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El fracaso de la política financiera del gobierno Macri experimentó un nuevo golpe de mercado a comienzos de marzo con la minicorrida de bancos y grandes fondos de inversión hacia el dólar, lo que elevó aún más la cotización de la divisa y motivó un aumento adicional de la tasa de interés de referencia del BCRA con el argumento de contenerlo, pese a que tal recurso no sea garantía de la estabilidad cambiaria.
Los capitales especulativos siguen marcándole el paso a la administración macrista con su carta financiera extorsiva básica y clásica: me das más tasa o me voy al dólar.
Y el Gobierno, en línea con el interés de los acreedores financieros del Estado procedió y procede, como siempre, a favor de los mismos.
Los viajes de Dujovne
Este episodio dentro de la nueva crisis de deuda que vive la Argentina es el resultado del endeudamiento acelerado e irresponsable del gobierno Macri desde el inicio de su gestión -al contraer obligaciones financieras en gran escala sin la más miserable capacidad de repago y con un consecuente crecimiento de los intereses a pagar más que proporcional al incremento del stock de Capital.
Ante el agravamiento de la situación el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne viajó de urgencia a Washington para solicitar más ayuda al Fondo Monetario Internacional y también a la Tesorería de los Estados Unidos:
La entrevista con la directora-gerente del FMI, Christine Lagarde, tenía por objeto central tratar de asegurar el nuevo desembolso de los 10.800 millones de dólares (MD), que debiera autorizar el Fondo si el mismo se aprueba en la reunión del directorio ejecutivo (Board) fijada para el 5,4.
La entrevista con el secretario del Tesoro Norteamericano, Steven Mnuchin, habría tenido una doble finalidad: confirmar la continuidad del respaldo de la administración Trump al programa del préstamo stand-by (SBA) del FMI y sondear la posibilidad de una ayuda directa complementaria del gobierno estadounidense (punto este último que parece no haber prosperado).
El cuadro de situación era y sigue siendo particularmente tenso a raíz de la incapacidad de la actual administración de contener la inflación interna, de controlar el valor del dólar y de poder detener el incremento de un nivel de tasas de interés que es literalmente destructivo para la economía.
La necesidad de mantener este canal de asistencia externa es vital para el presidente Macri porque de ello depende total y absolutamente la supervivencia financiera y política de su gobierno durante los siete meses que le quedan hasta las elecciones de octubre del corriente año.
La misión Caldarelli
En febrero, el italiano Roberto Cardarelli concluyó la tercera revisión del acuerdo stand-by suscripto con nuestro país en octubre pasado.
Sin embargo, esta vez ocurrió un hecho algo infrecuente dado que Cardarelli emitió a través del FMI (según el comunicado 19/78, del 18.3.2019) una opinión personal respecto de la última revisión efectuada, en la que dijo, entre otras, algunas cosas importantes:
* La inflación argentina sigue siendo muy alta, que la lucha contra la inflación es un proceso largo y que el BCRA deberá redoblar sus esfuerzos para controlar la base monetaria (BM).
* En función de este planteo las autoridades del BCRA acababan de extender el congelamiento de la BM de junio a noviembre del corriente año, lo que implica el compromiso argentino de mantener su política de contracción monetaria en curso durante todo el ejercicio.
* El personal técnico del FMI apoya la venta de 60 millones de dólares diarios por parte del Tesoro a partir del 15,4, que representa un monto de 9.600 MD por el resto del año, que se tomaría del próximo desembolso y que se destinaría en la práctica a sostener el tipo de cambio.
Se dice que el representante del FMI habría expresado preocupación por los niveles insuficientes de recaudación fiscal afectados por la recesión económica provocada justamente por el plan de ajuste dictado por el Fondo y por el dudoso cumplimiento de las metas fiscales y financieras del año.
A través de este comunicado el jefe de la misión técnica del FMI quiso dejar constancia del contenido de su informe independientemente de las posteriores decisiones del Directorio, que son básicamente políticas dentro del organismo, y que lo hizo a modo de deslindar responsabilidades al respecto.
Stand-by y normativa del FMI
Las autoridades del Fondo y específicamente su titular, Christine Lagarde están corriendo un riesgo institucional y personal muy alto con relación al apoyo concedido a la Argentina a través del nuevo préstamo SBA:
* La directora - gerente viene apoyando enfáticamente las supuestas realizaciones o reformas estructurales en curso del gobierno Macri, en línea con la posición de la administración Trump en EEUU, sin que se pueda conocer bien a qué resultados positivos concretos se refiere.
* En este contexto el FMI ha concedido a la Argentina el préstamo más grande que haya otorgado en su historia -y simultáneamente también la Argentina ha recibido con ello el préstamo más grande de su historia- sin que exista demostración alguna de la capacidad de repago de dicho préstamo.
* Las probabilidades de cumplir con las exigencias comprometidas con el FMI por parte de nuestro país son muy bajas (hoy prácticamente inexistentes) y se descuenta que la próxima administración si no esta misma va a tener que solicitar un waiver o dispensa para prorrogar el acuerdo y/o cambiar sus metas, lo que implicaría automáticamente la continuidad de la función de monitoreo y/o auditoría por parte del Fondo, que en la práctica actúa no en función de ayuda al Estado sino en función de apoyo a los acreedores financieros del Estado, para que este que se encuentra en virtual default no les interrumpa sus pagos de servicios de la deuda pública.
Pero hay que resaltar que las circunstancias que se están dando configuran un cuadro anormal o atípico en cuanto a la operatoria del FMI porque el anuncio de que US$ 9.600 millones de los US$ 10.800 millones a percibir por el nuevo desembolso del Fondo van a ser utilizados no para atender las necesidades de financiamiento fiscal que es el objetivo declarado de la asistencia del FMI sino para sostener el tipo de cambio vendiendo los dólares recibidos al Mercado estaría apartándose, en principio, de lo que son los objetivos originarios.
El memorándum de entendimiento fija objetivos en materia de política fiscal, protección de sectores más vulnerables de la sociedad, apoyo a la equidad de género, política monetaria, gestión de la deuda pública, balance del Banco Central de la República Argentina (BCRA), gestión de gobierno, etcétera pero no se refiere al uso de los fondos prestados para sostener el tipo de cambio.
Dicho más concretamente: el Fondo no está para sostener la cotización del dólar.
Los distraídos
Tomar un mega - préstamo stand-by - un crédito que no se puede devolver - para sostén de la cotización local del dólar implica no solo endeudar adicionalmente al país sin capacidad demostrada de repago sino, además, financiar con ello la fuga de capitales porque la venta oficial de dólares al mercado para atender la salida de fondos especulativos se realiza gracias a estos desembolsos y al amparo de una total movilidad por entrada y salida de capitales establecida por el propio gobierno Macri.
El abierto fracaso de la gestión económico-financiera de la actual administración y los desequilibrios inmanejables que deja en materia de endeudamiento del Tesoro y del BCRA - de inflación, de tasa de interés y de tipo de cambio están precipitando peligrosísimos condicionamientos gubernamentales de todo tipo en las postrimerías de su mandato que se traducen en ataduras de pies y manos para el próximo gobierno.
Pero notablemente la clase política nada dice al respecto: la tríada oficialismo-oposición-medios se encarga de alimentar diariamente los distractivos del caso para que la extrema gravedad de estos hechos no trascienda como corresponde ante la opinión pública.