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El balance del torneo menos pensado y la estrategia para 2021

Fue un torneo distinto, raro, que tuvo una sorpresa detrás de la otra.
Lunes, 17 de febrero de 2020 08:39

“La primera palabra que nos salió a todos es 'raro'. Fue un torneo distinto, raro, que tuvo una sorpresa detrás de la otra". El uruguayo Martín Hughes, ejecutivo de Tennium, el socio mayoritario del Argentina Open, no le escapa a la realidad. La edición número 20 del ATP 250 de Buenos Aires no fue como lo esperaban. Las ausencias, previas y durante el torneo (Dominic Thiem, Matteo Berrettini, Cristian Garin, Fernando Verdasco), más la inédita lesión de Diego Schwartzman y las rápidas eliminaciones de Borna Coric y Guido Pella, despoblaron el cuadro.

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“La primera palabra que nos salió a todos es 'raro'. Fue un torneo distinto, raro, que tuvo una sorpresa detrás de la otra". El uruguayo Martín Hughes, ejecutivo de Tennium, el socio mayoritario del Argentina Open, no le escapa a la realidad. La edición número 20 del ATP 250 de Buenos Aires no fue como lo esperaban. Las ausencias, previas y durante el torneo (Dominic Thiem, Matteo Berrettini, Cristian Garin, Fernando Verdasco), más la inédita lesión de Diego Schwartzman y las rápidas eliminaciones de Borna Coric y Guido Pella, despoblaron el cuadro.

El noruego Casper Ruud (finalmente, el campeón) y el portugués Pedro Sousa fueron los finalistas menos esperados en el court central Guillermo Vilas. Ante esta situación, la organización insiste con un concepto: hay tres cosas que no pueden controlar, las lesiones, el clima y los resultados de los partidos. Pero esta temporada les dejó enseñanzas y agrias situaciones que no quiere repetir, ya que debilitarían la salud del Argentina Open.

"Que Thiem llegara a la final del Abierto de Australia estaba buenísimo, pero nosotros sabíamos que se nos venía un problema. Los cambios en el cuadro nos generaron dificultades y cosas no planeadas. Después, la situación del Peque, tras un partido rarísimo. Todo los que nos pasó no nos afectó al negocio, pero sí a la alegría de la gente. Incluso, si Londero estaba en la final hubiera ayudado, tiraba un salvavidas. Tampoco llegó", confesó Hughes, en su oficina del Buenos Aires Lawn Tennis Club, durante la última y sofocante jornada de torneo.

El representante de Tennium entiende que hay una "zona gris" para reparar el main draw cuando existen bajas como la de Schwartzman, que podría haber sido peor si Sousa, con una contractura en el sóleo, no disputaba la final ante Ruud. "Esto desnudó una zona gris. Algo hay que hacer. Nos quedábamos sin final si Sousa no se podía presentar. Era malo para el torneo, el público, las empresas, el país; para todos. Ahora hay un presidente de ATP nuevo [el italiano Andrea Gaudenzi], con otras ideas. Kristoff [Puelinckx; fundador de Tennium] estuvo reunido con él, estuvieron hablando cosas", añade Hughes.

Torneos

Los torneos de categoría 250, como el de Buenos Aires, son los que mayores dificultades tienen para mantenerse atractivos y competitivos. "Un torneo 250 está muy desprotegido. La única manera de protegerlo es entender la relevancia que tiene para el país y la manera es, lamentablemente, con plata. Hay que decir: 'Vamos con un poco más de apoyo'. Y no cubrirse con garantías de solo dos jugadores: ir por cuatro o cinco. Después, si nos quedan tres, será un bruto torneo. Eso te generaría un compromiso de antemano, que algunos países lo tienen. Tal vez el apoyo del gobierno para defender este deporte sí debería estar. No es un gasto; es un compromiso", lanza Hughes, integrante de una compañía que posee el ATP 250 de Amberes (Bélgica) y que desde 2021 organizará el tradicional Conde de Godó, en Barcelona.

El del clima y la programación es otro tema que Tennium pretende modificar para 2021 (en los últimos dos días de competencia se desmayaron varias personas en las tribunas). "Estamos todos nosotros de acuerdo. Ahora hay que hablar con quienes transmiten y ponen al aire este torneo. Es una desatención para el público estar con este calor sentado ahí al rayo del sol y no podemos techar el estadio. Hacemos demasiado esfuerzo para que el público pueda tener un buen día, como para que se nos caiga todo por una cuestión de calor, cuando ya no hay un por qué. Esto hay que hacerlo más tarde, no se puede jugar a la tarde temprano en el verano", afirma Hughes, con contundencia.

El balance

Los dueños del ATP porteño tienen en cuenta tres aspectos para hacer un balance: el tenístico, el que corresponde al entretenimiento para la familia y la devolución que tienen de los jugadores, de quienes añoran que se sientan privilegiados por jugar en el BALTC. "En este torneo hay cambios. Tampoco es que hicimos la revolución, no metimos a Disney acá adentro, pero salieron bien las actividades", apunta Hughes. Y dice, sincero: "Acá tenemos un equipo con mucha gente trabajando esta semana; unas 200, 300. Y se los dije hace dos o tres días, cuando sintieron el golpe por las bajas: 'Hay que separar las cosas. Hacer bien las cosas es un tema y que te salgan bien es otra. Hacerlas bien está en manos nuestras; que salgan bien, no es controlable. Y algunas no nos salieron bien'. Pero la gente todavía está contenta. Por supuesto que algunos protestan porque habían pagado para ver otro tipo de final. El balance fue raro, pero bueno". La organización informó un total de 41.109 espectadores, un poco más que en 2019, cuando el total de público fue de 35.800, pero claramente por debajo de los 44.922 de la temporada 2018.

Cambiar la superficie (dejar el polvo de ladrillo y pasarse a cancha dura) es una opción lejana que los propietarios del ATP de Buenos Aires consideran con simpatía. Claro que no depende de ellos solamente. "Si el ATP 500 de Río empujara y nosotros tuviéramos una superficie dura, sería más fácil armarlo -opina Hughes-. Pero es entregar una superficie; se acabaría la tradición de Sudamérica. Ha cambiado el tenis. Esta parte de la gira está descolgada. Zverev y Tsitsipas no son imposibles de traer. Se deben a las marcas que los apoyan, al público que los consume y hay una región importante con muchos millones de personas por aquí. Estos chicos nuevos cada tanto se tienen que dar una vueltita y el único que lo hizo, hasta ahora, fue Thiem. El resto no ha venido. El año que viene vamos a traer nombres que el torneo se merece. Lo que pasó este año no puede ocurrir más".

Fuente: La Nación

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