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Historias de San Valentín de parejas que transitan las calles de la ciudad

Hablan un matrimonio de 40 años y “mieleros” que comienzan su vida juntos. También festejan los poetas en una tertulia literaria pensada para la ocasión. Y los ambulantes, que están de temporada.
Jueves, 14 de febrero de 2019 19:15

Es 14 de febrero en Salta y los transeúntes apuran el paso. Varios de ellos estrechan contra el pecho objetos que dan la inequívoca señal de que se trata de una jornada festiva. La fecha -de calado mercantilismo y exportada como muchas costumbres ya catalogadas como propias e indiscutibles- aún es difícil de caracterizar aquí, y mucho más de antologar por falta de perspectiva, pero los testimonios al paso permiten augurarle un futuro prometedor. Los santafesinos Liliana Traffano y Claudio García paseaban sin prisa por el casco histórico tomados del brazo. El 16 de diciembre pasado cumplieron 40 años de casados. Con cuatro hijos y seis nietos, sus voces testimoniales parecen encaminarse por la vía de la experiencia, del intimismo, de la emoción humana que se sabe gestionar. Acotan que se conocieron en un “baile de pueblo” en Coronda, “de donde viene la mejor frutilla”. Después de tantos años de prodigarse compañía, viven el Día de San Valentín “muy naturalmente”, pero en su relato denotan que son las raíces de un árbol frondoso y bien cultivado. “Tenemos tres yernos y una nuera y aunque no es fácil a veces la convivencia, en líneas generales nos llevamos muy bien. Nos sentamos todos los domingos en una mesa larga. Tenemos un grupo de whatsapp para ponernos de acuerdo quién lleva chancho, quién pollo y quién carne de vaca y hacemos un asado inmenso”, detalla Liliana. Agregan que hasta pudieron cumplir el sueño de quedarse “juntos, pero no amontonados”. “Ella heredó un terreno grande de su papá y lo dividió entre los chicos. Tres salieron sorteados en el Procrear y pudieron hacer sus viviendas con ese crédito. Allá en Coronda dicen que es el ‘country de los García’”, comenta él. De su venida a la ciudad van guardando registro en fotos y audios para que se alimente ese núcleo de notificaciones abundantes y pluralidad de participaciones que todos tienen al alcance de la mano. “Nuestros hijos tienen salud y trabajo y nosotros como somos jubilados, yo docente y él del rubro del transporte, colaboramos cuidando los nietos y a veces paseamos”, cierra Liliana con una sonrisa.

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Es 14 de febrero en Salta y los transeúntes apuran el paso. Varios de ellos estrechan contra el pecho objetos que dan la inequívoca señal de que se trata de una jornada festiva. La fecha -de calado mercantilismo y exportada como muchas costumbres ya catalogadas como propias e indiscutibles- aún es difícil de caracterizar aquí, y mucho más de antologar por falta de perspectiva, pero los testimonios al paso permiten augurarle un futuro prometedor. Los santafesinos Liliana Traffano y Claudio García paseaban sin prisa por el casco histórico tomados del brazo. El 16 de diciembre pasado cumplieron 40 años de casados. Con cuatro hijos y seis nietos, sus voces testimoniales parecen encaminarse por la vía de la experiencia, del intimismo, de la emoción humana que se sabe gestionar. Acotan que se conocieron en un “baile de pueblo” en Coronda, “de donde viene la mejor frutilla”. Después de tantos años de prodigarse compañía, viven el Día de San Valentín “muy naturalmente”, pero en su relato denotan que son las raíces de un árbol frondoso y bien cultivado. “Tenemos tres yernos y una nuera y aunque no es fácil a veces la convivencia, en líneas generales nos llevamos muy bien. Nos sentamos todos los domingos en una mesa larga. Tenemos un grupo de whatsapp para ponernos de acuerdo quién lleva chancho, quién pollo y quién carne de vaca y hacemos un asado inmenso”, detalla Liliana. Agregan que hasta pudieron cumplir el sueño de quedarse “juntos, pero no amontonados”. “Ella heredó un terreno grande de su papá y lo dividió entre los chicos. Tres salieron sorteados en el Procrear y pudieron hacer sus viviendas con ese crédito. Allá en Coronda dicen que es el ‘country de los García’”, comenta él. De su venida a la ciudad van guardando registro en fotos y audios para que se alimente ese núcleo de notificaciones abundantes y pluralidad de participaciones que todos tienen al alcance de la mano. “Nuestros hijos tienen salud y trabajo y nosotros como somos jubilados, yo docente y él del rubro del transporte, colaboramos cuidando los nietos y a veces paseamos”, cierra Liliana con una sonrisa.

Claudio García y Liliana Traffano, cuarenta años de casados y un San Valentín en Salta. 

