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Rívolo: “La causa cuadernos muestra una maquinaria al servicio de la corrupción que fue difícil desarmar"

Martes, 11 de junio de 2019 02:45

Llegó a Salta para respaldar un cambio neurálgico en la Justicia Federal: la puesta en vigencia del nuevo Código Procesal Penal de la Nación. Pero más allá de esto, Carlos Rivolo lleva adelante junto a su par Carlos Stornelli la investigación de la causa de los cuadernos de las coimas que tiene a la expresidenta Cristina Kirchner como la cabeza de una organización delictiva integrada por exfuncionarios y más de un centenar de empresarios. El avance de la causa, el rol de los fiscales y el cambio en la cultura judicial atravesaron el diálogo que sigue.

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Llegó a Salta para respaldar un cambio neurálgico en la Justicia Federal: la puesta en vigencia del nuevo Código Procesal Penal de la Nación. Pero más allá de esto, Carlos Rivolo lleva adelante junto a su par Carlos Stornelli la investigación de la causa de los cuadernos de las coimas que tiene a la expresidenta Cristina Kirchner como la cabeza de una organización delictiva integrada por exfuncionarios y más de un centenar de empresarios. El avance de la causa, el rol de los fiscales y el cambio en la cultura judicial atravesaron el diálogo que sigue.

En los últimos días se habló de la división de la causa de los cuadernos, ¿es así?
La causa de los cuadernos ha derivado en causas específicas. Yo colaboro con el Dr. Carlos Stornelli, como una especie de coadyuvancia. Es él quien tiene la decisión final vinculada a la cuestión estratégica de la causa. No obstante, la causa tiene una voluminosidad tan grande, tan específica, en la parte de la investigación que se hace necesario dividir por temáticas lo que tiene que ver con cada uno de los casos para que después, seguramente, en lo que es la etapa del juicio, algunas de esas temáticas, porque tienen en común personas y porque tienen en común modalidades de cómo se realizó el hecho delictivo, tramiten juntas. Es la discusión que se está dando en este momento con las causas de Los Sauces y de Hotesur, si se tramitan juntas o no, que, en apariencias, esto va a terminar siendo así. A ver, para que la gente lo comprenda claramente, a veces la estrategia cuando uno está en plena investigación de un caso, hace que se investigue de manera separada ¿Para qué? Porque, por ejemplo, uno recibe de un mismo sector información, porque uno tiene personajes en común, una misma modalidad de un delito en obra pública, pero es distinto a cómo se desarrolla en energía, a cómo se desarrolla vinculado a corredores viales, etc. Entonces es mejor separarlo porque en este esquema que está terminándose de juntar papeles, uno agrupa las mismas cosas de cada tema en cada caso, y no van todos mezclados.

¿Separarlos para investigar pero no para llegar a juicio, o separarlo para las dos cosas?
Bueno, después es una nueva estrategia que los fiscales de juicio revén y dicen: “Bueno, se investigó por separado, se cumplió la etapa con los procesamientos, con las confirmaciones, con la imputación que hay que hacerle”. Ahí lo que verifica el fiscal es “voy a dos debates o voy a uno solo”. Esto no es novedoso, esto se ha verificado absolutamente en muchísimos casos, por ejemplo en hechos de lesa humanidad. En alguna oportunidad se han unificado distintos juicios, como las megacausas, para no hacer un caso por cada uno de los acontecimientos. Por ejemplo, lo sucedido en la ESMA llevaba a multijuicios que no tenían ningún sentido y la realidad es que, en ese caso específico y como política de Estado, había que dar una respuesta a las víctimas. Entonces, es un tema de estrategia.

“¿Cuesta? Cuesta, esto no lo voy a negar. Pero sí se puede investigar al  poder”. 
 

¿Qué temáticas estarían dividiéndose para investigar en la causa cuadernos?
Obra pública, corredores viales, energía y básicamente una cuestión vinculada con la cartelización. 

Cartelización y obras públicas...
Están juntas, sí. Lo que pasa es que hay una parte que ya está definida y en juicio una, y por ir a juicio casi la otra. Las otras se han definido los procesamientos y ahora atravesarán todas las apelaciones en la Cámara, etc., etc.

¿Hay posibilidades de dividir funcionarios y autoridades por un lado, y empresarios por el otro?
No se vislumbra por ahora. Todo depende de qué resolución se pueda tomar respecto de cada uno de ellos cuando se entra en el debate del juicio, pero todavía eso no se vislumbró como una posibilidad.

