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Guías de turismo quedaron sin su fuente de ingresos y esperan que llegue la ayuda

No tienen con qué vivir y a muchos la Anses les rechazó el acceso al subsidio de $10.000.
Domingo, 26 de abril de 2020 00:55
Pueblos de los Valles Calchaquíes y la Puna sufren la paralización de uno de los pilares de la economía y el empleo.

Pocos sectores de la economía han sido golpeados por la pandemia como el turismo. Empresas, negocios y servicios relacionados con la actividad están completamente paralizados. La incertidumbre envuelve a todos los actores de la actividad, especialmente a los trabajadores que quedaron en el aire, sin ingresos ni posibilidad de cubrir gastos de alimentación, medicamentos, alquileres, servicios básicos y deudas que crecen a la par de su angustia e impotencia.

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Pocos sectores de la economía han sido golpeados por la pandemia como el turismo. Empresas, negocios y servicios relacionados con la actividad están completamente paralizados. La incertidumbre envuelve a todos los actores de la actividad, especialmente a los trabajadores que quedaron en el aire, sin ingresos ni posibilidad de cubrir gastos de alimentación, medicamentos, alquileres, servicios básicos y deudas que crecen a la par de su angustia e impotencia.

El Ministerio de Turismo de la Provincia avanza con un relevamiento, a partir del padrón oficial, para asistir a los trabajadores afectados.

Según trascendió, el Municipio capitalino también dispondría un apoyo alimentario para los guías y choferes de la jurisdicción.

334 guías de turismo tiene empadronados la cartera del sector en Salta. El 19,3% trabaja en relación de dependencia y el 80,7% es “freelance”.

Según registros oficiales actualizados hasta octubre de 2019, y que reflejan la parte más visible del drama de los trabajadores de la actividad, la cartera provincial del sector tiene empadronados a 334 guías de turismo.

Los profesionales con títulos son el 41,7% del padrón, mientras que los idóneos representan el 58,3% restante.

Solo el 19,3% de los guías se desempeña en relación de dependencia. El 80,6% restante, que trabaja con la modalidad “freelance”, solo cobra por viajes efectivamente prestados. Solo hay 130 guías con monotributos activos. La informalidad es elevada y alcanza números extremos en el nivel ocupacional de los choferes guías, coordinadores, vendedores callejeros a comisión y empleados de oficinas en negro.
En este contexto, muchos quedaron fuera del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) porque la Anses rechazó sus solicitudes para acceder a los $10 mil. Quizás algunos de los testimonios que reunió El Tribuno ayuden a la burocracia a palpar los dramas familiares que subyacen detrás de las ayudas negadas y demoradas.

Sin ingresos

Ramiro Luis Rosa, de 44 años, es uno de los tantos guías que quedaron sin ingresos, pese a desempeñarse en relación de dependencia, de media jornada, en una empresa de viajes. A él y otros en su situación, la figura de media jornada solo les asegura tener una obra social y aportes jubilatorios, porque no cobran un sueldo mensual, sino por viajes, como los “freelance”.

“En este momento, sin ningún ingreso, no cuento con lo mínimo indispensable para vivir, para cubrir la cuota alimentaria de mi única hija ni pagar las tarjetas de crédito, el plan de un automóvil y préstamos bancarios”, explicó Rosa. “Hoy vivo gracias a la ayuda de mis padres”, aclaró.

48 por ciento de guías independientes tiene monotributo activo. Entre choferes guías y coordinadores, el trabajo en negro alcanza niveles extremos. 

Cecilia Vázquez, guía de turismo de la capital salteña, afirmó que la situación de los trabajadores del sector se tornará insostenible si no se dispone alguna asistencia urgente. “Estamos acostumbrados a trabajar y ganar nuestro pan, pero nuestro trabajo hoy no existe”, subrayó. “Somos, en muchos casos, sostenes de familia que quedamos sin la fuente laboral que ha permitido a nuestros hijos alimentarse, estudiar y crecer dignamente. En mi caso -indicó- continuar pagando un alquiler se hace imposible y la construcción de mi casa quedó trunca. Tampoco puedo afrontar el monotributo de casi $2.000, en el que tengo incluida mi obra social y mis aportes jubilatorios”, se lamentó Vázquez, quien es técnica superior de Turismo y Hotelería.