Un nuevo comienzo

Gastón Froy (24) y Micaela López (20) son la excepción que confirma la regla de que no se puede iniciar una relación sentimental en un boliche, dada la vorágine que resta fineza a los sentidos. Gastón es de Corrientes y ella de Salta. Se conocieron en la escuela de aspirantes a suboficiales del Ejército Argentino. Ambos con el aguijón del desarraigo clavado y con el objetivo de que la fuerza transformara su realidad individual desde el principio fueron capaces de identificarse entre sí y compartir sus sentimientos. “Solo nos veíamos afuera y los fines de semana. Dentro de la fuerza somos personas trabajando no más, porque no podemos mezclar el trabajo con la familia”, manifiesta Micaela. Su vocación de servicio es heredada de su papá y abuelos, que trabajan en salud pública, y ahora ella cumple horas como pasante en el Hospital Militar Central. Gastón es músico. “Cuando era un civil no sabía nada del Ejército. Me gustaban mucho las bandas militares, tocaba el teclado y tuve desde el inicio de mi carrera que estudiar y especializarme en escuelas de música y conservatorios”, dice, ahora que integra una banda con 35 miembros de diversos escalafones. Ella está asignada al barrio de Palermo y él a la ciudad de Pigüé, ubicada en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Los jóvenes tienen tierna expectativa depositada en que los agruparán como familia cuando presenten el certificado de su reciente matrimonio, celebrado el 8 pasado. Incluso prevén llevar a la hija de ella, Mayte (5), que por el momento se cría en Salta. “Nos costó estar separados, nos extrañábamos y en un momento nos sentíamos tironeados por todo y eligiendo cumplir con todo, menos con nuestro amor”, comenta él, que valora como nadie ese momento exacto en que El Tribuno los halló, sentados compartiendo panchos con lluvia de papas, porque también lo simple de la vida acalma las palpitaciones más hondas y se debe agradecer.

Micaela López y Gastón Froy pasaron su primer San Valentín de Luna de Miel.

De tertulia

Amor y poesía, vida y literatura serán siempre realidades inseparables. De la exaltación al desengaño y del gozo a la amargura todas las emociones, todas las carencias, todos los afectos y todas las nostalgias caben en el amor. Por ello, Ana Carolina Beltrán (40) y Carlos Yudi Machur (39) pasarán su Día de los Enamorados en la segunda tertulia literaria Movimiento Poético Mundial, organizada por la imprenta digital y editorial Juana Manuela (Entre Ríos 2199) y que se cumplió ayer a partir de las 18. Como la ocasión se presentaba propicia el lema era “Derribando muros a través del amor”. “Lo interesante de esto es el movimiento compuesto por varias personas que escriben y tenemos la posibilidad de visibilizar nuestra escritura y buscar otros horizontes, buscar otros lectores, no solo poetas. Poesía del mundo viene a proponer que hay que derribar los muros del egoísmo, odio y racismo, limar las asperezas a través de la poesía”, expresa Carlos, profesor de Música, de Filosofía y de Educación Física. Él llevaba bajo el brazo sus poemas “Días de fuego en el alma”, “Hazme saber” y “Tu hojita”, mientras que ella, profesora de Francés y actriz, tenía marcados de su libro “Letra de hembra”: “Piecitos en las piedras”, “Noche de ángeles grises” y “Para ti”.

“El clima es muy afable, es una reunión de poetas. El objetivo es compartir el arte, el conocimiento y la experiencia con otros artistas, pero también acercar la literatura a la gente como con la suelta de poemas que hicimos hace unos días en las peatonales y que funcionó como un termómetro para ver qué reacciones provocábamos en la gente”, comenta Carolina. Así es como algunas rehúyen de las salidas habituales para el Día de los Enamorados: la cita en el hotel para disfrutar de una comida y una habitación con regalías, la cena a la luz estremecedora de las velas.

Los poetas Carlos Yudi Machur y Carolina Beltrán participarán de una tertulia literaria.  

Rosas rojas

Janet Armata (21), florista ambulante, cada 14 de Febrero mide la intensidad del amor en las miradas de sus clientes. “La venta viene floja, pero repuntará a la tarde. Las rosas son las que más salen y los que llevan los lilium seguro que quedarán bien con sus amigas o hijas”, asegura. Ella había salido con canastas de mimbre que albergaban ramos medianos y peluches con la perspectiva puesta en su “temporada”, porque habitualmente se ubica de viernes a domingo en los alrededores de la plaza 9 de Julio, de 9 a 14. Desprevenida al ofrecer su relato dice que tiene su “San Valentín en casa”. “Conocí a mi marido, Javier Martearena (22), hace ocho años en la plaza cuando íbamos a diferentes escuelas, porque los chicos nos juntábamos acá”, recuerda y añade que su otro gran amor es el hijo de ambos: Santino.

La florista Janet Armata, de temporada. 

De andar ligerísimo, Carolina Álvarez (37) llevaba en la mano un globo en forma de corazón, pero no era un obsequio para ella, sino un detalle para completar el regalo de Daniel Vera, su novio desde hace ocho meses. “Dicen que este día es comercial, pero con cada gesto me enamoro más”, manifiesta y deja claro cómo el amor trasciende los límites de toda materialidad.

Carolina Álvarez, con un presente para su novio Daniel Vera.

 

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