Aunque todavía resulta muy temprano para sacar conclusiones, lo cierto es que tanto filósofos como historiadores se encuentran indagando sobre los alcances del coronavirus en el pensamiento y los acontecimientos de impacto universal.
La pandemia se anticipa como un quiebre en la línea de tiempo a nivel global y con una inmediatez tan asombrosa, que aún no ha permitido elaborar teorías profundas al respecto.
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Aunque todavía resulta muy temprano para sacar conclusiones, lo cierto es que tanto filósofos como historiadores se encuentran indagando sobre los alcances del coronavirus en el pensamiento y los acontecimientos de impacto universal.
La pandemia se anticipa como un quiebre en la línea de tiempo a nivel global y con una inmediatez tan asombrosa, que aún no ha permitido elaborar teorías profundas al respecto.
Si miramos en restrospectiva, los cambios en la cosmovisión de grandes porciones de la población del planeta y la modificación su estructura social y política llevaron años, siglos en cimentarse luego del declive del Imperio Romano y desde que las banderas de la Revolución Francesa se alzaron en la Bastilla. Ni siquiera la informática y sus intrincadas redes se han diseminado con tanta rapidez, como el COVID-19 y sus múltiples efectos.
En pocos días, el diminuto virus respiratorio ha paralizado al mundo y puso en jaque -al menos de momento- al rol del Estado, las escalas de valores, formas de relacionarse, estructura familiar, las comunicaciones, los roles sociales, entre otros aspectos. De afianzarse y doblegar al status quo, nos encontraríamos en el preludio de una nueva Era con modificaciones radicales en la forma de ver e interpretar el mundo, tanto en oriente como en occidente. Sin embargo, todo está por verse. La velocidad de los acontecimientos es tal, que el repensar la realidad se ha convertido en ejercicio diario. Y tal vez, solo tal vez, el cimbronazo desaparezca con la misma velocidad que golpeó nuestras vidas o bien, cambie el rumbo de la humanidad y del planeta para siempre. Los escenarios posibles son infinitos.