Eva Juan Sivila es una guía “freelance” que hizo los cursos del Ministerio de Turismo y se desempeña para diferentes agencias desde hace 10 años en excursiones guiadas en español, inglés y francés. Sus esfuerzos de años, lamentablemente, no la ayudan hoy a sacarla del infierno que está viviendo. “En la casa que alquilo somos tres: mis dos hijos y yo. No recibo ayuda paterna y tampoco un plan de ningún tipo por parte del Estado. Hoy tengo problemas para pagar el alquiler, con el que estaba al día, los gastos básicos, adquirir alimentos y en particular un medicamento carísimo que necesita tomar diariamente uno de mis hijos”, expreso. 
A ella la Anses también la ayuda de emergencia. “Ojalá podamos volver al trabajo pronto, porque los guías no hemos esforzado mucho para ser la mejor cara de Salta ante el turismo internacional, y hoy no sabemos de qué van a vivir nuestras familias”, acotó Sivila.

Martín Dávalos, otro guía “freelance”, aseguró que el temor a seguir viviendo sin su único ingreso es igual, o peor, que el miedo al COVID-19. “La plata se acabó, no tengo ayuda del Estado y el turismo está extinguido”, resumió.

Aseguró que es grande la desesperación, impotencia y desconcierto de los trabajadores del sector turístico de Salta.

“Siempre hemos dado todo por la felicidad de los demás y hoy necesitamos que nos den una mano a nosotros. Solo pedimos un poco de justicia”, recalcó Dávalos.

Facundo Moya está en el turismo desde hace 15 años. En 2010 un transportista lo tomó como chofer y guía. Una de las ramas de la actividad de esa firma es la turística y la otra, el transporte escolar. Las dos están paralizadas. “Mi empleador atendió la situación y sigue pagando los sueldos, pero al no viajar se me achicó considerablemente el ingreso, porque dejé de percibir las horas extras y servicios de guiado. La empresa está seriamente afectada y de ella dependemos 22 familias”, precisó Moya.

Pedro Javier Nicasia tiene 38 años y un hijo de cinco. Es un chofer de turismo de Chicoana que se desempeñó por mucho tiempo en la informalidad, sin sueldo en blanco ni obra social. “Por la pandemia perdí mi fuente de trabajo y no tengo ingreso. La estoy pasando muy mal, como muchos, y espero que el Gobierno nos apoye en estos difíciles momentos”, dijo.

Angustia

Hasta la llegada del COVID-19, Rocío Vivas, de 33 años, se ganaba la vida trabajando como guía de turismo en negro. “Soy mamá de tres pequeños de edad escolar. La pandemia nos perjudicó de una manera arrolladora con un cúmulo de deudas que adquirí sin saber que caería en esta pesadilla. Yo era la proveedora de mi hogar, ya que el padre de mis hijos también está desempleado, y hoy no puedo dormir pensando qué les daré de comer a mis hijos y que haré si alguno se enferma. Los trabajadores del turismo necesitamos que nos escuchen y ayuden, porque no tenemos con qué comprar alimentos esenciales ni pagar deudas, impuestos y servicios básicos”, señaló Vivas.

La guía Romina Bonnet, en el Tren a las Nubes.

A Martín Figueroa, guía de turismo bilingüe, también se le complicaron los gastos fijos mensuales por la paralización de la actividad y de los viajes. “Tengo dos hijos, uno en la secundaria y el mayor en el tercer año del profesorado de Educación Física. En estos momentos se nos hace muy difícil pagar las cuotas, las boletas de luz, cable, agua, gas e impuestos y el alquiler de la casa. A causa del coronavirus nuestra profesión estará cancelada por bastante tiempo. Los guías salteños somos la cara visible de nuestra provincia y estamos muy bien conceptuados en todo el norte, ya que también guiamos en Tucumán y Jujuy. Pedimos encarecidamente que se considere nuestra situación, porque no contamos con ninguna ayuda del Gobierno”, manifestó el guía independiente.

