No era un entrenamiento más para la Selección argentina en pleno Mundial de Sudáfrica 2010, en la concentración del equipo albiceleste en Pretoria. Era el día, otro más, en el que el hombre más famoso del planeta le hacía un guiño a Salta.
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No era un entrenamiento más para la Selección argentina en pleno Mundial de Sudáfrica 2010, en la concentración del equipo albiceleste en Pretoria. Era el día, otro más, en el que el hombre más famoso del planeta le hacía un guiño a Salta.
Aquel día, tres periodistas salteños que cubrían el día a día de la Selección argentina en Sudáfrica, entre ellos, Tadeo “Tucho” Figueroa, el corresponsal exclusivo del diario El Tribuno, además del recordado Pablo Pandolfi y Javier Aparicio, los enviados en aquel Mundial de Radio Salta.
A ellos se les ocurrió la genial idea de esperar el final del entrenamiento, y aguardar la salida de Maradona, por entonces entrenador del seleccionado nacional, para alcanzarle un poncho salteño de regalo.
Y así lo hicieron. Diego se detuvo en su marcha por unos segundos, saludó a los periodistas salteños y cazó al vuelo el poncho que le tiraron. Se lo puso en los hombros y así la imagen de Diego con el poncho de nuestra tierra recorrió el mundo entero.