero sí algo muy burdo, muy bárbaro”.
Acerca del resto de las personas imputadas en la causa, dos menores de 17 años y dos mayores de 18 y 19, la encargada de la instrucción apuntó: “A mi criterio, prima face, está probada la intervención, la presencia de todos en el vehículo y en el lugar donde fue hallado el cuerpo”.    
¿Por qué partícipes necesarios? “Primero hay una posibilidad de que hayan subido inmediatamente al vehículo; segundo, que alguno haya estado en el lugar donde la víctima fue interceptada -en el súper- y tercero, que ella estaba con vida, hay un cuadro de agonía en el cuerpo de la mujer ya que no fue una muerte inmediata, por eso lo de partícipes necesarios, lo que complica también la situación de los cuatro imputados”.
A medida que van declarando no solo los imputados sino sus familiares, amigos y personas que pueden aportar elementos valiosos en la causa, el relato de los sospechosos empieza a ser confuso y contradictorio. “Nadie dice ‘yo subí sabiendo’. Todos dicen que subieron sin saber -que había un cuerpo en el vehículo- pero en algún momento entran en contradicciones. Todos coinciden y aceptan que estuvieron en el lugar donde dejaron el cuerpo”, sostuvo Sodero Calvet.    
Otra de las cuestiones que se investigan es si el menor de 15 es el único autor material del violento asesinato. ¿Pudo un adolescente de contextura delgada y altura media baja hacer algo semejante? “Como poder... no es imposible, es factible hacerlo con la mecánica de una sola persona y también con más de una. No es lo más fácil, sencillo, y también depende en qué estado se encontraba la víctima”, dijo la fiscal.
 

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