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Zicosur, la oportunidad para Salta

Jueves, 02 de mayo de 2019 00:00

La Zona de Integración del Centro Oeste Sudamericano es una gran oportunidad para Salta. Para que un proceso de integración sea un destino, debiera involucrar a la Nación Argentina entera y en perspectiva geopolítica. Hoy no podemos decir siquiera que el Mercosur vaya en tal dirección.

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La Zona de Integración del Centro Oeste Sudamericano es una gran oportunidad para Salta. Para que un proceso de integración sea un destino, debiera involucrar a la Nación Argentina entera y en perspectiva geopolítica. Hoy no podemos decir siquiera que el Mercosur vaya en tal dirección.

La génesis de Zicosur se remonta a 1974, cuando un grupo de empresarios se reunió para procurarse alternativas de supervivencia ante la desatención de las economías comarcanas por parte de los respectivos gobiernos nacionales. Empresarios del NOA, bolivianos y chilenos iniciaron así el Grupo Empresario Interregional del Centro Oeste Sudamericano, cuyo entramado de relaciones se fue ampliando con el transcurso del tiempo manifestándose en Ferias Regionales (Ferinoa, en nuestro caso). El Geicos puede participar en el Plenario de Autoridades, órgano máximo de la Zicosur, mediante la concurrencia de su presidente.

En aquella época, la integración regional de "unidades subnacionales" (provincias, regiones, departamentos, estados, según la denominación de cada país) había generado reacciones adversas en un contexto distinto de la política internacional. Los argumentos a favor y en contra nunca fueron compatibilizados con debates conciliadores y, tras la implosión de la URSS en los años 90, el vendaval de la globalización arrasó también con esa disputa nunca saldada.

Quienes -como el autor de esta nota- poníamos objeciones a la integración subnacional ("la integración nacional es previa", "la suma de pobrezas no hace una riqueza"), terminamos valorando la experiencia por razones geoestratégicas en el mundo del siglo XXI; y sus partidarios terminaron concediéndonos que las políticas anti desarrollo implementadas desde Gelbard a Martínez de Hoz (y los siguientes, por cierto), marginarían aún más al NOA y al NEA.

La reforma constitucional de 1994 habilitó a las provincias argentinas a celebrar acuerdos internacionales, por ende, quedó expedita la formalización de aquella propuesta empresarial concretada en el Primer Encuentro Internacional Zicosur Asia Pacífico, realizado en Antofagasta, abril de 1997.

Paulatinamente la Zona se fue integrando con las ocho provincias de la Región del Norte Grande Argentino (RNGA), más La Rioja y Santa Fe (2014) y Córdoba (2018); los departamentos de Beni, Chuquisaca, Cochabamba, Oruro, Pando, Potosí, Santa Cruz y Tarija; los estados de Mato Grosso do Sul, Mato Grosso y Santa Catarina (en 1995); las regiones de Atacama, Antofagasta, Coquimbo (2014), Tarapacá y Arica; todos los departamentos de la República de Paraguay y los departamentos peruanos de Arequipa y Tacna (1995) y Moquegua y Puno (2010).

Según el impreciso sitio oficial http://zicosur.co, la Zona comprende una superficie de unos 4.200.000 km2, con aproximadamente 43 millones de habitantes (cifras que habría que ajustar en la propia página citada), distribuidos en los seis países que la componen.

 Conforme las actas constitutivas, la Zicosur procura “[à] lograr la inserción de la subregión en el contexto internacional desde el punto de vista competitivo, desarrollando el comercio exterior con los mercados internacionales mediante la articulación de ejes de comunicación como así también promover la integración social y cultural de nuestros pueblos [à]”, para lo cual se trabajaría en cuatro áreas: comercio e industria, infraestructura y servicios, medio ambiente, turismo y cultura. En octubre de 2005, durante el octavo plenario realizado en nuestra ciudad, se decidió institucionalizar la Zicosur proporcionándole una estructura orgánica mediante el Protocolo de Campo Grande, un mes después.
El gobernador Juan Manzur asumió la presidencia pro tempore en el plenario realizado en Tucumán, en diciembre de 2016, con el objetivo de su fortalecimiento institucional e incorporación de nuevas unidades subnacionales. Además de Córdoba, también en 2018 ingresaron los estados brasileños de Paraná y Río Grande do Sul, a la vez que se empezaron gestiones para sumar a Entre Ríos y a una “liga de intendentes” del Uruguay. Santa Catarina, Paraná y Río Grande no pertenecen al centro oeste sudamericano. Tampoco Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Entonces, ¿qué justifica esas membresías? No hay explicación al respecto en el sitio oficial de la Zona ni en las páginas oficiales de los gobiernos participantes. ¿Cuándo se decidió la metamorfosis y con qué fundamentos? ¿Hubo condicionamientos de los respectivos gobiernos centrales? ¿Hay algún otro plan? En el caso de Salta, ¿opinó el Consejo Económico y Social?; ¿es para nosotros una política de estado? La Zicosur está conformada por unidades subnacionales de países que son miembros plenos del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay) y miembros de la Alianza del Pacífico (Chile y Perú). No escapa, pues, a los gobiernos nacionales la necesidad de concretar un corredor Atlántico-Pacífico bordeando el Trópico de Capricornio.
Así se previó en la Declaración de Asunción sobre Corredores Bioceánicos, de diciembre de 2015, en el marco de la 49ª Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común y Cumbre de Jefes de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados. El corredor incluye puertos, aeropuertos, ferrovías e hidrovías existentes en toda la vasta extensión involucrada. Como se aprecia, tamaña decisión trasciende las capacidades decisorias de provincias, regiones y departamentos, pero a la vez acota sus iniciativas. No se sabe cómo participarán en su diseño ni quién establecerá las prioridades.
De acuerdo a lo decidido en otro plenario llevado a cabo en Tucumán el año pasado, la presidencia pro tempore que dura dos años- le correspondía al gobernador de Tarija, pero todavía Manzur no hizo el traspaso. ¿Por qué la demora; cuál será la impronta del nuevo presidente?
Zicosur en tanto oportunidad no lo está siendo para nadie, pese al esfuerzo de Salta cuando ocupó la presidencia temporal. A nivel de Argentina prácticamente nadie la conoce y nos animaríamos a decir que, aparte de los sectores involucrados, tampoco la conocen los habitantes de la RNGA. Transcurridas cuatro décadas desde que empezó este movimiento, la pobreza y desesperanza     se profundizan en esta parte de     la Argentina. Algo hay que hacer, las autoridades siguen mirando las elecciones siguientes y los empresarios están demasiado callados.

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