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15 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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"La Argentina es un punto privilegiado para hablar del impacto de la globalización"

En su ensayo “Músicos en tránsito”, el investigador estadounidense analiza la carrera de una serie de artistas argentinos
Lunes, 23 de septiembre de 2019 00:00

En su ensayo "Músicos en tránsito", el investigador estadounidense Matthew Karush analiza el recorrido musical de una serie de artistas argentinos como Mercedes Sosa, Sandro y Gustavo Santaolalla, que llegaron a públicos de Europa y los Estados Unidos tras afrontar airosamente la tensión entre las demandas del circuito comercial y sus propias búsquedas estéticas.

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En su ensayo "Músicos en tránsito", el investigador estadounidense Matthew Karush analiza el recorrido musical de una serie de artistas argentinos como Mercedes Sosa, Sandro y Gustavo Santaolalla, que llegaron a públicos de Europa y los Estados Unidos tras afrontar airosamente la tensión entre las demandas del circuito comercial y sus propias búsquedas estéticas.

En torno a la hipótesis de que la globalización cultural tiene dinámicas diferentes a la económica, y que lejos de generar una homogeneización de la oferta alienta la diversidad y el mestizaje, el autor investiga los procesos de construcción de identidades a partir del seguimiento de siete músicos argentinos que produjeron formas innovadoras de conceptualizar su identidad nacional, regional y étnica.

La primera parte de "Músicos en tránsito" (Siglo XXI) está dedicada a rastrear las trayectorias en el exterior de Oscar Alemán, Lalo Schifrin y el Gato Barbieri, tres artistas vinculados por el jazz y el modo en que se insertaron en el panorama de la "música latina", pivoteando entre los estereotipos y la impronta personal.

La investigación aborda también otros paradigmas de irrupción exitosa en el mercado internacional: la resignificación del tango que hizo Astor Piazzolla, Mercedes Sosa como la encarnación de un latinoamericanismo indígena y revolucionario, y la exploración de géneros híbridos de Sandro y Gustavo Santaolalla.

Karush es profesor de Historia en Virginia, Estados Unidos, y es especialista en historia cultural de la Argentina del siglo XX.

"La Argentina es un punto de vista privilegiado para hablar del impacto de la globalización en sus artistas. Creo que tiene que ver con que ha sido involucrado en las redes transaccionales a nivel global desde principios del siglo XX y con su tensión con el resto de América Latina, respecto a que fusiona la tradición europea con la latinoamericana de una manera mucho más fuerte que la del resto de los países del continente", señala Karush.

Si tomamos en cuenta que toda selección es arbitraria, ¿por qué escogió estos siete artistas y dejó afuera a otros que también desembarcaron con éxito en el mercado internacional?

La elección es un poco arbitraria pero a la vez representativa porque intentó abarcar todos los géneros. Tal vez lo más difícil fue encontrar con esa voz significativa del rock nacional porque es un género que a priori no tuvo tanta proyección internacional como el tango o el folclore, y ha sido durante mucho tiempo la música que menos cabía en el proyecto del libro. Sin embargo, eso es lo que cambia Santaolalla a partir de su trabajo en la agrupación Arco Iris y luego con las transformaciones que se producen cuando se instala en Los Ángeles. Al rock argentino le costó mucho darle una impronta local al género, a diferencia de lo que ocurrió con el jazz, por ejemplo. El aporte que hace Santaolalla con Arco Iris es ese intento de mezclar el rock con los ritmos del noroeste argentino y producir un mestizaje en el que aparece la marca latinoamericana.

¿En qué medida los artistas que triunfaron fuera de las fronteras nacionales lo hicieron apelando a estrategias que venían a satisfacer esa demanda de exotismo que el circuito internacional suele cifrar en Latinoamérica?

En ese sentido es emblemática la operación de Mercedes Sosa que a partir de mediados de los 60 inventa un personaje y reconfigura su identidad. Con el pelo liso, sin maquillaje, refuerza una imagen ligada a lo indígena que se construye en línea con un imaginario que ya existía en Europa y que remite a un cierto primitivismo. El interés del púbico europeo hacia Latinoamérica se orienta en esa dirección y ella, que trabajaba con el sello holandés Phillips, construye su perfil en torno a esa exacerbación de sus raíces indígenas, un gesto que no deja de ser genuino porque también era parte de su identidad. A largo plazo la explotación de sus raíces indigenistas le abrió muchas puertas a Mercedes Sosa, aunque en otro sentido también tuvo un efecto limitante. Sin embargo, en líneas generales se podría decir que aprovechó el contexto para hacer una música bien creativa e innovadora.

El caso de Mercedes Sosa rompe con el mito de la supuesta disociación entre la ideología y el mercado ¿Qué percepción tenían las discográficas del pensamiento de la artista, vinculado a la tradición de izquierda?

Las multinacionales discográficas no tenía mucha noción del impacto que podía tener su posición ideológica. Además entendían que estaban presentando a una artista autóctona cuando en realidad lo que hacía Mercedes Sosa era vanguardista. Su asociación con los músicos de la nueva canción de Chile acrecentó su imaginario cercano a las ideas revolucionarias de la época.

Su gran astucia fue haber podido aprovechar la gran potencia comercial de las empresas para hacer trascender su mensaje artístico y político. El otro aspecto singular de su carrera es que a diferencia de otros artistas como Sandro o el Gato Barbieri, ella logró llegar tanto a un público popular como a otro asociado con la intelectualidad.

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