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Una farmacia y un traspaso en el camino al título de Toronto Raptors

Una cadena farmacéutica colaboró con los Raptors el año previo a su llegada a la NBA. Con la llegada de Kawhi Leonard el equipo tomó otro protagonismo y ya tiene su primer campeonato. 
Sabado, 15 de junio de 2019 00:34
EFE

Hay momentos y acciones que pueden modificar el recorrido de un equipo para bien o para mal. Siempre hace falta un toque de fortuna, pero con las herramientas indicadas hay menos espacio librado al azar y más terreno para que los buenos protagonistas puedan desarrollar todo su talento. Le pasó a Toronto Raptors, que decidió cambiar para ser campeón por primera vez en la NBA, pero en su historia hubo muchos aportes que fueron fundamentales, uno de ellos dado por una farmacia. 
El 13 de junio de 2019 quedará grabado para siempre en Canadá como el día en que los Raptors de Toronto le quitaron a Estados Unidos su primer campeonato en la NBA. De las 30 franquicias que forman la liga de básquet más importante, solo una está fuera de territorio estadounidense y es justamente la de Toronto. 
Pero la historia de la Raptors en la NBA comenzó en 1995 cuando Estados Unidos abrió el juego y decidió que dos franquicias canadienses se unan a la liga: una fue la de Toronto y la otra, los Vancouver Grizzlies. A fines de 1994 ambas franquicias tenían la presión de vender 12.500 suscripciones, una de las tantas exigencias de la NBA para jugar la temporada 1995-1996. 
Para llegar a ese número de ventas el equipo de Toronto decidió ofrecer a 200 dólares un paquete de entradas para toda la temporada, una ganga teniendo en cuenta que hoy en día el valor de la entrada más barata es de 80 dólares para un solo juego. A esa cifra llegó en gran parte gracias a la voluntad de una cadena de farmacias (Shoppers Drug Mart) que decidió comprar miles de suscripciones para la temporada.
Lejos de aquellos años, de aquellas urgencias, hoy los Raptors son unas de las mejores franquicias de la NBA. Lleva varias temporadas superando los 50 triunfos, jugando play-offs, pero faltaba armar un equipo que con posibilidades concretas de pelear por el título.
Hace apenas un año los Toronto Raptors se encontraron en una encrucijada: eran lo suficientemente competitivos como para pelear por la Conferencia Este pero no tanto como para ganar la NBA.
Un traspaso lo cambió entonces todo: adquirieron a un lesionado Kawhi Leonard y, 12 meses después, celebran el primer título de básquetbol de la historia de Canadá. 
El nigeriano Masai Ujiri, gerente de operaciones de los Raptors, nunca dudó y decidió mover un par de fichas que al principio generaron más incertidumbres que certezas. Así, despidió a Dwane Casey, el mejor entrenador de la liga para en 2018, y traspasó al escolta DeMar DeRozan, posiblemente su mejor jugador y uno de los grandes ídolos de la historia de la franquicia, por un díscolo Leonard, que solo había disputado nueve encuentros por lesión la campaña anterior con los San Antonio Spurs.
Ujiri le entregó además las llaves del banco al novato Nick Nurse -uno de los asistentes de Casey-, enfadó a Kyle Lowry, amigo íntimo de DeRozan, y dejó perplejos a unos aficionados que no entendían el adiós de uno de los suyos por la incertidumbre de un futuro mejor.
El tiempo le dio la razón a Ujiri; los Raptors son campeones de la NBA con el debutante Nurse como entrenador y con Leonard con el título personal de mejor jugador de las finales. 
 

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Hay momentos y acciones que pueden modificar el recorrido de un equipo para bien o para mal. Siempre hace falta un toque de fortuna, pero con las herramientas indicadas hay menos espacio librado al azar y más terreno para que los buenos protagonistas puedan desarrollar todo su talento. Le pasó a Toronto Raptors, que decidió cambiar para ser campeón por primera vez en la NBA, pero en su historia hubo muchos aportes que fueron fundamentales, uno de ellos dado por una farmacia. 
El 13 de junio de 2019 quedará grabado para siempre en Canadá como el día en que los Raptors de Toronto le quitaron a Estados Unidos su primer campeonato en la NBA. De las 30 franquicias que forman la liga de básquet más importante, solo una está fuera de territorio estadounidense y es justamente la de Toronto. 
Pero la historia de la Raptors en la NBA comenzó en 1995 cuando Estados Unidos abrió el juego y decidió que dos franquicias canadienses se unan a la liga: una fue la de Toronto y la otra, los Vancouver Grizzlies. A fines de 1994 ambas franquicias tenían la presión de vender 12.500 suscripciones, una de las tantas exigencias de la NBA para jugar la temporada 1995-1996. 
Para llegar a ese número de ventas el equipo de Toronto decidió ofrecer a 200 dólares un paquete de entradas para toda la temporada, una ganga teniendo en cuenta que hoy en día el valor de la entrada más barata es de 80 dólares para un solo juego. A esa cifra llegó en gran parte gracias a la voluntad de una cadena de farmacias (Shoppers Drug Mart) que decidió comprar miles de suscripciones para la temporada.
Lejos de aquellos años, de aquellas urgencias, hoy los Raptors son unas de las mejores franquicias de la NBA. Lleva varias temporadas superando los 50 triunfos, jugando play-offs, pero faltaba armar un equipo que con posibilidades concretas de pelear por el título.
Hace apenas un año los Toronto Raptors se encontraron en una encrucijada: eran lo suficientemente competitivos como para pelear por la Conferencia Este pero no tanto como para ganar la NBA.
Un traspaso lo cambió entonces todo: adquirieron a un lesionado Kawhi Leonard y, 12 meses después, celebran el primer título de básquetbol de la historia de Canadá. 
El nigeriano Masai Ujiri, gerente de operaciones de los Raptors, nunca dudó y decidió mover un par de fichas que al principio generaron más incertidumbres que certezas. Así, despidió a Dwane Casey, el mejor entrenador de la liga para en 2018, y traspasó al escolta DeMar DeRozan, posiblemente su mejor jugador y uno de los grandes ídolos de la historia de la franquicia, por un díscolo Leonard, que solo había disputado nueve encuentros por lesión la campaña anterior con los San Antonio Spurs.
Ujiri le entregó además las llaves del banco al novato Nick Nurse -uno de los asistentes de Casey-, enfadó a Kyle Lowry, amigo íntimo de DeRozan, y dejó perplejos a unos aficionados que no entendían el adiós de uno de los suyos por la incertidumbre de un futuro mejor.
El tiempo le dio la razón a Ujiri; los Raptors son campeones de la NBA con el debutante Nurse como entrenador y con Leonard con el título personal de mejor jugador de las finales. 
 

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