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Otras restricciones y condenas a periodistas

Una situación que se reitera con los mismos antecedentes y resultados
Lunes, 10 de junio de 2019 03:04

No es la primera vez que el juzgado de violencia de género de Tartagal, creado en 2017, toma como ciertas las denuncias de mujeres contra periodistas del departamento San Martín, a quienes les prohíbe acercarse a 200 metros de las denunciantes, cuando precisamente los comunicadores necesitan estar en esos lugares donde las mujeres se desempeñan.

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No es la primera vez que el juzgado de violencia de género de Tartagal, creado en 2017, toma como ciertas las denuncias de mujeres contra periodistas del departamento San Martín, a quienes les prohíbe acercarse a 200 metros de las denunciantes, cuando precisamente los comunicadores necesitan estar en esos lugares donde las mujeres se desempeñan.

Al periodista Raúl Costes, de Salvador Mazza, el juzgado le impuso la misma restricción -el no acercamiento a menos de 200 metros- cuando una empleada municipal, pareja actual de un funcionario municipal, lo denunció por un supuesto hecho de violencia de género. La mujer -muy molesta por las críticas del comunicador a la gestión de gobierno y a su pareja, el funcionario- tuvo una discusión con Costes en la puerta del edificio municipal luego de lo cual lo denunció.

Condenado

Otro comunicador que fue denunciado en Tartagal es Ismael Chamat, al que el mismo juzgado lo obligó a pedirle disculpas a una mujer -a la que el periodista nunca había nombrado- quien había interpuesto una denuncia contra el jefe de la Unidad Carcelaria N´ 5 con asiento en Tartagal, porque no disponía de los medios para que ella pudiera acceder a las visitas íntimas con su pareja, un hombre que se encuentra detenido cumpliendo una condena.

"Jamás nombré a los protagonistas del hecho, solo me remití a la denuncia policial que hizo esta señora; pero el juzgado entendió que yo había incurrido en violencia de género y me ordenó que debía pedirle disculpas públicas, no mencionar nunca más el hecho, que era una información policial, y que si incurría en algunos de esos hechos me iban a multar con no sé qué monto de dinero en forma diaria", refirió el comunicador.

"Me sentía un poco ridículo teniendo que pedirle disculpas a una persona a la que no nombré ni cuando di la información ni cuando me disculpé públicamente", expresó Chamat.

“No hay nada que hacer...”

 Nogales, por su parte, cuando tomó conocimiento de la denuncia se dirigió al Juzgado de Violencia Familiar de Tartagal. “Me atendió un empleado y me dijo que no había nada que hacer porque la jueza ya se había expedido y había ordenado medidas que yo tenía que cumplir. Me dijo que cualquier cosa nombre un abogado en forma particular”, recordó Nogales en relación a la respuesta que recibió en la Justicia.
 “No tengo dinero para un abogado, tengo testigos de que el episodio de violencia nunca sucedió y que por el contrario, la denuncia que me hicieron es falsa. Me duele que me denuncien por violento cuando no lo soy, pero más me duele que se utilice un tema tan delicado que se cobra vida de mujeres inocentes, como es la violencia de género, por un tema político, para sacarme del hospital, un ámbito de los tantos en el que yo trabajo recogiendo información”. 
“Para mí modo de ver -opinó el comunicador de Tartagal- eso era lo que se perseguía, y evitar que siga informando lo que pasa, cuando el tema del dengue sigue siendo grave. Por lo que conozco, las muertes por casos de dengue hemorrágico ya son 9, 3 más de la que hice pública en una conferencia de prensa donde había funcionarios de Salud de la Provincia; el último deceso fue el de una estudiante de Santa Victoria que estuvo en Tartagal”.
 

 

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