El acceso al barrio Cerrillos Norte, frente a la entrada a Los Álamos, como así también a los barrios 26 de Marzo y San Vicente, pone al límite de la tragedia a decenas de familias que a diario van y vienen de sus casas por la ruta 68.
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El acceso al barrio Cerrillos Norte, frente a la entrada a Los Álamos, como así también a los barrios 26 de Marzo y San Vicente, pone al límite de la tragedia a decenas de familias que a diario van y vienen de sus casas por la ruta 68.
Una verdadera odisea mortal. Decenas de familias de estos barrios viven a cada minuto una "ruleta rusa", tanto para ingresar como para salir de los complejos habitacionales situados a la entrada de Cerrillos.
Los vecinos de Los Álamos tienen la calzada de la ruta completamente destruida y para abandonar la ruta 68 para ingresar a sus viviendas en vehículos, o solo cruzar la ruta para acceder a la parada de colectivo, deben realizar peligrosas maniobras que los exponen a graves y quizás fatales accidentes frente a los que circulan por la artería, tanto para ingresar o para salir de Cerrillos.
La falta de mantenimiento y a veces las lluvias, convirtieron a los bordes de la ruta en una zona minada, con grandes cráteres y hasta bocas de agua/cloaca que sobresalen, obligando a cualquier automovilista a reducir casi a cero la marcha para poder sortear el ingreso o egreso.
El problema es que al ser una ruta, los automovilistas recorren la arteria a no menos de 60 kilómetros por hora y hasta se exponen a colisiones frontales de gran magnitud. Desde la Municipalidad aún no hay respuestas y la inacción para todos los servicios sigue siendo "culpa del COVID-19".