Julio César Toresani sonó fuerte en el fútbol salteño hace algunos años, cuando Central Norte lo había puesto en la mira como candidato a ocupar el cargo de entrenador tras la salida de Gustavo Coleoni, en la época del cuervo en el Argentino A.
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Julio César Toresani sonó fuerte en el fútbol salteño hace algunos años, cuando Central Norte lo había puesto en la mira como candidato a ocupar el cargo de entrenador tras la salida de Gustavo Coleoni, en la época del cuervo en el Argentino A.
Pero muchos años antes, en 1993, cuando vestía la camiseta de River Plate, fue verdugo de Gimnasia y Tiro en un partido que muchos hinchas del albo aún recuerdan. En octubre de aquel año, el albo, recientemente ascendido a la Primera División, le hacía fuerza al equipo que luego sería el campeón en medio de una lluvia torrencial en el Monumental.
Y cuando parecía que el equipo salteño se llevaría un heroico empate de Núñez con tres jugadores menos, el entonces árbitro Luis Olivetto adicionaba inexplicablemente diez minutos y fue justamente el “Huevo” Toresani el que amargaría a Gimnasia en el último minuto.
Cuatro años más tarde, el “Huevo” pisaba el Gigante del Norte jugando para el Boca, cuya base ganaría todo a partir de 1998 con Bianchi: allí también jugaban Riquelme, Palermo y Guillermo Barros Schelotto.