En la causa hay un número muy grande de empresarios imputados, procesados, detenidos y algunos liberados. ¿Han recibido algún tipo de presión por parte de ellos?
No. Diría que a esta altura de la historia la mayoría de los fiscales e incluso los fiscales del interior del país ya sabemos lo que es soportar una presión y lo tenemos como parte acostumbrada del trabajo. Entonces, la pregunta es ¿se puede investigar al poder? Sí, claramente se puede investigar al poder, y hay un crecimiento del Ministerio Público Fiscal en este sentido. Si retrocedemos unos años, una de las investigaciones más importantes que tuvo este país costó el Procurador General de la Nación, un señor procurador general de la Nación, que no se metió con los fiscales en la investigación. Hablo claramente de Esteban Righi. Sin embargo, esta investigación terminó con un vicepresidente -Amado Boudou- condenado, preso y en modo de revisión ya final de su sentencia ¿Cuesta? Cuesta, esto no lo voy a negar. Pero sí se puede investigar al poder. Específicamente en esta causa no hemos sentido absolutamente ninguna presión y los hechos lo demuestran con un avance bastante veloz para lo que son los tiempos de la justicia argentina, en haber resuelto la primera etapa que está casi yendo a juicio, y ahora en estos últimos tres procesamientos.

“Seguramente va a haber algunas personas más que haya que llamar en la  causa”.
 

¿Cómo sería un breve repaso de la causa desde la aparición de los cuadernos?
Hay una investigación que desarrolla un colega de ustedes, Diego Cabot, que acerca a la fiscalía del Dr. Stornelli unas fotocopias de cuadernos en los cuales se detallaba el recorrido que Oscar Centeno, un remisero, efectuaba junto a Roberto Baratta del área del Ministerio de Planificación Federal recolectando de distintos empresarios dineros que eran aportados para la campaña, para ser beneficiados en algunos casos en obras públicas, o para ser beneficiados en corredores viales o en temas energéticos. Esta detallada vitácora que realizó Centeno fue lo que determinó que una serie de empresarios, sobre la base de la llamada ley del imputado colaborador o ley del arrepentido, concurriera a la oficina del Dr. Stornelli para decir “estos hechos acontecieron; aún que estén en fotocopias yo reconozco que estos hechos han sido así”. En algunos casos han dicho, “no solamente estos hechos, hay más hechos en los cuales he pagado con distintos objetivos: porque necesitaba que me liberaran certificados de obra para empezar la construcción, o he aportado para la campaña porque yo no he tenido ninguna obra”. En todos estos casos lo que han interpretado la fiscalía y el juzgado es que aquí había una asociación ilícita conformada por funcionarios públicos en carácter de organizadores de este sistema, con la participación de empresarios que pagaban a través de cohecho técnicamente, coima en castellano, este importe de dinero. En el primer tamiz que atravesó esta investigación, en la primera parte que pasó del Juzgado a la Cámara Federal, lo que hizo la Cámara fue decir “no hay asociación ilícita; sí todos son partícipes de cohecho”. Y esta es la etapa más definida que está por ir a juicio. 

En definitiva, muy breve, para entrar en la obra pública nacional durante todo un periodo que arrancó en el gobierno anterior, lo que había que generar era un pago porque si no, no se pertenecía al club de la obra pública. En algunos casos hay empresarios que han aportado a la campaña.

¿Qué va a pasar con Cristina Kirchner?
Yo creo que la Justicia en términos generales ya ha cumplido el rol que le demanda la Constitución y concretamente la investigación que es llegar hasta una etapa probatoria importante, con elementos de juicio. Y ha hecho lo que tiene que hacer, que es decirle al Senado, “señores con todos estos elementos lo que se requiere es pasar a otra etapa que es la prisión preventiva”. Políticamente lo que se ha dicho es: “Miren, no estamos en condiciones y no entendemos que la expresidenta tenga que asumir esta condición”. Con lo cual lo que sucede es que sigue sometida al proceso, concurre a los procesos, ella ha estado en estas ocasiones, y esta es la situación que se va a seguir manteniendo. 

