Terreno escarpado, verde en todas sus formas y expresiones, humedad que duele y ese camino que serpentea para bajar los cerros como una pesadilla que tiene al barro, a la piedra y a un puente que es evidente que en cualquier momento se viene abajo.
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Terreno escarpado, verde en todas sus formas y expresiones, humedad que duele y ese camino que serpentea para bajar los cerros como una pesadilla que tiene al barro, a la piedra y a un puente que es evidente que en cualquier momento se viene abajo.
Ese lugar encajonado de cerros está ubicado a más de 30 kilómetros al este de la ciudad de Salta. Ese pedazo de Camino Real dispara la imaginación y uno termina dándole la razón a don Martín Miguel de Gemes sobre los motivos que eligió para instalar allí el oratorio para sus soldados, para hablarles, exaltarles la valentía y que luego sus mismos gauchos lo llevaron a enterrar. En el cementerio situado en el mismo predio fueron enterrados los restos de Gemes el 17 de junio de 1821. Luego los trasladaron hasta el mausoleo de la familia, en el cementerio de la Santa Cruz, y desde 1923 descansan en el Panteón de las Glorias del Norte.
Es un terreno hostil para cualquier visitante y ese templo, que don Martín mandó a construir, fue utilizado como posta de carretas porque es un paso obligado; en la estrategia bélica libertaria fue clave.
Es entonces cuando la historia se vuelve carne, piel y sentimientos. Cuando se ve a varias curvas de distancia esa capilla devastada por el paso del tiempo, de la humedad y de la falta de políticas de preservación siente pena.
El Gobierno nacional, con un convenio firmado por la Municipalidad de la Ciudad de Salta, había comprometido una inversión de 3.135.600 pesos para restaurarla. Se firmó en octubre pasado y tenían un plazo de seis meses para terminar las obras. Nación se comprometió con 2.680.000 pesos y la ciudad con 455.600 pesos. Son cifras importantes como para realizar una cobertura contundente.
Al día de hoy, siete mese luego de la foto de la firma del convenio la restauración, el cuidado y la preservación de ese pedazo de historia gaucha parece ser una promesa lejana.
"A fin de mes terminamos", dijo un obrero de la construcción que lucha en el lugar contra la adversidad.
Una cuadrilla de 5 trabajadores no puede hacer nada contra la naturaleza. La lluvia, en ese estrecho pasaje de cerros, golpea casi todos los días de octubre hasta entrado mayo, de todos los años que se tengan registros climatológicos.
Calcularon mal
A simple vista es evidente que no terminarán las obras para este junio. A menos de un mes para que comiencen todas las actividades que recuerdan al héroe gaucho, la capilla de El Chamical tiene muy pocas posibilidades de concluir con los trabajo comprometidos.
En el lugar se llevan a cabo trabajos de restauración que supuestamente demandaron el levantamiento de techos, paredes con adobe y refuerzos estructurales.
El techo es quizás el lugar más complicado, donde hay dos cabriadas estructurales rotas, y donde el equipo de El Tribuno que visitó el lugar no pudo ingresar a ver por "razones de seguridad".
El levantamiento de la cubierta del techo, con el retiro de la totalidad de las tejas y su colocación, como estaba previsto, por ahora no se hizo.
El revestimiento de las pareces con mallas se ve a simple vista y con eso también se demuestra que el revoque aún está lento. La parte de atrás sigue sin revoque y del frente solo se ve la parte superior, donde están las campanas en forma óptima.
"Ni con un batallón de Infernales pueden terminar las obras a fin de mes. Falta el revoque que toma su tiempo de secado, la pintura, y no sabemos nada del interior. Además, la firma del convenio incluía las obras del Campo Santo. Todos sabemos que lo que más tiempo demora son lo detalles y eso no tiene por ahora vista para comienzo", dijo un maestro mayor de obras que acompañó al equipo.
Un detalle que brindó el especialista: "no hay andamios". Y con esto quiere decir que las tareas en las paredes están muy retrasadas.
Los trabajadores dijeron que de los seis meses llovieron cuatro. ¿Cómo sacan estas cuentas?, porque de la semana que están en el lugar solo al menos tres días pueden realizar tareas. A eso se le deben contar los días de descanso. "No se los puede poner a trabajar todos los días de manera intensiva; deben descansar. Es evidente que los trabajadores no son de la zona. Ellos tienen un camión para traer los materiales y eso es más tiempo. Debe haber otro grupo que se encargue de traerles las cosas porque todo suma tiempo. Así organizado es imposible que terminen a fin de mes", sentenció.
A la capilla de El Chamical se la declaró monumento histórico nacional en el año 1944 y recuerdan los lugareños que la última refacción fue realizada por el gobierno de Juan Domingo Perón en la década del 50. Hoy, los gemesianos siguen esperando el reconocimiento de la historia.
Un puente que está en peligro
Un viejo cebil apoya las barandas del añejo puente que une Finca La Cruz con El Chamical.
Ese puente está en un estado lamentable y da miedo transitar por él.
Un hueco en su piso hace ver la profundidad por la que se pasa. Los rieles antiguos del ferrocarril sostienen a durmientes que ya no están en condiciones de mantener una carpeta de ripio que se está viniendo abajo indefectiblemente.
Se sostiene que el intendente Gustavo Sáenz había tomado la firme decisión de promocionar y revalorizar el denominado Circuito Güemesiano, que abarca los parajes de La Pedrera, Finca La Cruz, El Chamical, La Quesera y Quebrada de la Orqueta. También se anunció las gestiones para que este circuito sea reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, tal como lo hizo con la Quebrada de Humahuaca.
El Circuito Güemesiano es una apuesta fuerte a las políticas de revalorización y turismo, sin embargo parece que se están olvidando de los detalles. Sin puente no hay circuito.