Del requerimiento se desprende que el acusado de 78 años atentó contra la integridad sexual de la niña al desplegar actos corporales de contenido esencialmente sexual, sin que la niña pueda consentir tal accionar debido a su corta edad. Los actos que comenzaron cuando la niña tenía 5 años y se extendieron hasta sus 6, ocurrieron en el domicilio del imputado, ubicado en un barrio de Cerrillos.
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Del requerimiento se desprende que el acusado de 78 años atentó contra la integridad sexual de la niña al desplegar actos corporales de contenido esencialmente sexual, sin que la niña pueda consentir tal accionar debido a su corta edad. Los actos que comenzaron cuando la niña tenía 5 años y se extendieron hasta sus 6, ocurrieron en el domicilio del imputado, ubicado en un barrio de Cerrillos.
El fiscal Obeid sostuvo que resultó claro que el abuso sexual no fue ocasional o circunstancial, sino que por el contrario, adquirió características de permanencia en el tiempo e indicó que el concepto de “sometimiento sexual gravemente ultrajante” conlleva un mayor plus de humillación y degradación de la víctima, tanto en el plano físico, como en el psíquico y el moral.
Además, indicó que las conductas desplegadas por el imputado se vieron agravadas porque la damnificada es menor de edad y convivía con el denunciado, por lo que el acusado aprovechó la situación de proximidad y de confianza.
La denuncia fue radicada en enero de este año por la madre de la menor, quien convivió con el imputado durante 4 años y con quien también tuvo un hijo en común.