De acuerdo a estudios sobre el consumo de bebidas alcohólicas, Sergio Zorpudes, titular del Instituto Provincial de Vivienda (IPV), estaba en estado de ebriedad cuando fue descubierto en la trasnoche del sábado por un control de Tránsito municipal en la zona del Hogar Escuela.
El funcionario manejaba su camioneta Hilux cuando fue interceptado por agentes municipales alrededor de la 1 de la madrugada en la calle Abraham Cornejo. El alcoholímetro marcó que conducía con 1,27 gramos de alcohol en sangre. En Salta rige la denominada “tolerancia cero” y está prohibida cualquier ingesta de alcohol, por mínima que sea, antes de conducir.
Sin resistirse al control, aceptó todas las diligencias de los inspectores. Tampoco “chapeó”, según destacaron fuentes cercanas a Zorpudes. Finalmente se le secuestró el vehículo y ya habría pagado la multa, unos $38.000. Recuperó su carné y su vehículo porque no sería reincidente. Si el control hubiese sido de la Policía Vial recién tendría su licencia en un año, por la diferencia de criterios entre la ley provincial de tolerancia cero al alcohol al volante y la ordenanza que rige en la capital salteña con el mismo propósito.
Los textos especializados consignan que con 1,27 gramos de alcohol en sangre el presidente del IPV habría presentado menos “control muscular que lo normal y pérdida mayor del equilibrio”. Los efectos al conducir su camioneta se podrían haber percibido en una “incapacidad sustancial para controlar el vehículo y procesar las informaciones visuales y auditivas necesarias”, como dicen los estudios.
inicia sesión o regístrate.
De acuerdo a estudios sobre el consumo de bebidas alcohólicas, Sergio Zorpudes, titular del Instituto Provincial de Vivienda (IPV), estaba en estado de ebriedad cuando fue descubierto en la trasnoche del sábado por un control de Tránsito municipal en la zona del Hogar Escuela.
El funcionario manejaba su camioneta Hilux cuando fue interceptado por agentes municipales alrededor de la 1 de la madrugada en la calle Abraham Cornejo. El alcoholímetro marcó que conducía con 1,27 gramos de alcohol en sangre. En Salta rige la denominada “tolerancia cero” y está prohibida cualquier ingesta de alcohol, por mínima que sea, antes de conducir.
Sin resistirse al control, aceptó todas las diligencias de los inspectores. Tampoco “chapeó”, según destacaron fuentes cercanas a Zorpudes. Finalmente se le secuestró el vehículo y ya habría pagado la multa, unos $38.000. Recuperó su carné y su vehículo porque no sería reincidente. Si el control hubiese sido de la Policía Vial recién tendría su licencia en un año, por la diferencia de criterios entre la ley provincial de tolerancia cero al alcohol al volante y la ordenanza que rige en la capital salteña con el mismo propósito.
Los textos especializados consignan que con 1,27 gramos de alcohol en sangre el presidente del IPV habría presentado menos “control muscular que lo normal y pérdida mayor del equilibrio”. Los efectos al conducir su camioneta se podrían haber percibido en una “incapacidad sustancial para controlar el vehículo y procesar las informaciones visuales y auditivas necesarias”, como dicen los estudios.
Imagen gentileza Aries Online
El edil Raúl Córdoba repudió ayer en la sesión del Concejo Deliberante lo ocurrido. No habló como concejal sino como un papá que perdió a su hijo, Marquitos, por un conductor que circulaba en estado de ebriedad. “Siendo funcionario tendría que tener presentes las normas y las leyes, porque él está cumpliendo una función pública. Independientemente de que sea del IPV, está relacionado con el conjunto de la función que cumple”, dijo Córdoba a El Tribuno.
La recordada tragedia del camping de Campo Quijano, donde un vehículo fuera de control embistió y mató a cuatro personas que pasaban el día en el predio, fue provocada por un conductor que tenía 1,36 gramos de alcohol en sangre.