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Escapó de la violencia y quedó atrapada en la pandemia

Una mujer y sus cuatro hijos se quedaron con lo puesto tras un robo. Ayuda al 3876474950.
Viernes, 20 de marzo de 2020 02:32

Ana Lourdes Ayala Rolón, de 37 años de edad, madre de cuatro menores de edad, padecía violencia de género por parte de su pareja, ante el temor de ser asesinada y el constante maltrato de su pareja, logró escapar junto a sus hijos.

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Ana Lourdes Ayala Rolón, de 37 años de edad, madre de cuatro menores de edad, padecía violencia de género por parte de su pareja, ante el temor de ser asesinada y el constante maltrato de su pareja, logró escapar junto a sus hijos.

Vivía en La Boca, y el viernes llegó a Rosario de la Frontera con la ayuda de su cuñada, que le colaboró con los pasajes. Pero horas después de llegar, le robaron todas sus pertenencias personales, la de sus hijos, con los documentos y partidas de nacimiento incluidas. Solo quedó con lo puesto. Para todos los que puedan ayudar, se necesita de manera urgente leche, pañales, ropa para ella y niños de diez, siete, cinco y un año. Elementos de higiene, sábanas, toallones, colchas y alimentos no perecederos. Comunicarse al 3876474950, con Rubén Orlando, uno de los changarines que la ayuda.

En medio de la pandemia, los vecinos de El Bajo, quienes trabajan de changarines, le dieron alojamiento a Ana y sus hijos de diez, siete, cinco años y un bebé de un año y meses, en su humilde hogar. Entre todos hacen "vaquitas" para cocinarles a los niños. También juntaron para comprarles calzados.

"Estoy desesperada, llegué de Buenos Aires el viernes, y a las horas me robaron todo, me quedé sin nada, no tengo ni para darle la leche a mis hijos", dijo llorando la mujer.

Escapar de la violencia

La mujer relató en primera persona el drama de vivir en medio de la violencia: "Yo estaba en Buenos Aires, en La Boca, viviendo con un señor, mi expareja, y me pegaba todo el tiempo, me lastimaba mucho y le pegaba a mis hijos".

"Su hermana me dijo que me venga para Rosario, que me iba a ayudar a escapar de la violencia de su hermano", relató.

Cabe señalar que durante la entrevista la mujer también contó: "Mi expareja metió a mi hijo de un año adentro del freezer", y uno de los nenes, el de diez años, expresó: "Ese señor siempre me ponía una pistola en la cabeza y lo amenazaba a mi hermanito". "Me vine porque realmente estaba desesperada, pero yo acá no conozco nada ni a nadie, y estoy sufriendo mucho de vivir esta situación y no poder darles ni siquiera un plato de comida a mis hijos. Encima recién vengo del hospital porque uno de mis nenes está con mucha fiebre, y yo no tengo ni para comprarle un remedio", comentó.

Changarines solidarios

Unos humildes vecinos de El Bajo, quienes trabajan de changarines con sus carritos, se solidarizaron con la dramática situación que atraviesa Ana y sus cuatro hijos: "Los vecinos me vieron que estaba varada acá en Rosario, me trajeron a su casa y me están ayudando".

Mientras la mujer relataba, alrededor de las seis de la tarde, los changarines hacían fuego y picaban cebolla para hacer un guiso. "Me da mucha pena verla a ella y a sus hijos a la deriva", expresó uno de los changarines, y agregó: "Nosotros recién logramos juntar unos pesos para comprar una cebolla y un paquete de fideos, no es mucho pero no podemos ver que los chicos lloren de hambre, eso es injusto y muy triste".

En cuanto a la solución que anhela, la mujer señaló: "Me gustaría volver a Buenos Aires, pero no adonde estaba antes, porque mi expareja está ahí y me amenaza de muerte".

En medio de la entrevista los changarines le sugerían que no se regrese a Buenos Aires, porque "ese tipo es un loco, es un peligro", y la alentaban a quedarse en Rosario de la Frontera y que "empezara una nueva vida" en la Ciudad Termal.

"Yo pensé que alejándome de él iba a estar mejor, pero sin embargo llegué y me encontré con toda esta situación. Estoy peor que antes, porque no tengo ayuda, no tengo nada y me terminaron de robar todo, hasta los documentos de los nenes", volvió a insistir angustiada, con la ilusión de que la Policía haga algo por ella.

"Encima no puedo hacer ni tramitar nada porque ahora estamos con este tema del coronavirus", luego agregó: "Ya fui a la comisaría, a la Municipalidad, pero no se puede hacer nada, nadie me atiende".

"Mis hijos están hasta perdiendo las clases. En Buenos Aires ellos iban a la escuela en jornada completa y ahí se alimentaban. Pero ahora ni para comer, si no fuera por ellos, (los vecinos changarines), mis nenes no sé qué harían", lamentó agradecida.

"Me da mucha vergenza salir a pedir, porque jamás lo hice y me duele mucho, porque estoy en un lugar que no conozco, los veo a mis hijos llenos de picaduras, y encima con mi nene de cinco años con fiebre", dijo llorando.

Finalmente la mujer, con el aliento de los vecinos, en medio de la incertidumbre, no le queda otra que quedarse en Rosario de la Frontera, al menos por unos meses. En cuanto a algún trabajo que la madre pueda desenvolverse, señaló: "No le tengo miedo al trabajo, si sale algo en Rosario tengo experiencia como camarera, trabajé en restaurantes, fui repositora, cajera, limpio casas, cuido ancianos y niños. Estoy disponible para cualquier trabajo. Ayúdenme por favor".

 

 

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