Algo que ya ocurrió antes, ¿no?
Sí. Esto no es muy distinto a cómo se ha manejado la política anteriormente con el expresidente Carlos Menem, quien ha sido condenado en dos oportunidades y aún se sigue debatiendo esta consideración. Con lo cual hay un punto ahí que en algún momento hay que acordar como política pública: ¿qué es lo que se hace frente a estos casos? Porque la Justicia sufre un desgaste muy fuerte, pero bueno la política tiene también sus herramientas de defensa al decir: “Mientras alguien es senador o diputado y nosotros consideramos que no tiene que perder sus fueros al efecto de ir preso, nosotros lo dejamos exactamente cumpliendo su función y sin ninguna mella en su cargo”. Son discusiones de política pública que la Argentina todavía se las merece.

El proceso judicialización de la política o su inversa, politización de la Justicia...
Me parece que son temas que en 35 años de democracia todavía seguimos siendo un bebé casi que no destetó. Habrás escuchado permanentemente lo que está vinculado a la persecución de la política por parte de la Justicia ¡Históricamente! En algún lugar siempre me replanteo: nos ven como nos eligen. Porque hay que explicarle a la gente: ¿cómo llegamos nosotros a ser jueces o fiscales o defensores federales, nacionales o provinciales? La política interviene. Podemos dar un concurso, podemos ser de los mejores y cuando llega el momento de la terna la política ingresa fuertemente a definir quién es el candidato. Entonces, la pregunta es: ¿señores, vamos a querer realmente un candidato independiente, o vamos a querer un candidato que en algún momento nos pueda generar un guiño a nosotros? Después de que nos eligieron como querían que fuéramos, no nos pueden ver independientes. Bueno, nosotros peleamos mucho por eso. Los fiscales mucho más, porque desde el año 1994 los fiscales federales tenemos un grado de independencia dentro de la Constitución nacional que aún ni siquiera se visualiza. Si uno discute con los mayores constitucionalistas de este país, el Ministerio Público Fiscal y el de la Defensa pasaron a ser el cuarto poder del Estado, tenemos esa localización en la sección cuarta de las autoridades de gobierno. Entonces el punto es déjennos ser independientes si además, todas las investigaciones que hoy están no nacieron -si lo vemos políticamente- a la luz de este gobierno, nacieron antes y no tenían muchos problemas para investigar. Si uno retrocede algunos años ha sido lo mismo de cuando se inició la investigación de la causa de armas. Y si se vuelve más atrás, recuperamos la democracia en 1983 y en dos años la Junta de Comandantes estaba condenada, es un paso fuertísimo que determinó posteriormente casi un golpe en la Semana Santa del 86. Entonces esto que preguntabas inicialmente, ¿hay presiones?, siempre las tenés. Desarrollar este cargo y mucho más en el interior, donde a veces los fiscales están solos, cuesta mucho más.

¿Cuánto cree que va a avanzar la causa cuadernos? ¿Hasta dónde es posible llegar?
En la etapa en la cual nos ha tocado actuar con el Dr. Stornelli, estoy convencido de que con lo que hemos hecho hasta ahora hay elementos de prueba suficiente como para presentar una imputación fuerte, que pueda terminar en condenas. Yo decía exactamente lo mismo cuando me tocó investigar el caso de Boudou, y era muy fuerte todo lo que había alrededor de él. Y me decía: he reunido elementos de prueba que me permiten generar una imputación de la cual va a ser difícil defenderse. A ver, hay una responsabilidad institucional muy fuerte cuando un fiscal encara una investigación contra un funcionario público porque también es un descreimiento. Y hay una cuestión que, por lo menos desde la Asociación de Fiscales bregamos permanentemente, y es que la militancia no puede tener sentido. Este no es un lugar de militancia, les guste o no les guste. El domingo vayan a votar por quien quieran y esto está perfecto. A la hora de tener un expediente no podés jugar con estas reglas, no se puede. Y esto ya lo atravesamos hace un tiempo cuando pretendió colonizarse la Justicia. 

Se refiere a Justicia Legítima.
La idea que atravesábamos en algún momento, a través de Justicia Legítima, era que el poder o la Corte siguiera las políticas del gobierno de turno, con lo cual esto era quemar la Constitución directamente. A partir de ahí se vinieron una serie de leyes tratando de “democratizar la Justicia”. Esto no era cierto. Yo le admito a Justicia Legítima que movió el avispero, que hizo pensar, que generó una revolución muy importante sobre un gran conservadurismo que hay dentro del Poder Judicial, y que hoy en Salta se termina de abortar por primera vez con la instauración de este sistema acusatorio. Ahora no hay vuelta atrás, no hay un fiscal que pretenda desde su cargo militar políticamente. No estamos para esto y es un trabajo que queda para los próximos años porque la verdad es que en algunos casos esto se ha dado.

