10°
30 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La muerte de Sandra Palomo, con tintes de un crimen mafioso

Un menor de 15 años fue detenido, habría actuado junto a otras personas mayores de edad.Desde el Ministerio Público descartaron abuso sexual de la docente formoseña.
Martes, 03 de septiembre de 2019 02:21

La saña que utilizaron para quitarle la vida a una docente de jardín, además de algunas otras señales como el lugar donde dejaron abandonada la camioneta de la víctima y el número de delincuentes que habrían actuado, entre otros indicios, hacen suponer que la muerte de la docente formoseña Sandra Silvia Palomo cuenta con tintes de un crimen mafioso. "Nos quedamos sin el sostén", le dijo el mayor de los tres hijos de la víctima a El Tribuno el domingo por la noche, algunas horas después de reconocer el cuerpo de su madre. Frase que en algún punto dice algo más.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La saña que utilizaron para quitarle la vida a una docente de jardín, además de algunas otras señales como el lugar donde dejaron abandonada la camioneta de la víctima y el número de delincuentes que habrían actuado, entre otros indicios, hacen suponer que la muerte de la docente formoseña Sandra Silvia Palomo cuenta con tintes de un crimen mafioso. "Nos quedamos sin el sostén", le dijo el mayor de los tres hijos de la víctima a El Tribuno el domingo por la noche, algunas horas después de reconocer el cuerpo de su madre. Frase que en algún punto dice algo más.

En la jornada de ayer fuentes del Ministerio Público informaron sobre la detención de un adolescente de 15 años sospechado de haber participado en el brutal crimen. La misma fuente apuntó que el menor no habría actuado solo y no descartan que otras personas estén involucradas, entre ellas mayores de edad. El joven quedó a disposición del Juzgado de Menores interviniente y se descartó que pudiera tener algún vínculo familiar con la víctima.

Sandra Palomo (53), madre de tres hijos de 18, 22 y 25, el sábado al mediodía había salido a bordo de una camioneta marca Toyota Hilux color gris, debía hacer algunas compras por el bautismo de su nieto -hijo del mayor-, celebración que esa misma jornada de sábado se llevó a cabo; sin embargo, el cuerpo de la mujer apareció recién al otro día, domingo, cerca de las 10.30, en un descampado del río Arenales, en el barrio Don Emilio. Estaba boca abajo, tapada con hojas y totalmente violentada, Guido -su hijo mayor- le confió a El Tribuno que "su cuerpo fue apuñalado, tenía varios golpes, al parecer fue con mucha saña".

Uno de los elementos de prueba contundentes para cualquier investigación de esta naturaleza, en este caso, es la camioneta de la víctima: "La dejaron a una cuadra de mi casa", dijo su hijo. Además, el rodado tenía rastros de sangre y una "rayadura" de uña en una de sus puertas. "Había mucha sangre en el lugar", dijo el hijo de Palomo. Prueba más que importante que el o los asesinos dejaron a solo metros de la casa de la víctima, en el barrio Tres Cerritos de esta ciudad.

Desde la Fiscalía Penal 2 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas en turno, a cargo de María Luján Sodero Calvet, informaron que ante el hallazgo del cuerpo el domingo a la mañana, se ordenaron numerosas pericias. Entre ellas, se encuentran la revisión de las cámaras de todo el recorrido hecho por el vehículo de la mujer; las muestras tomadas del mismo rodado; del lugar donde fue hallada la víctima y del domicilio del adolescente, además de las pericias sobre los teléfonos celulares de Palomo y el menor detenido, entre las distintas diligencias ordenadas.

"Se espera el informe final de la autopsia, cuya realización demandó más de cuatro horas y de la cual surgió el informe preliminar que indicó que el deceso se habría producido por shock hipovolémico. El cuerpo presentaba heridas de arma blanca, golpes y se descartó el abuso sexual", informaron.

Conmoción en vecinos de El Chorro

La noticia causó una profunda conmoción en los habitantes del pequeño pueblo rural de El Chorro, en Formosa, a 45 km del río Pilcomayo. Allí residen familiares y amigos de la víctima, quienes lamentan con profundo dolor el escalofriante desenlace tras su desaparición. “En el pueblo no se habla de otra cosa porque era una excelente persona, honesta y trabajadora, al igual que su familia que se dedica a la cría de ganado vacuno y ovejas”, dijo un vecino del lugar a El Tribuno. “Sandra se fue hace tres años de El Chorro, donde era directora de un jardín de infantes”, destacó.

Temas de la nota

PUBLICIDAD