Romina Bonnet, de 30 años, es una guía bilingüe del Tren a las Nubes. Es monotributista, porque esa es una condición para trabajar allí. El año pasado completó la tecnicatura en inglés para el turismo. “Elegí la carrera para transmitir nuestra historia, cultura y tradiciones a viajeros del todo el mundo. Me encanta mi trabajo y soy feliz haciéndolo, pero hoy la actividad está paralizada y me veo sin ingreso alguno”, expresó.
Flavia Carral trabaja en el turismo desde hace 8 años. 

“Si no salimos a la ruta, no comemos. Necesitamos ayuda urgente para todos los guías porque, en verdad, la estamos pasando muy mal. Esperamos tener una alguna respuesta del Gobierno”, acotó.

Voces de la actividad más golpeada por la pandemia

Atilio Rivero
GUÍA DE CAFAYATE

“Le pido encarecidamente al Gobierno que considere la situación en que me encuentro con mi familia. Estoy sin mi ingreso, imposibilitado de aportar económicamente en el hogar y con deudas que no tengo manera de poder cancelar”. 

Freddy Guevara
CHOFER Y GUÍA

“Soy chofer y guía. Tengo tres hijas, dos de ellas en la Universidad Católica y la más pequeña en un colegio privado. Hoy no saben si van a poder seguir estudiando. Espero que se entienda la desesperación que siento hoy como padre”.

José María Galli
CHOFER Y GUÍA

“Soy sostén único de dos hijas adolescentes: una en la universidad y la otra en la secundaria. Estoy separado de hecho y por eso me denegaron el bono de $10 mil. La situación familiar es desesperante. Mis compañeros me dieron un bolsón”. 

Eva Juana Sivila
GUÍA DE TURISMO

“En la casa que alquilo somos tres: mis dos hijos y yo. No recibo ayuda paterna y ni del Estado. Hoy tengo problemas para pagar el alquiler, los alimentos y un medicamento carísimo que debe tomar diariamente uno de mis hijos”.

Rocío Vivas
GUÍA DE TURISMO

“Soy mamá de tres pequeños de edad escolar. La pandemia nos perjudicó de una manera arrolladora. Es angustiante no poder dormir pensando en qué comerán mis hijos al día siguiente y qué sucederá si alguno se enferma”.

Ramiro Rosa
GUÍA DE TURISMO

“En este momento no cuento con lo mínimo indispensable para vivir, ni para cubrir la cuota alimentaria de mi única hija, las tarjetas de crédito, el plan de un automóvil y préstamos bancarios. Hoy vivo gracias a la ayuda de mis padres”.

Cecilia Vázquez
GUÍA DE TURISMO

“Muchos de nosotros somos sostén de familia y con nuestro trabajo nuestros hijos han podido estudiar, alimentarse y crecer dignamente. Hoy pagar el alquiler se me hace imposible. Tampoco puedo afrontar el monotributo”.

Sergio García 
GUIA DE TURISMO

“Me desempeño como guía de turismo desde 2001. Trabajo en negro y sin dependencia. La actividad me ha dado grandes satisfacciones, pero hoy está afectada. Tengo miedo e incertidumbre. Necesito una ayuda urgente”.

Gabriel Campagna

CHOFER Y GUIA

“Soy freelance. Alquilo y estoy viviendo de ahorros. Tengo una camioneta y por eso me rechazaron el Ingreso Familiar  de Emergencia. Necesito alguna ayuda o trabajo temporal porque estaré parado quién sabe hasta cuándo”.


Julio Rodríguez
GUÍA DE TURISMO

“Desde el 16 de marzo me cancelaron todos los servicios que tenía hasta julio. Desde entonces no pude pagar más el alquiler de mi casa. El guiado es mí única fuente de ingreso. Mi situación se agrava por no tener familia en la provincia”.

Flavia Carral
GUÍA DE TURISMO

“Si no salimos a la ruta, no comemos. Esa es nuestra realidad en medio de la crisis. Necesitamos ayuda urgente para todos los guías que, en verdad, la estamos pasando muy mal. Esperamos tener alguna respuesta del Gobierno”.

Martín Figueroa
GUÍA DE TURISMO

“Tengo dos hijos, uno en la secundaria y el mayor en el tercer año del profesorado de Educación Física. En estos momentos se nos hace muy difícil pagar las cuotas, las boletas de luz, cable, agua, gas e impuestos y el alquiler de la casa”.

 

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