Volviendo a la causa cuadernos, ¿quedan aún personas para imputar o llamar a indagatoria?
No. Te diría que seguramente que va a haber algunas personas más que haya que llamar en términos de darle entidad a la causa o cubrir algunos huecos que todavía faltan. Si hay algunas imputaciones de relevancia, te diría que no. Pero hay que terminar de trabajar con algunos casos que en la resolución del juez no fueron procesados y tienen una falta de mérito. Deberíamos reforzar esa investigación para ver si podemos dar vuelta los términos en que esa gente fue sobreseída y que continúe con el procesamiento.

¿El delito de “asociación ilícita” ya quedó descartado?
La Cámara Federal limpió esa consideración. La asociación ilícita es una figura que hay que utilizarla con mucho cuidado, hay que tener en cuenta que la asociación ilícita fue una figura penal creada para el terrorismo. La realidad es que es una charla pendiente con el Dr. Stornelli, vinculado a si se va a reafirmar esta consideración. Pero entiendo que habiendo la Cámara Federal puesto un límite a esta consideración probablemente todo esto pueda quedar en una consideración vinculada solo al cohecho, lo cual no es poco. Cuando nosotros encaramos nuestro trabajo tenemos que hacerlo también técnicamente. No es cuestión de volcarle medio Código Penal a una persona cuando esto no corresponde, porque cuando uno llega a la etapa del juicio oral todo se desarma como un castillo de cristal. 

¿Qué plazos tiene el trámite de elevación a juicio de esa primera etapa? 
Entiendo que el juez Claudio Bonadio ya le corrió vista a todas las partes, incluso a las querellas, a la Oficina Anticorrupción y a la UIF. Es casi inminente y la inminencia la estoy poniendo en quince días como mucho. Nosotros formulamos la imputación y seguramente las partes se van a oponer a esto. El juez tiene que decidir sobre esta consideración.

En caso de que el juez dé continuidad al trámite, ¿quiénes quienes irían a juicio? 
Llegarían Cristina Kirchner, el exministro Julio De Vido, algunos secretarios de la expresidenta, Roberto Baratta (mano derecha de De Vido), José López y una serie de empresarios que estuvieron vinculados con esta etapa inicial de la investigación de los cuadernos.

Entonces, en la eventual división de la causa, ¿no se van a separar funcionarios y empresarios?
No en la elevación. Eso va a ser una estrategia que va a verificar el fiscal de juicio. 

Usted vino a Salta al inicio de la aplicación del nuevo Código Procesal Penal federal. La causa de los cuadernos va a seguir con el Código viejo, ¿no?
En efecto. No se va a aplicar el nuevo Código a este caso. 

¿Qué siente con esta causa?
Me parece una de las causas más relevantes que hemos tenido. Muestra una maquinaria al servicio de la corrupción que fue difícil de desarmar. Y tiene un desafío absolutamente para todos. Tiene un desafío para jueces y fiscales, un desafío para la política completa, no partidaria, y tiene un desafío para la sociedad en cuanto a qué nos exigen a todos -mayor velocidad, que lleguemos a la verdad-, que le exige a la política procesos de mayor transparencia, y qué se exige a sí misma cuando ve estas consideraciones y tiene que depositar su voto. Este es un país atravesado por la cuestión económica, entonces la corrupción pasa a un plano absolutamente menor. ¿Importa? Sí que importa, porque esto que dijimos hace muchos años y que hoy ya es una frase hecha lamentablemente, la corrupción mata, es cierto. La corrupción mató en la tragedia de Once, la corrupción mató en infinidad de desgracias con lo cual es un punto en el cual deberíamos prestar atención también.

Sin embargo, la corrupción no es un elemento que la gente tome en cuenta para votar. 
Claramente no. 

Otra vez, los cuadernos. ¿En qué afecta a la causa la denuncia contra el fiscal Stornelli por espionaje?
Absolutamente en nada. No encuentro elementos que manchen, respecto de la situación de Stornelli, la prueba que se ha reunido en la causa cuadernos. Que se ha intentado hacer, sí obviamente, pero esto no me parece que haya llegado a su fin.
 

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